Me encontré parada en medio de lo que parece ser un antiguo dojo pero fuertemente ornamentado con detalles orientales y árabes. Me vino a la mente mi pareja y sonreí al poder imaginarlo entrenando en este lugar. De pronto una puerta se abrió dejando ver a un guerrero que me congelo mi cuerpo al momento de verlo.
Camino hacia mi lentamente y aunque yo sabia que él era mortal... me provoca la misma sensación que me causa el señor Wayne. No puedo leer nada de él y su aspecto me aterra al punto de sentir como se duermen mis manos.
Su armadura negra y dorada, su capa de color verde, su espada, su barba y su presencia... el abuelo de Damian.
Cuando se puso frente a mi se me quedo viendo como si yo fuera una de sus súbditos. Yo recobre el sentido y me puse en guardia esperando un lucha.
- ... Entretenido... tienes mal puesta la pierna de apoyo....
Como una novata mire hacia el suelo y luego sentí como me arrojaba dos metros lejos de él.
- ¿Acaso mi nieto es tan mal maestro? ¿No te enseño a jamas desviar la mirada de tu oponente?
Lentamente me levante y volví a ponerme en posición de combate.
- ¿C-como sabes que Damian me enseño?
- La pose que ocupas le pertenece a mi familia... yo la invente.
Dijo para nuevamente atacarme y volver a arrojarme en dirección contraria. Estuvimos así durante un par de minutos con él golpeándome sin parar y yo sin poder hacer nada mas que protegerme de sus golpes ya que mi magia no funcionaba en este lugar. Para cuando termino yo estaba tosiendo en el suelo con gran dolor en mi cuerpo mientras que él estaba en el centro del dojo con sus manos detrás dándome la espalda.
- ¿Así que esto es lo mejor que puede hacer la concubina de mi nieto?... que patético...
Furiosa me levante ignorando el dolor en mi cuerpo y lo mire.
- Si tuviera mis poderes... no dirías lo mismo.
No tardo ni 3 segundos en tomarme por el cuello, levantarme en el aire y estrellarme contra el piso como Damian solía someterme cuando entrenábamos para controlar mis poderes.
- Nosotros los Al Ghul no usamos poderes ni trucos baratos cuando entramos a la batalla. Nosotros salimos victoriosos por nuestras habilidades, nuestra fuerza y entrenamiento... ¿Pero tu?... si no tienes tu poderes no eres mas que una patética mujer...
- .......
- ¿Quieres llamar a mi nieto? ¿Quieres que venga a proteger su carga? ¿Quieres que defienda a su triste intento de mujer?... no eres fuerte, no tienes valor, tampoco eres hermosa... ni descendencia puedes darle...
Comencé a llorar antes su palabras y ante esto saco su espada y la clavo a un centímetro de mi rostro petrificando mi cuerpo de miedo.
- ... Patético... esperaba mas de la mujer que es dueña de los afectos de mi sangre... que gran decepción...
Retiro su espada y salio por la puerta dejándome encorvada en el piso llorando y sintiendo el dolor de sus golpes en mi cuerpo... hasta que desperté en la cama de mi pareja, sola.
Con mis dedos toque mis mejillas y pude sentir las lagrimas que habían brotado de mis ojos. Limpie mi rostro en el baño y salí a buscar a Damian sin darme cuenta que eran las 5 a.m.
Cuando lo encontré se preparaba para su sesión de entrenamiento diaria. Camine hacia él y me miro extrañado al verme.
- ¿Que sucede amada?
- Quiero aprender mas artes marciales.
- ...... Esta bien....... ¿Cual quieres aprender?
- La de tu familia
- ... Rachel esa disciplina es muy peligrosa y....
- Un día seré tu mujer. Seré parte de tu familia.... quiero aprender.
El me miro sorprendido, luego sonrió y asintió.
- Por supuesto... pero usaras protección siempre ¿entendido?
- ¿Por que si tu no lo hiciste?
- Por que no estoy dispuesto a clavar una espada en tu piel, por eso.
- ... Entiendo...