《Cuarenta y Siete》

2.9K 369 74
                                    

Capitulo Dedicado a:
jalonsa94 IngridRodriguez418

♤♤♤♢♤♤♤

Suspiré intentando calmar mis nervios, mis manos sudaban, mi corazón estaba hecho pedazos y mi mente era un desastre.

— Enfrenta tus demonios, _____. —me dije un par de veces antes de tocar la manija de la puerta, y...

— _____...

Mi corazón dejo de bombear sangre a todo mi cuerpo, mi mano no tuvo la suficiente fuerza para abrir la puerta. Mi cuerpo se había congelado.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, simplemente era imposible seguir sosteniéndome, mucho menos ahora.

No giré para ver a quien me había llamado, porque conocía su voz, sabía quien era, y en esos momentos deseé haber tenido amnesia para no recordar nada. Como si fuera un desconocido.

Lo escuché acercarse y yo quise salir corriendo pero mis piernas no respondían a ningún tipo de movimiento. Mi mirada seguía sobre la puerta de madera que estaba frente a mi.

— ¿______?

Joder, deja de pronunciar mi nombre así. Duele tanto.

Sentí sus brazos rodear mi cintura, mi corazón latía rápido, latía de temor.

Quizás antes, tener contacto con él lograba mantenerme en calma incluso en momentos difíciles, pero ahora, sentirlo junto a mi me hacia los momentos difíciles.

— Te extrañe mucho... —no respondí.— ¿Estás bien?

Mordí mi lengua para evitar soltar un llanto, limpie mis lágrimas con la manga de mi suéter, tome las manos con las que se había aferrado a mi cuerpo, y simplemente las alejé de mi. Abri la puerta de casa y entre, dejándolo solo.

Me recargue en la puerta de la casa y quise derrumbarme y llorar, pero aún no podía. Oculté mi rostro en mis manos un segundo y luego caminé hasta la sala. Ahí estaban mis padres, ambos me miraron al mismo tiempo y me mataron con solo una mirada.

— ¿Donde estabas? —pregunto mi padre, con las manos entrelazadas.

Una parte de mi que nunca antes había conocido habló, y en ese preciso segundo la ______ de siempre, se esfumó.

Y sin ningún tipo de sentimiento conocido, dije:

— Iré a Inglaterra.

Mi padre se sorprendió por mi respuesta, me miró y luego miró a mi madre, aquellas palabras fueron como una melodía perfecta para él. Asintió.

Recuerdo ese día como el que marcó mi vida para siempre. Nada fue lo mismo, jamás.

Fría, sarcástica, cortante y rota.

Nunca quise volverme en esto, transformarme en algo que ya no parecía ser humano, pero eventualmente, descubrí que la vida te va guiando a caminos desconocidos, en los que te toca a ti explorar cada piedra y flor de éste. La vida me guió en un camino peligroso, y yo sólo me perdí en él.

Después de ese día no regresé a clases por más de un mes. Ignoraba cualquier llamada y mensaje, sin importar de quién fuese. Mi cuarto se volvió un desastre, al igual que yo.

Desde el día que Jos regresó, no paro de venir, todos los días tocaba mi puerta, esperando a que esta vez la abriera. Siempre traía dalias, lo que él no sabía, es que yo había dejado de amar esas flores hace mucho tiempo.

Tire todo lo que hubiese tenido contacto con su cuerpo, tire cada regalo, cada carta y cada flor. Incluso Mamá tuvo que devolver a Pepinillo a Jos.

Mi madre me juzgaba. Me decía que era una completa idiota por hacerle eso a Jos, pero carajo, ¿alguna vez alguien se molesto en preguntarme a mi si estaba bien?

Cosas peores que olvidar lo ocurrido en una noche de sentimientos y alcohol, me pasaron.

Eventualmente, mis padres me obligaron a regresar a el Instituto. Yo no quería, no estaba en condiciones de hacerlo, más sin embargo aún recuerdo levantarme esa mañana y repetirme al espejo: no vayas a llorar.

Llegué al Instituto, todos me miraban como si fuese un bicho raro, quizás porque no había venido en más de un mes a clases.

Entonces vi a lo lejos a él chico por la que toda mi vida se había vuelto un desastre. Vi a Logan reír con sus amigos. Mi cuerpo se volvió una furia y fui hasta él, sin importar quien nos mirara o escuchara.

— ¡Eres un idiota! —grite y todos me miraron.— ¿¡Qué fue lo que me hiciste!?

— Relájate, desaparecida. —bromeó mirándome duro y frívolo.

— ¿Qué pasó esa noche? —pregunté llena de rabia.

— Lo que querías que pasara. No parabas de rogarme que te quitara esa valiosa virginidad así que lo hice. —dijo.

— Eres un imbecil.

— Y tu eras una apuesta. —esbozó una sonrisa. Sus amigos rieron.— digamos que le pusieron precio a tu virginidad, y bueno, gane el premio gordo. Ahora porque no te vas por donde viniste.

Mi corazón se hizo añicos, todos me miraron riendo, tomando incluso video. Entonces simple lo hice, le di una bofetada frente a todo el mundo.

— Poco hombre. —musité.

Él tomó su mejilla a dolorido mientras todos miraban atentos aquella escena.

— No debiste hacer eso. —amenazo.

— Debí hacer mucho más que eso, así que tuviste suerte. —dije antes de salir del Instituto.

Todos me miraban, pero ya no me importaba un carajo. Que se pudran todos.

— ¡______! —escuché que gritaron una vez que salí de aquel lugar.

No me importo y seguí caminando, hasta que tomaron mi muñeca y me hicieron girar en mis propios talones.

Deje de respirar por segundos.

Cabellos despeinado, grandes ojos con largas pestañas y aquellos labios que me enseñaron a besar desde un principio.

— Jos... —susurre y fue como clavarme una espada en el corazón con solo pronunciar su nombre. Lo había tenido en mi mente todo este tiempo y ahora estaba aquí, frente a mi.

— Por favor, no te vayas, te necesito, te extraño tanto... ¡Te amo, joder! Te amo y... —me miró sin poder articular alguna otra palabra, se lanzó sobre mí y me beso como nunca antes lo había hecho.

La _____ de antes seguramente hubiera caído rendida, enamorada de nuevo. Pero no yo.

Me separé de él.

— Por favor no vuelvas a hacer eso. —dije seria y él me miró destrozado.

Entonces su teléfono vibró, y con el, una oleada de notificaciones de todos los estudiantes inundó los pasillos. Hasta que finalmente el mío sonó.

Todos miraron sus teléfonos, comenzaron a murmurar, reír y burlarse.

Jos también miró su móvil. Luego de unos segundos, su mandíbula se tensó, sus puños se cerraron bruscamente y su respiración era entrecortada. Me miró, penetrando mi mirada y entonces se fue sin más.

Miré la nueva notificación de mi móvil, era un video...

Mis ojos se llenaron de lágrimas y fue ahí cuando toque fondo.

Ahora sabía lo que había ocurrido aquella noche con Logan. Él me había violado, me había tocado y me había grabado, ahora todos miraban ese video. El instituto enteró me juzgó. Y estoy segura que Jos también lo hizo.

Mi teléfono cayó al suelo, y como deseé dejar de existir en ese momento.

¿Cómo Aprender A Besar? © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora