Capítulo 15

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Las palabras habían quedado en el olvido cuando en la cama el deseo tomaba su lugar, era imposible pronunciar palabra alguna porque los gemidos y lamentos tomaban su lugar cuando los movimientos de las caderas aumentaban el ritmo. Sentada sobre él se movía presa del éxtasis momentáneo, parecía que no había nada en ese momento que no fuese de interés alguno.

¡Oh si

Para Leticia lo único que le importaba en ese momento es que el hombre con el que estaba le prometía placer y quería aprovecharlo. Solo llegar al clímax los hizo bajar la intensidad del momento para descansar.

El frío había sido olvidado, sus cuerpos eran suficiente combustión para mantenerlos caliente. Leonel recorría con su dedo índice de forma pausada su cuerpo empezando desde la nariz hasta la punta de los dedos de los pies. No se cansaba de observarla y adorarla mientras ella mantenía los ojos cerrados disfrutando la sutil caricia, sabía que estaba siendo observada con detenimiento y eso lo disfrutaba al mismo tiempo que se sentía cohibida.

—Eres perfecta Leticia —susurró cerca de sus labios erizando cada poro de la piel de ella. Si observarla a simple vista era placentero mirarla completamente desnuda era la mejor obra de arte. En ese preciso momento quería convertirse en pintor para pintarla en un lienzo y así recordarla siempre. Sonrió cuando pensó en algo mejor. Se levantó rápidamente y tomó la cámara que estaba cerca y empezó a fotografiarla, desnuda.

Leticia se cubrió el rostro y soltó la carcajada ante la inesperada acción del hombre que no cesaba de tomarle fotos. En un vano intentó quiso cubrirse con la sábana pero Leonel no la dejaba, con una mano la sostenía y con la otra la cámara. Al ver que no paraba se incorporó para quitársela pero fueron dando bruces hasta que ella cayó sobre él. Los dos no podían dejar de reír.

—Ahora yo te tomaré fotos, me parece lo justo. —dijo ella quitándole la cámara. Leonel sonrío y sin ninguna palabra dejó que ella lo hiciera e incluso para burla de ella empezó a posar sin ninguna timidez. Leticia se embelesó ante el adonis que tenía frente a ella y decidió aprovechar y tomar fotos desde diferentes ángulos. Leonel era un modelo perfecto.

—Quisiera tener una cámara para retratarte tomando fotografía. Eres una diosa.

Leticia sonrió y se acercó a su pecho para tomar fotos y que estuvieran juntos. Enseguida fue atacada por los besos de Leonel, podía sentir esa escasa barba en su piel que la excitaba mucho más, aquello la hizo recordar cuando lo vio llegar, tenía un rostro como si recién se hubiese levantado de dormir y eso provocó más deseos en ella.

A Leonel le gustaba que no fuese cohibida sino que se mostrara así tan suelta sin importarle su desnudez ni la de él tal vez porque sabía que era digna de admirar que no le importaba estar desnuda a la vista de él.

—Debemos de aclarar las cosas —dijo de repente Leticia —, sobre todo lo que ha ocurrido entre nosotros.

Por más que había intentado alargar ese momento íntimo entre ellos y evitar hablar de ese tema tenía razón y por eso se incorporó un poco y la atrajo a él tomando sus manos porque le gustaba tocarla y sentir esa cercanía, piel con piel.

La inocencia de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora