Capítulo 29

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  3 meses después

Estaba agotada.

Era casi medianoche y yo apenas volvía a casa para encontrarme ahí con Dylan.

Ahora que conseguí trabajo en un Starbucks desde hace poco más de dos meses, y de trabajar como niñera de Sophia y Alejandro, hijos de una amiga de mi madre, agotaban toda mi tiempo y mi energía.

Al llegar a mi destino, encontré a Dylan esperándome fuera de mi casa. Una sonrisa boba apareció en mi rostro en el mismo instante en que sus hermosos ojos castaños encontraron los míos. Aleje el espacio que nos separaba y bese con rapidez sus labios. Esperaba que él me correspondiera el beso o al menos que dijera algo bonito después de no verme desde hace más de un día. Pero en cambio se mantuvo serio y distante, algo que me asusto mucho más que verlo enfadado.

Temía que estuviera enojado conmigo de nuevo, ya que desde que Sebas decidió mudarse a Boston, he pasado la mayoría de mi tiempo libre con mi mejor amigo. Lo cual a provocado muchas discusiones con Dylan. Y sinceramente comenzaba a sentirme agotada de sus celos incomprensibles.

-- Hola amor -saludé al ver que Dylan no estaba dispuesto a pronunciar palabra alguna-. ¿Pasó algo? ¿Ya encontraste un nuevo trabajo?

Dylan negó con la cabeza sin decir nada al respecto.

Como medio de consuelo acaricie con cariño su mejilla.  Quizá esa era la verdadera razón de su extraña actitud. Desde hace poco más de tres meses Dylan había comenzando a buscar empleo. Sin embargo cada vez que conseguía  un nuevo trabajo, lo despedían a la semana o él renunciaba. En una ocasión me comentó que en uno de sus antiguos trabajos lo habían corrido porque supuestamente lo habían acusado de traer droga en el trabajo.

Su extraña actitud me llevó a pensar en varias ocasiones si Dylan en realidad se estaba drogando. Él me decía que nunca se ha drogado y en realidad nunca lo he visto de una manera que lo compruebe, así que decidí dejar todas aquellas absurdas ideas atrás y confiar plenamente en mi novio.

-- No, aún no -contestó y me sorprendió escuchar frialdad en el tono de su voz.

-- ¿Entonces qué fue lo que sucedió? ¿Por qué estás tan...extraño?

Él se alejó un poco. Sus manos frotando con desesperación de su rostro. Quería acercarme a él y tranquilizarlo un poco, pero no sabía con exactitud cuál sería su comportamiento así que me mantuve en mi lugar, esperando a que él dijera algo al respecto.

Después de algunos minutos de largo silencio, Dylan por fin habló.  

-- Hoy vi a mi madre con su...amante.

Mi corazón dejó de latir al escuchar sus palabras. Se suponía que en su debido momento yo le confesaría lo que había descubierto sobre la relación secreta que tenían mi padre y su madre, pero el tema nunca surgió y de algún modo nunca encontré el valor de decirle la verdad.

-- ¿Y sabés quién era su amante? -siguió hablando. Negué con la cabeza, nerviosa-. Era tu padre, ¡Tu padre es amante de mi mamá!

Para en ese entonces ya se encontraba gritando.

Mi piel se estremeció con temor al ver lo enfadado que se encontraba Dylan. Nunca lo había visto de aquella manera y cabe destacar que no era algo agradable de ver.

Caminaba de un lado a otro, sus manos agarrando en puños su cabello.

-- ¿Puedes creerlo? -gritó, esta vez dirigiendo su enfado y desesperación hacía mi-. ¿Sabés lo que eso significa?  

RojaijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora