Capítulo 10

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Una sonrisa boba y genuina hizo aparición en mi rostro al escuchar sus encantadores palabras.

¿Cuándo sería el día en que me cansaría de escuchar aquellas palabras salir de la boca de Dylan? Nunca, supongo yo.

Aun sonriendo había apartado el poco espacio que nos separaba y bese fugazmente su mejilla, y en el proceso su rico perfume se impregno en mis fosas nasales.

-- Gracias -respondí alejándome un poco de él-. También te ves muy guapo.

-- Yo siempre me veo guapo -comento y ambos comenzamos a reír.

No podía estar más de acuerdo con él.  

En ese preciso momento la puerta se abrió de golpe y de ella salió Adrien. Tenía una fea mueca en los labios, y no pude evitar pensar en las apariciones inapropiadas de mi hermano, ¿Cuando sera el día en que dejara de hacer esto?

-- Tienes permiso hasta las 10, Abby -comento, y aunque el mensaje estaba dirigido hacia a mi, sus ojos estaban clavados directamente en Dylan-. Ni un minuto mas, ¿De acuerdo?

Por el rabillo del ojo pude percatarme de como Dylan se movía con inquietud.  Podía entenderlo, ¿Cómo no estar nervioso cuando el hermano de la chica con la cual sales está vigilando todo el tiempo tus movimientos? Ni siquiera papá es tan celoso y posesivo conmigo.

-- Llegare hasta mañana -dije con voz mordaz-. Así que no me esperes despierto.

Los ojos negros de Adrien brillaron por la furia, y no pude evitar sentirme orgullosa de mi misma al hacerlo enfadar.

-- No estoy bromeando Patricia -susurro, amenazante, con uno de sus dedos señalando hacia nuestra dirección-. Te quiero aquí mas tardar a las 10, ¿Entendido?

Dedico una mirada fugaz a Dylan antes de cerrar la puerta de la casa.  Tenía la mandíbula contraída por la furia.

¡Sabe que odio que me llamen por mi primer nombre!

-- ¿También te llamas Patricia? -pregunto Dylan, burlón. Asentí, aun con el ceño fruncido-. Patricia...como patricio…

-- Ni se te ocurra decirlo -interrumpí con voz arisca-. Y nunca me llames por mi primer nombre.

Camine enfadada hacia la camioneta escuchando las fuertes y alegres carcajadas de Dylan a mi espalda.

Lo primero en que pude percatarme al llegar a la fiesta fue la enormidad de ésta. El lugar estaba a reventar de personas y las calles estaban a rebosar de coches.

Al ver a todas aquellas personas no pude evitar sentirme nerviosa. No solo por ser la primera fiesta grande a la que iría, sino más bien por quien iría acompañada.

Salir con Dylan Mason implicaba muchas cosas, una de ellas tener que soportar las constantes agresiones de aquellas chicas que no corrieron con la misma suerte que yo.

Algo que va con el lote.

Sentí como la piel se ponía de gallina en el momento en que el aire fresco de la noche hizo contacto con mi piel desnuda.

-- ¿Tienes frío? -cuestiono-. Si quieres puedo darte mi chamarra.

-- No, no te preocupes -musite mientras ambos nos adentrabamos a la fiesta-. Solo estoy un poco...nerviosa.

Dylan sonrió levemente mientras se inclinada y planteaba un rápido y casto beso en mi mejilla.

Como instinto me sonroje, aunque casi de inmediato sentí la sangre bombear  fuerte y cálida por todo el cuerpo.

RojaijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora