Capítulo 16

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Leticia se removió entre las sábanas y no dejó de escuchar un sonido ensordecedor junto al ladrido de Arthur. Muy a su pesar se dio cuenta que su teléfono no estaba a su lado, de seguro era de esas mañanas que no se había dado cuenta de cuando se quedó dormida, vio el reloj de su habitación y entre un pestañeo y otro pudo percibir que aún era demasiado temprano para levantarse.

—¿Seis de la mañana? —Refunfuñó —, ¿a quién diablos se le ocurre llamar un sábado a esta hora?

Se cubrió las orejas con la almohada hasta que el sonido paró, iba a retomar el sueño cuando otra vez volvió a sonar.

—¡Miér... coles! —masculló levantándose hasta localizarlo. Pensó que en las noches debería de silenciar el teléfono.

—Aló —contestó molesta.

—Amor, si hubiese sabido que estabas enojada ni te habría marcado.

—¡Ay no, Lucas! —se quejó —. Son las seis de la mañana, es evidente que voy a estar enojada. ¡Me has despertado! —acusó

—Acá no es tan temprano. Además solo tenía ganas de escuchar tu voz. —justificó.

—Bien dicho, allá no es tan temprano. Acá apenas amanece y deberías de saberlo.

Es que ayer me quedé preocupado, no contestaste mi mensaje. Y aprovechando que iba a salir a correr quise saber de ti.

—De seguro no lo vi. —Se justificó. No recordaba haber leído su mensaje. Siempre los contestaba con prontitud.

—No es cierto, me dejaste en visto. Nunca lo habías hecho. —acusó.

—¿Seguro? Tal vez lo leí dormida, Lucas.

Volvió a acostarse y cubrirse con su sábana que aún estaba caliente calientita. Bostezó.

—Quería hablar contigo pero veo que te aburro. Si me lo estás cobrando porque no hemos podido hablar tan seguido te aseguro que no ha sido mi culpa, estoy en los exámenes importantes.

—No es eso Lucas, tengo sueño y estoy cansada.

—¿Cansada? Si recién te despiertas.

—Pues, ¿alguna vez no te has levantado sintiéndote cansado? Pues yo muchas veces.

—Ay Leti solo a ti te pasa eso.

—¿Me vas a dejar dormir? —preguntó cerrando los ojos.

¿Tengo recompensa más tarde? Mira que me has dejado plantado dos veces en menos de un día.

—Déjame pensarlo en mis sueños ¿okey?

¿Vas a tener sueños húmedos pensando en mí?

—Sí, sí, sí. —contestó afirmativamente para que la dejara dormir.

Está bien amor, que sueñes conmigo. Más tarde te llamo.

No esperó despedirse y cerró sus ojos prontamente. Lo único que quería era seguir durmiendo.

Lucas del otro lado del teléfono resopló y se tiró en la cama, había amanecido con ganas de jugar con Leticia pero al parecer ella prefería dormir más. Se levantó y se puso perfume, al menos no se quedaría con ganas de hacer algo e iría a buscar alguna presa fácil sin tantos ruegos o si tenía suerte encontraría algo más interesante que hacer. Por un momento le preocupaba que Leticia no estuviera respondiendo como siempre, algo debía de hacer para que las cosas volvieran a la normalidad y tener un poco de tranquilidad.

La inocencia de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora