Capítulo 04

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En el interior el ambiente era movido y disfrutaban de bailar todo el tiempo

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En el interior el ambiente era movido y disfrutaban de bailar todo el tiempo. Tragos, conversaciones, bailes eran lo que conllevaba una noche de fiesta con su grupo de amigos. Ya se habían encontrado con Ismael, el novio de Luna y está disfrutando más de lo que esperaban. La música estaba tan exquisita que no pararon de bailar hasta que sintieron sed.

—¡Vamos a beber! —ofreció Luna.

—Sí. —estuvo de acuerdo Rodolfo uno de los chicos del grupo que bailaba con Leticia.

—Nosotros vamos y ustedes espérennos sentadas. —ofreció Ismael.

—No —refutó Luna —. Si van ustedes nos moriremos de sed, nosotras iremos y le traeremos a ustedes.

Leticia la miró mal porque se imaginaba lo que estaba pensando y no quería ser víctima otra vez de sus experimentos. En el tiempo menos pensado ya estaban caminando hacia la barra.

—No lo haré otra vez —gritó Leticia debido al sonido de la música —. Tienes todas las ventajas e intenciones para que los hagas tú.

—Es por una buena causa —refutó —. No soy tan despampanante.

Resopló y siguió caminando a regañadientes ante la actitud loca de Luna, pensó que la única culpable era ella por dejarse convencer. En la anterior ocasión el barman estaba como pulpo atendiendo a las personas agolpadas en la pequeña barra. Tenían tantas ganas de un trago o al menos una cerveza que ante la multitud de personas perdieron la esperanza de ser atendidas a tiempo. Pero a Luna se le ocurrió la idea que Leticia mostrara más de su escote llamando su atención e inclinándose lo suficiente para que el chico quedara atontado e hipnotizado, aunque no quería hacerlo al inicio y las circunstancias la obligaron coincidió que las atendió al instante. Leticia pensé que era casualidad.

Aunque Luna tenía un buen cuerpo, sus pechos eran pequeños, los de Leticia sobresalían y siempre robaba las miradas de los hombres cuando los mostraba un poco.

—La próxima vez lo haces tú —sentenció —. Ya sabes que no me gusta exponerme así.

—Deja de quejarte y consíguenos esas bebidas.

Acomodó sus senos en el sujetador provocando que sobresalieran más y bajó el escote de su vestido. Apenas el chico la vio sonrió y prestó atención a lo que la chica solicitaba, ella se atormentó pensando en la posibilidad que la reconociera fuera del lugar, ahí si estaría en un gran problema. Junto a las bebidas un pequeño papel sobresalía con el nombre de Henry y un número telefónico. Era evidente que Leticia no lo llamaría pero aun así aceptó el pequeño papel sonriente y con ganas de matar a Luna.

Al final habían disfrutado más de lo que esperaban y mientras esperaban en el exterior de la discoteca a Leonel que había informado que llegaría pronto aprovecharon la privacidad del momento para hablar, los demás estaban a unos metros de distancia envueltos en una conversación de videojuegos.

La inocencia de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora