Capítulo 4

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¿Alguna vez han sentido la emoción del primer amor? ¿Sentir aquella sensación de inconfundible felicidad cuando esa persona tan especial para ti se llega a enterar de tu existencia?

Ya saben, las mariposas en el estómago, la emoción de la expectación, las fantasías. ..el amor.

Entonces creces, conoces a más personas, crees enamorarte y al final todo termina.

Todo va por etapas. Primero te gusta, después te enamoras, y al final lo amas.

Tienes novio, te gusta, crees estar enamorada, y después con el paso del tiempo te das cuenta que nunca lo amaste, aunque hubo un tiempo en que si te enamoraste.

¿Entienden la diferencia entre amar y estar enamorada?

Estar enamorada es algo mucho más pasajero que el amor. Es un hermoso recuerdo, aunque nada más que eso, ¡y es que el amor es tan complicado!

¿Como no confundirnos entre ambos sentimientos?

La respuesta es muy sencilla. Nuestro primer, y único amor, nos sentimos con los pies sobre la tierra, alguien que nos entiende y entendemos. Entregas todo en un simple beso y en dónde las miradas lo dicen todo sin necesidad de palabras. Tu primer amor es esa persona que te impulsa a ser una mejor persona cada día por el simple hecho de él estar ahí.

 De algo estamos seguros: nunca llegaremos a comprender el amor en su totalidad. Aunque algo sí es seguro, nunca dejes de sentir,  ni mucho menos dejes de amar. No importa lo dañado o lastimado que estes, amar es algo hermosamente terrífico porque sabemos que, si amamos demasiado, también tenemos la gran posibilidad de salir demasiado dañados.

Pero hay que vivir el momento. El pasado ya no esta y el futuro aun no ha llegado. Lo único verdadero y real es el aquí y el ahora.

Todas aquellas emociones me invadieron en el momento en que la voz de Dylan hizo contacto con mis oídos.

¡Me esta hablando! ¡Dylan Mason me esta hablando! ¡A mi!

-- Yo...he. ..volví hoy de Inglaterra -dije con voz entrecortada.  

Genial, mi vecino se da cuenta de mi presencia y lo único en que puedo pensar es en aquello que es evidentemente obvio.

Él se inclinó hacia adelante, de modo que su rostro quedó sumido entre la luz y la oscuridad.

Inconscientemente me incline más hacia la ventana, de modo que mi cabeza y cuello se encuentran afuera del marco.

-- Eres Abby, ¿No? -comentó con una linda sonrisa en sus labios.

Por algunos segundos olvide del cómo respirar al ver esa sonrisa.

Por el amor de mi madre, esa sonrisa podría derretir hasta al polo norte.

-- Sí -contesté con voz entrecortada-. Y tu eres Dylan, ¿Verdad?

Él rió mientras movía la cabeza de un lado a otro mientras asentía.

Oh, si supieras que estas en mis pensamientos las 24 horas y los 7 días de la semana...

Mis ojos se dirigieron involuntariamente hacia su pecho, y aparte la mirada rápidamente.  

Santo cielo, ¿Cómo le hace para tener semejante cuerpo? Si esta mas bueno que el pan…

-- Así que volviste de Inglaterra, ¿He? -dijo aun con la misma sonrisa infartante-. Me entere que fuiste por una beca a Londres.

RojaijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora