EPÍLOGO

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DIECINUEVE AÑOS DESPUÉS.

***Narradora***

Solía existir el mito del gran criminal de Nueva York, Pitch Black.

Un hombre oscuro y cruel, que se hacía respetar gracias a los tratos, deseos y asesinatos de las personas, ese gran poder lo podía hacer conseguir todo lo que quisiera, escapar por las sombras en donde sea a donde quisieras.

Pitch tenía la vida resuelta, hasta el día de la llegada de un joven pálido, de ojos azulados y de cabellos blancos.

Durante el tiempo que ambos compartieron se había revelado el secreto:

"Quien lograra matar a Pitch Black lograría absorber todos sus dones oscuros".

No cualquiera podía hacerlo, debería de existir una persona mucho más cruel que Pitch para que eso pasará.

Veintidos años después de ser capturado, aparecería un joven chico quien se atrevería a cumplir con tal leyenda.

Justo en Guardianes, a mediados de las 3:30 a.m. las alarmas comenzaron a sonar en el momento que se infiltraron a la oficina de Norte.

La luz de las calles era lo único que hacía reflejar la oficina y la figura de la sombra de ese chico.

Cuando miró la caja sellada bajo el librero, sabía que ahí se encontraba.

La tomó con cuidado y la arrastró hasta su cuerpo, con sus manos sobre el material del seguro, comenzó a ejercer sus dones.

Congelando con gran dureza y fuerza para hacer reventar los candados.

Por fin resuelto, levantó la tapa para dejar ver el gran cayado de madera. El chico estiró su mano para tomarlo, y en cuanto hizo contacto el cayado encendió sus lunares azulados y sus caireles.

Los ojos azulados del chico se veían sonrientes.

El brillo al encenderse con más potencia dejó iluminar el rostro del chico de tan sólo 21 años de edad: Eliot Frost.

-¡De prisa! ¡Debemos evitar cualquier objeto que saquen de ahí! – Gritó la voz de un guardián.

Eliot se giró mientras resaltaba su mandíbula de amenaza y reto, estiró el brazo con el que sostenía el cayado de su padre y con potencia lo agitó en dirección de la puerta para congelarla.

No sólo la entrada sino toda la mitad de la oficina.

-Imbéciles –Murmuró el joven de cabellos blancos platinados, se asomó por la ventana de donde había entrado y emprendió vuelo.

Pitch Black, en la celda del sótano más brillante de luces para evitar que escapara por las sombras, podía escuchar las alarmas.

Su manera de dormir era en base a anteojos grandes pegados al cráneo para poder cerrar los ojos, pero con tanto ruido le era imposible.

-¡Que escándalo! – Gruñó mientras trataba de dormir.

La puerta entonces se abrió con fuerza, Pitch se levantó de la cama y empezó a quitarse los anteojos.

-¡¿Qué es lo....... –Pero al apartarse el objeto, se quedó en silencio analizando la imagen del chico al pie del marco de la puerta - ¿Jack?

-¿Te parece que soy él? –Dijo la voz ronca y gruesa de Eliot mientras sonreía de lado y con un toque de malicia.

Vestía de negro, de pantalones y botillas, pero su chamarra era azul marino, casi apegado al negro.

Su quijada resultaba demasiado a la vista con cualquier gesto.

-No lo eres – Pitch sonrío al sentarse a la cama – Jack es tú padre ¿Me equivoco?

-No vengo para hablar de quienes se dicen llamar mi familia.

Avanzó y dejó ver el cayado brillando en su mano.

-¿Quién te contó sobre matarme? – Dijo calmado Pitch, intentando dar una buena impresión al chico para convencerlo de escapar.

-Nadie a quien conozcas –Eliot dio un paso más al frente.

-Nadie en físico – Río Pitch – Seguro te has conectado con la mente de tú padre. Ya que a nadie más se lo he dicho y él no se atrevería a revelar tal dato, precisamente para evitar esto.

-Hablas demasiado –Eliot resaltó la quijada comenzando a molestarse.

-¿Y qué planeas? ¿En serio vas a matarme con el cayado de tu padre?

-No es el cayado de mi padre –Eliot sonrío en victoria – Ya es mi cayado.

Levantó el brazo con potencia y lo hizo lanzar potentes rayos para asesinar a Pitch como se pudiera, logrando atravesar por varias espinas largas y gruesas de hielo a Pitch.

Y entonces sucedió: Alguien mucho más cruel que Pitch logró matarlo y absorber sus dones.

Ahora nada detendría a Eliot, quien ya era mucho más oscuro.

Pero existía una persona, del otro lado del mundo, mirando el atardecer de una playa en Londres.

Se trataba de una mujer, de cabellos largos, platinados y de ojos azulados también. Había pasado después de unas horas de lo que sucedió en Nueva York.

Una chica de cabellos largos y chinos se acercó a su lado, le tendió en frente un periódico.

La mujer posó sin mucha expresión sus ojos en las noticias.

"Un terror futuro se acerca después del asesinato de Pitch Black en Guardianes".

-Esta vez no se detendrá por nada –Murmuró la castaña.

La mujer se dio vuelta decidida en el plan que años atrás tenía en mente y que hasta ahora conseguiría.

-Si lo habrá, yo seré quien lo detenga.

-Te matará, los sabemos –Le dijo su mejor amiga.

-No si yo lo hago primero – Contestó.

-Jatzira – Habló firme Herilda, la hija de Hiccup y Merida – No saldrá nada bueno de esto, puede que hasta los dos mueran.

-Si eso es necesario para dejar que avance, entonces que muera –Contestó la platinada – Vamos, llámalo.

Herilda sin un gran sabor de boca, colocó sus dedos en los labios para silbar con intensidad, para hacer aparecer al Furia Nocturna de su padre, Chimuelo.

El animal se veía mucho más grande, tanto en grosor de su cuerpo como el de sus alas.

Ambas chicas de 19 años montaron el animal.

-Es una terrible idea –Le recordó Herilda.

-Si no hacemos nada ahora será peor después –Dijo Jatzira – Iré por mi hermano.

Emprendieron vuelo a la siguiente aventura.

FIN DE LA HISTORIA.


Atraída Por El Enemigo (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora