Un corazón roto y dos tequilas - TERMINADA, EN EDICIÓN

7 minutos en el paraíso

Mi mejor amiga, a ver por dónde empiezo... Camila y yo hemos crecido juntas. Yo soy mayor por 15 días, nuestros padres han sido buenos amigos desde que tengo memoria pero siempre he tenido un conflicto con ella y es que todo el mundo piensa que yo soy la mala influencia. Camila ha sido la típica niña que parece un ángel y que a todos les cae bien.

Por otro lado estoy yo... la niña rebelde que siempre dice lo que piensa y no le interesa hablar con personas que no son de su agrado. Somos polos opuestos, empezando porque ella es rubia y yo castaña.

En el colegio las maestras adoraban a Camila y bueno yo... ya te he contado. Una vez su madre llamó a la mía para decirle que yo estaba tratando mal a su hija y la verdad era que estábamos peleadas porque yo me metí en problemas por defenderla y ella se quedó callada frente a la maestra. Así que fui yo quien terminó en detención. Esa es una de muchas, más adelante te contaré.

Es hija única por eso es consentida, sus padres le han dado todo lo que su corazón desea y siempre se sale con la suya pero en mi casa toda la vida fue tratada como otra niña más. Especialmente por mi hermano Matías, quien la ha tratado como a una hermana hasta que unas semanas antes de la boda se acostó con ella.

Esa es la razón por la que nos peleamos. Ella traicionó mi confianza, de todas las personas con las que pudo haber estado Matías estaba fuera de sus límites. Era una regla básica. Lo peor fue que para mi hermano fue solo una noche de copas y para ella... pues se enamoró.

Yo creo que Camila siempre tuvo un crush con él. Nunca me lo confesó. Cuando estábamos pequeños jugábamos a las escondidas y ella siempre se iba con él. La primera fiesta que hicimos en mi casa fue con los amigos de mi hermano, yo tenía 13 y ellos 15. Camila había pedido permiso para quedarse a dormir, mis padres estaban de viaje y se suponía que mi abuela nos cuidaría pero se olvidó de nosotros y se durmió temprano. 

Nos robamos una botella del bar de mis papás, Camila y yo nunca habíamos probado el alcohol. La botella decía Bacardi, Matías nos enseñó que se mezclaba con Coca-Cola, un pedazo de limón y hielo. No sabía tan mal, empezamos a jugar 7 minutos en el paraíso. A mi me tocó con el amigo apestoso y Matías le dijo "ni se te ocurra intentar algo con mi hermana o te mato" yo no pensaba hacer nada con él. Los siguientes fueron Matías y Camila, ella dijo que no paso nada pero esa madrugada cuando desperté para ir al baño ella no estaba en mi habitación.

La habitación de Matías estaba frente a la mía, me recosté en la puerta para ver si estaba despierto y la escuché riendo... bueno... no pude intervenir. Era un momento en el que mi mejor amiga estaba feliz y yo no era nadie para detenerlos. Al día siguiente hable con Matías y le hice prometer que nunca más se volvería a acercar a Cami de esa manera, porque si no les diría a nuestros padres. Lo hice para para protegerla, sabía que él la iba a lastimar, ella siempre ha sido enamoradiza. Le dan un beso y ya está pensando en el vestido de novia. Al parecer eso no ha cambiado.

Nunca dijo nada pero podía ver como cada vez que Matías traía a una nueva chica a la casa ella se ponía celosa. Crecimos y ella tuvo varios novios, yo pensé que ese crush de niños había terminado pero evidentemente no fue así.

El día que regresé de la finca, Julián insistía en que fuéramos a su apartamento. Yo solo quería llegar a bañarme y a dormir. Había sido una noche larga y no podía verlo a la cara después de haber pasado la noche con Diego. Aun sentía su olor en mi cuerpo.

Julián puso mil excusas e imaginé que mi hermano tenía a alguna chica en la casa, mis padres no estaban así que seguramente había hecho una fiesta. Al final no tuvo más de otra que llevarme a la casa.

Cuando llegamos estaba oscuro, había ropa tirada en la sala y dos copas de vino, "Mi hermano está con una chica ¿verdad? Por eso no me querías traer a la casa... estoy acostumbrada a ver eso, no tenías por qué encubrirlo, necesito descansar Juli ¿Será que podemos hablar después? Nos despedimos y caminé hacia mi habitación.

Estaba abriendo la puerta cuando escuché la risa de Camila, se me detuvo el corazón. Abrí la puerta del cuarto de Matías, estaban en la cama desayunando (Cabe decir que los he visto desnudos a ambos pero lo que me dio asco fue verlos juntos) "¿Interrumpo algo? No sabía que tu nueva conquista era mi mejor amiga... estúpido" "Relájate sister solo fue una noche de copas... no pasa nada, aquí todos somos adultos. No es como si fuéramos a empezar una relación ¿verdad Cami?" "Exacto" dijo Camila pero su cara reflejaba otra cosa, pena o quizás tristeza. "Eres una pendeja tú también, sabes que con mi hermano no. No te quiero volver a ver, ni me hables" la deje de seguir en Instagram, la eliminé de Facebook y la bloqueé temporalmente de mi vida.

Aunque era mi mejor amiga, no tuve problema en sacarla de mi vida, claro que la extrañaba pero no estaba lista para liderar con ese drama. Los amigos vienen y van, no importa que tan cercanos sean. No estamos obligados a tener amistades eternas, cuando toca... toca. Esto era algo que podíamos arreglar en unos meses pero el hecho de que se haya acostado con Diego... eso era otro nivel.

¿Por qué siempre quiere tener todo lo que está relacionado conmigo?  La tenía que llamar, eso no se podía quedar así. No iba a pelar con ella por el pendejo de Diego, me iba a pelear con ella por desleal y traicionera. Una amiga no se come lo que ya chupo el diablo. En este caso el diablo soy yo.