El intercambio

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Estaba arreglándome para ver a los chicos, íbamos a hacer una parrillada y a relajarnos en el jacuzzi con unos tragos. Mi celular vibró, era la directora del colegio de Daniela. Resulta que último día que Dani había ido a estudiar fue el cumpleaños de una compañerita. Hasta ahí íbamos bien, le pregunté "Señora directora no es por sonar grosera, pero ¿Por qué me llama a mí y no a sus padres? " respondió "Nunca me logró comunicar con ellos y este es un tema importante que se debe solucionar de inmediato" me quedé callada, la directora sonaba seria.

"Continúe, yo haré todo lo que este en mis manos para ver como solucionamos esto" "Se realizó un intercambio de regalos con la cumpleañera" "A mí no me llegó una invitación, Daniela no sabía que tenía que llevar un regalo" "Ahí es donde se equivoca, ese intercambio no era con los del salón sino entre las amigas de la cumpleañera...".

Ya sabía hacia donde se estaba dirigiendo esta conversación... mi sangre se estaba empezando a calentar. La directora siguió "Entonces las niñas estaban compartiendo y Daniela se molestó por que la cumpleañera recibió regalos, así que le pidió prestado uno para verlo... y lo quebró con mala intención. Era una muñeca de porcelana, la compañera comenzó a llorar y Daniela se rio de ella".

"A ver señora directora ¿Estaba usted presente cuando eso ocurrió? porque me está hablando de forma muy subjetiva refiriéndose a que lo ocurrido fue con mala intención" "No estaba presente pero todas las niñas aseguraron que así fue y no creo que las cinco estén mintiendo. Yo vi la muñeca rota y cuando confronté a Daniela me mintió diciendo que no había sido ella".

Estaba a punto de perder la compostura pues era obvio que la directora tenía algo en contra de Dani. Lo sé porque yo tuve a muchas maestras así. Es más cuando tenía exactamente la edad de Daniela me ocurrió algo similar, unas compañeras hicieron un intercambio por el día de San Valentín. Me parecían tan patéticas. Sí, las mismas a las que espante con lo de la ouija. Me molestaba su existencia porque eran falsas incluso entre ellas.

Como yo era la nueva en la escuela no me tomaron en cuenta porque era "solo para las niñas que iban a la iglesia los domingos". Pendejas. Igual me quedé en el salón a la hora de receso porque quería escuchar música en mi celular y si las maestras me veían en el patio con me lo confiscarían. Comencé a comer y de pronto vi que se formaron en círculo, agarrándose las manos y entonces me quité un audífono. Estaban rezando para darle gracias a Dios que las había puesto en el mismo camino. *Bitch WTF* No podía creer lo mustias que eran.

Terminaron su show y una del grupo me dijo "Mira Anto, todos los regalos que me dieron ¿Te gusta alguno? Lástima que no recibiste ni uno solo" A lo que yo respondí "Realmente a mí no me gustan esas maricadas, yo creo que si algún día recibo un regalo de San Valentín me gustaría que fuera de mi novio". Su cara de indignación es inolvidable. "¿Podrías quitar tus regalos de mi escritorio? " Me volví a poner el audífono.

Comencé a escuchar gritos y vi a su grupo de amigas alteradas. Se acercaron a decirme lo mala persona que era y que Dios me iba a castigar por haberle quebrado la cajita musical a su amiga. La reina del drama estaba parada detrás de todas, con lágrimas cayendo sobre sus gordas mejillas. No me gustaban las confrontaciones, pero como estaban interrumpiendo mi canción favorita para salir con esa mentira me las iban a pagar. Me levanté del escritorio, somaté mi botella de agua y empujé a la primera que tenía enfrente. Las demás se sorprendieron.

Les dije "Que sea la primera y última vez que se acercan a mi como vacas a molestar. Recuerden que yo hablo con el diablo. Le voy a pedir un pequeño favor... Que se llevé al hámster de la mentirosa. Mañana amanecerá muerto". Realmente lo dije solo para asustarlas, pero la maestra estaba parada en la puerta del salón y había escuchado únicamente lo que yo había dicho. Me confiscaron el celular, llamaron a mis padres y tuve que comprarle otra pinche cajita musical a esa niña.

Sé muy bien lo que se siente cuando están en tu contra. No te dejan dar una explicación, sino que automáticamente te tachan de culpable. No importa que tanto te esfuerces para demostrar lo contrario, siempre te van a juzgar, aprendí a que uno no debe probarle nada a nadie. Si no te creen, es problema ellos no el tuyo. La vida se va encargando de cobrárselas porque muy en el fondo saben que lo que están haciendo está mal. Por ejemplo, a la niña mentirosa se le murió el hámster dos semanas después.

Llegó llorando al salón diciendo que era mi culpa y la maestra de arte le dijo que dejará de hablar tonterías. Que era imposible que fuera mi culpa. Pero ahora que lo recuerdo esa vez no ha sido la única que se ha cumplido algo que he deseado, eso te lo contaré más adelante.

Le dije a la directora que hablaría con Daniela y que al día siguiente llegaría a la escuela para hablar con los padres de la niña y ver como solucionábamos esto. Tenía que llamar a Dani. Yo sabía que era inocente, pero tenía que ver si se encontraba bien. Las niñas pueden ser malvadas y no siempre tenemos la fuerza para defendernos.

Me enojé tanto que se me había olvidado la parrillada. Los chicos me llegaron por mí para ir a hacer las compras de la parrillada, pero decidí quedarme pues tenía que arreglar el asunto de Daniela. 

Un corazón roto y dos tequilas - TERMINADA, EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora