Capítulo 08

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Leticia se recordaba a cada momento que ya era adulta y que no debía de sentir temor quedarse sola en casa, pero no conseguía dejar de sentirse así

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Leticia se recordaba a cada momento que ya era adulta y que no debía de sentir temor quedarse sola en casa, pero no conseguía dejar de sentirse así. Las pocas ocasiones que se había quedado sola le hacían pensar indiscriminadamente que si a su abuela le llegaba a pasar algo se quedaría absolutamente sola porque no tenía a nadie más. Ni siquiera conservaba recuerdos de sus padres y aquello la convertía presa del pánico a pesar que ya debía de haberse acostumbrado a su ausencia.

Para olvidar el tema de sus padres pensó en Luna, ella de seguro estaría muy feliz sin pensar en nada y solo disfrutando de la compañía del hombre que amaba. Al menos ese sacrificio valía la pena y dejaría de quejarse y empezaría a pensar en los demás. Aunque era difícil se esforzaría, no encontraba ninguna película emocionante o alguna serie que quisiera ver, estaba en pijama. Hasta a Lucas se le había ocurrido salir con amigos y no podría entretenerse tampoco con él para conseguir que el tiempo pasara rápido. Lo bueno a todo eso pensaba es que a Leonel no se le había ocurrido llamar. Estaba haciendo mucho frio así que decidió tomar la cobija y cubrirse toda, al menos esperaba dormirse rápido y no escuchar esos ruidos inexistentes que se oyen cuando alguien se encuentra solo.

Dio un respingo cuando escuchó el timbre, miró el reloj y era tarde como para que alguien se le antojara visitar. Se quedó en silencio un momento hasta que volvió a escuchar el timbre y eso la hizo sentirse completamente nerviosa. Miró el móvil y no tenía ninguna llamada o mensaje, pensó en la posibilidad que fuese Luna pero enseguida comprendió que ella la hubiese llamado antes si habría cambiado de planes.

Dejaría que siguieran tocando el timbre hasta que se cansaran aunque su corazón se quisiera salir por la boca, al fin y al cabo estaba sola y podía ser cualquier desconocido. Se quedó aliviada al notar que ya no sonaba el timbre pero el sonido de su móvil la hizo saltar del susto, ahora se aterró al darse cuenta que era Leonel

—Maldita sea —murmuró.

Apenas terminó la llamada empezó a timbrar a Luna, pero se iba al buzón de mensajes.

—Piensa Leticia, piensa —decía una y otra vez mientras daba vueltas en la habitación. El teléfono no dejaba de sonar. Rendida sin ninguna excusa alguna decidió contestar.

—Hola —contestó con voz temblorosa.

—Disculpa la hora pero, ¿podrían abrir la puerta, estoy que toco el timbre y nadie me abre? Está haciendo mucho frio acá afuera ¿Acaso no están en la casa o están demasiado ocupadas? —indagó Leonel desde el otro lado de la línea.

Al escuchar el reproche de Leonel los nervios de Leticia aumentaron. Pensar que estaba en la puerta y que Luna no estaba en la casa era desesperante. El frio desapareció intercambiado por la angustia.

—Emm ya voy a abrir. —murmuró.

Llamó otra vez a Luna mientras bajaba las escaleras, pero volvía a salir el buzón.

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