A lo lejos se podía escuchar la música. Esta vez la droga que consumieron tenía un efecto diferente. La euforia aspirada conectó con el vacío y la confusión que Sebas estaba sintiendo. La temperatura de sus cuerpos comenzó a elevarse, Alexa estaba recostada en el pecho de Sebas, la música se escuchaba cada vez más lejana hasta que desapareció y lo único que podía escuchar eran los latidos del corazón partido de Sebas.
—¿Por qué siempre apareces cuando te necesito? —dijo Sebas acariciando el cabello de Alexa
—¿El destino? Con la diferencia de que hoy no te voy a pedir que hagamos nada —Respondió Alexa. Se sentó en la cama buscando un cigarrillo, Sebas se lo encendió.
—Perdón por no buscarte después de la última vez.
Sebas se acercó a ella, abrazándola por detrás. Lo que pasó después fue una mezcla del alcohol, las drogas pero más que todo de la rabia que tenía acumulada. Esa rabia es como una espinilla, que duele y sabes que no la tienes que tocar pero llega un punto que ya no aguantas más y te la explotas, dejando así una herida peor que la que tenías.
—¿y si esta vez soy yo el que te va a pedir que lo hagamos? —le susurró al oído.
Alexa nunca iba a poder decirle que no. Era su crush de toda la vida. Él la comenzó a desvestir, ella gemía de la excitación y ahí frente a frente con un movimiento brusco y llenó de euforia entrelazaron sus cuerpos. Al terminar aspiraron un par de líneas más y mientras se vestían él dijo "Alexa esto que pasó... no quiero confundirte" "Sebas, yo no te quiero para toda la vida, yo solo te quiero para esta noche". Eso era lo que él quería escuchar y ella lo sabía, lo tenía que decir aunque no fuera verdad.
Él estaba lleno de energía y listo para seguir con la fiesta. Ya no le importaba nada, salieron del cuarto y Diego quería hablar con él pero interrumpió diciendo "Primo de mi corazón, disfrutemos de esta noche, necesitamos una noche de chicos" Diego no supo qué decir. Era como si lo que pasó en ese cuarto hizo que se le olvidará de Antonella.
—Sebastián me dijiste que no te dejará a solas con Alexa y luego te desapareces una hora con ella.
—Eso te lo dije antes de enterarme de que estás enamorado de la mujer que pensé que me arreglaría la vida. No te preocupes, no estoy enojado contigo, ni con ella. Al fin de cuentas no somos nada. Si dejó a su ex prometido, como no me va a cambiar a mí.
Su mirada cambio. (Diego es muy alivianado, casi nunca se enoja pero cuando lo hace... tienes que correr por tu vida) Empujó a su primo y le dijo "en tu puta vida te atrevas a hablar de Antonella si no la conoces. ¿Crees que porque lleva un par de horas en San Vicencio ya sabes todo de ella? Estás muy equivocado. Sé lo que estás haciendo, vas a caer de nuevo y te vas a cagar en tu vida. Vámonos ya".
Sebastián se quedó en shock, su primo favorito jamás le había hablado así. Sabía que tenía razón y en ese momento reaccionó arrepintiéndose de lo que dijo "Perdón, sabes que no quise decir eso. Tienes razón. Porfa no me dejes solo hoy. Te necesito Diego"
Diego jamás lo dejaría solo. Bailaron, rieron y se dijeron lo mucho que se amaban. Los tragos seguían y Diego podía ver lo enamorada que Alexa estaba de Sebastián. La forma en que lo miraba y buscaba sentarse cerca de él todo el tiempo. "Antonella, ella lo miraba con los mismos ojos de ilusión con los que posiblemente yo te veo a ti... y mi primo también" terminó diciendo y me agarró de la mano. No respondí, quería escuchar en qué terminaba esa historia.
La fiesta siguió hasta el amanecer. Cuando Diego despertó. Su primo se había ido y Alexa también. Tuvo que llamar al chofer para que lo fuera a recoger y fue él quien le contó que Sebastián estaba en San Vicencio.
Él regresó minutos después de que yo me fui con sus padres y Daniela a la reunión con los De Bedout. Eso quería decir que lo que yo escuché en el carro en la mañana era por Alexa y Sebastián. Los señores Vicencio se habían enterado de que su hijo estaba con la única persona con la que no se podía relacionar.
"Diego me estás diciendo que ellos pasaron toda la noche juntos mientras yo me dormí esperando a que llegara" "Bueno en teoría estuvimos todos juntos Anto, yo no sé qué pasó entre ellos" claro que Diego no me contó los detalles descritos, de eso me enteré después.
"¿Aún están en la casa de Sebastián? Es decir al lado de esta casa donde estamos sentados en este momento." Dije hiperventilando. Me levanté del sofá "voy a salir a fumar ¿vienes?" caminé hacia la puerta. Diego me agarró del brazo "Anto, no creo que sea buena idea" "Okay, quédate adentro".
Abrí la puerta y vi a Alexa salir sonriente de la casa de Sebastián. Él estaba parado, con una mano sostenía la puerta y con la otra su cabello mojado. Estaba en toalla, como esa vez que lo vi y luego terminamos teniendo sexo dos veces. Exactamente igual a esa vez... solo que esta vez no fue a mi a la que se folló.
Encendí mi cigarro, viéndolo fijamente. La puerta se cerró.
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Un corazón roto y dos tequilas - TERMINADA, EN EDICIÓN
Ficção Adolescente"Cuando tu vida ha sido un caos constante uno más no parece relevante hasta que te das cuenta de que ese desastre te vino a cambiar la vida. Una vez me dijeron que soy adicta a la adrenalina y a lo prohibido... lo estoy empezando a creer, las mentir...