Atraída Por El Enemigo (Jelsa)

Capítulo 41

Lectoras, me entristece decir que esta historia ya está a nada de acabar, pero continúa Amor Inesperado :D y también esa está en sus últimos capítulos.

Gracias por sus comentarios, les recuerdo que eso me hace escribir más rápido ya que me impulsan.

¡Gracias por leer!

***Jack Frost***

Son alrededor de las 4:15 a.m. y no consigo dormir del todo bien, me remuevo en la camilla pero ninguna posición dura lo suficiente para mi agrado.

Un hijo, un bebé mío y de Elsa.

Es imposible sentirme culpable, si hubiera desde un comienzo llevado el cayado conmigo nada de esto hubiese pasado.

Elsa tendría tres meses y medio de embarazo, los tendría.

Aunque de cierta manera me hubiera aterrado la idea, no por él sino por mí, yo y mis trabajos sucios para conseguir dinero, con trampas, engaños, matando y escapando.

Sabía ya y comprendía que era tiempo ya de dejar esos caminos.

A la mañana siguiente conseguí salir del hospital. Elsa vino con Hiccup para llevarme a su casa, donde estaba Mérida y Anna esperándonos con una gran cena y junto a un letrero grande y muy decorado que decía "Feliz regreso".

-Anna, hola –La saludé, ya era muy alta y sus rasgos faciales eran más parecidos a los de Elsa – Cuanto tiempo de no verte.

-Lo mismo opino –Dice llevando un puño a mi hombro – Te presentaré a Kristoff.

Me presentó a su pareja, un hombre ligeramente más alto que yo, muy robusto y rubio.

Lo fui conociendo alrededor de las horas en la mesa. Merida había preparado una rica sopa de pasta con quesos y champiñones, acompañado de un vino tinto y Anna con su pastel de chocolate amargo con chocolate de leche en el centro.

Pero Elsa casi no había tocado su pasta y postre es claro que no aceptó.

-Oye – Le murmuré tomando su pierna mientras los demás reían en base a sus comentarios -¿Por qué no comes?

-No tengo apetito – Dijo empujando la pasta con su tenedor.

-¿No lo tienes desde lo que sucedió cierto?

Su mirada me respondió. No quise ponerle presión, simplemente por esta vez la dejé pasar.

Al anochecer, Hiccup se quedó dormido en la alfombra de la sala mientras Mer seguía comiendo las sobras del pastel mirando películas junto a la pareja.

Elsa aprovechó para subir a su habitación, yo discreto le continué.

Llegando la escuché sollozar, seguí el sonido y me encontré con ella y dos fotografías en sus manos.

-Elsa .... –Le llamo y ella rápido limpia sus mejillas.

-No pasa nada, estoy bien.

Me acerco y ella me tiende los dos papeles, son fotografías de dos ultra sonidos.

-Era él.

-Que pequeñito – Dijo sintiendo dolor en mi corazón.

La miro y ella vuelve a liberar lágrimas, dejo las fotografías en su mueble para abrazarla.

-Tranquila por favor, fue un accidente.

-Pude haberlo evitado, todo.

-Oye –Me separo sin dejar de abrazarla, tomo su mentón entre mis dedos para que me mire fijo a los ojos – Lo volveremos a intentar.

-Jack.....pero.....

-Quiero una vida a tu lado, y sacrificaría todo lo que era esta vida por una más contigo, una mucho mejor.

Acerco mis labios hasta ella para besarla, ella levanta sus manos hasta mi nuca para acariciar mi cabello con sus dedos.

Llevo mi mano a su espalda baja para empujarla hacia mi cuerpo.

Entonces sucedió la pequeña confesión que Elsa guardaba en secreto: el entregar mi cayado.

¿Tuve molestias? No muchas. Esa cosa me ha traído tanto cosas exitosas como cosas terroríficas.

Por lo tanto a la mañana siguiente estuve con Norte para dejar cosas en claro.

-Guárdelo bajo llave y los seguros que sean necesarios.

-No pasará nada, créeme, ni siquiera lo guardaré con los demás objetos, esto se quedará en mi oficina justo ahí.

Señala una caja encadenada bajo un librero.

-Gracias –Digo y me pongo de pie.

-Oye Jack – Dice para verlo antes de irme – Hasta que por fin te atrapé.

Su comentario me hace sonreír de lado, no digo nada más y decido retirarme.

Ahora me encuentro junto a Elsa, conmigo en mi departamento, ayudándome a empacar varias cosas mías.

-¿E Hiccup? – Preguntó Elsa cuando colocó una caja fuera de la habitación - ¿Cuándo se irá?

-No lo sabe –Dije tomando varias ropas para meterlas en más cajas – Creo que depende de Mer también.

Elsa entra y me sonríe.

-¿Crees que vivan juntos también?

-Ya lo hacían antes –Dije encogido de hombros – Así que si.

Y ahora lo último es la cama, Elsa se sienta cansada y yo le acompaño.

-Es lindo el lugar.

-Si –Admito – Me hubiera gustado traerte en sus mejores presentaciones.

-Esta es una buena presentación n-Dice girándose para sonreírme levemente.

Yo sin aguantar llevo mi mano a su mejilla para besarla. Ella continúa el beso más feroz.

-¿Alguien llegará?

-Nadie – Le confirmo – Tenemos tiempo para ambos.

Y sucedió el mejor acto de amor, con ella pegada a mi cuerpo.

Yo besando su cuello para bajar a sus pechos ya sin ropa, acariciando sus piernas y ella mi espalda.

La había escuchado jadear cuando me rodeaba la cintura con sus piernas, yo gruñí cuando me pegué a su cuello para sentir ese placer de amor entre ambos.

Ese momento en que sólo existimos los dos y nadie más.

Hasta ahora.