Capítulo 19

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***Jack Frost***

Consigo bajar a saltos hacia los balcones con Hiccup, hay varios oficiales que bajan corriendo y otros saliendo para apuntarnos en plenos saltos.

Al tocar suelo frente al edificio, no son aun varios oficiales, por lo que tenemos ventajas para luchar contra ellos. Aparto el arma a uno de ellos para golpearlo en el rostro con ella, me doy vuelta y una que viene le disparo justo al pecho.

Hiccup consigue deshacerse de unos, para así cruzar corriendo la calle. Al estar frente al edificio, vemos a nuestras espaldas como más oficiales vienen por nosotros.

-Tú a la izquierda y yo a la derecha – Hiccup dice señalando a los jardines que rodea el edificio – Nos vemos adentro ¿De acuerdo?

No digo nada, sólo asiento con la cabeza y emprendemos la corrida.

Un oficial consigue jalarme de mi playera, al frente de él le suelto un puño a la quijada, pongo un pie en su pierna que está doblada hacia el frente para impulsarme a golpearlo con mi rodilla y saltar sobre el otro oficial y noquearlo con ambos de mis puños juntos.

Corro hasta las puertas traseras, consigo abrir una de emergencia y correr al exterior.

Para variar, adentro también hay oficiales, uno me apunta pero corro sin importarme, comienza a disparar con balas y la gente grita mientras se tira al suelo.

Con el impulso de correr me dejo caer de rodillas para resbalarme y quedar a un costado del oficial. Golpeo por detrás de sus rodillas para hacerlo caer, le arrebato el arma y la dejo impactarse contra su nariz, sabiendo que ya se la he roto.

Corro veloz a los ascensores y tomo de la muñeca a una enfermera que agachada estaba.

-Entre – Le digo mientras la fuerzo a entrar, se cierran las puertas y veo como la enfermera de alrededor de 22 años, llora – No llores, no pienso hacerte daño. Necesito información de una mujer que estuvo aquí hospitalizada.

-Pe-Pero no de-debo dar información a nadie sobre....pacientes.

-Es muy importante esta persona – La enfermera no reacciona – A quien estuvo aquí la amo, y ha sido error mío que este en este hospital, por favor, no vengo a dañarla, vengo a llevarla conmigo.

-¿Có-Cómo se llama? – La mujer se tranquiliza.

-Elsa Arendelle.

-¿Elsa? ¿La chica del oficial Hamada?

Su comentario me hace arder de furia, pero no es ella quien tiene la culpa.

-No es su chica, ella....Bueno, olvídalo, necesito saber cómo está.

-Ella no duró aquí.

-¿A qué te refieres con que no duró? – Sus palabras me paralizan.

-Hablo que no podíamos hacer ya nada con ella, no fue necesario internarla.

Elsa......¿muerta?

Me quedo pensando en lo que pudo suceder. En cómo la tenía en brazos hace unas semanas, su cuerpo estaba helado y su sangre hervía cuando caía en mis manos.

Las puertas del ascensor se abren, estoy cegado. Antes de que la enfermera pueda terminar, siento como unas manos me arrastran fuera del lugar, veo y son oficiales que me aprisionan contra el suelo, poniéndome esposas reforzadas para mis dones.

Me ponen de pie y veo como Hiccup me observa escondido contra un muro de un pasillo, me mira perplejo, sin saber qué hacer.

"Vete" gesticulo mis labios para que entienda, no sé si lo haya hecho pero se retira del lugar.

Me arrastran como pueden fuera del edificio, veo su rostro, Tadashi se asegura que me lleven de vuelta a la prisión de Guardianes, cuando me detienen frente a él me habla.

-Ni se te ocurra buscarla – Dice ente dientes – Por lo que ves ella ya no está, y jamás volverá.

-Eres un cerdo mentiroso – Digo con rabia - ¿Qué acaso te lastimó saber que soy yo por quien Elsa está locamente enamorada?

Frunce su ceño tan enojado que suelta un puño contra mi vientre haciéndome sacar el aire de mis pulmones, me encojo por el impacto pero el oficial me pone firme tomándome por el cuello de mi playera.

-Ahora espero y disfrutes el poco tiempo que te queda, que el día de mañana será tu último día de mutante, serás nuestro conejo de experimentación.

-Ni siquiera me diste aviso alguno de ella.

-No es necesario que te enterarás – Tadashi mira al oficial – Llévenselo.

Intento zafarme de sus brazos para darle la golpiza de su vida a Tadashi, pero es imposible, me fuerzan demasiado.

Cuando entramos a mi vieja celda, me tiran al suelo después de quitarme las esposas.

Intento calmarme, no derrumbarme, pero las lágrimas aparecen cegando mi vista. Con el único recuerdo de Elsa en mis brazos.

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Atraída Por El Enemigo (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora