Capítulo 49

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Hola chica unicornio, espero no haberte cansado tanto y espero de todo corazón que te guste este detalle.

Puedes sacar la cajita que te regale el día de tu cumpleaños, pero aún no la abras.

Parpadee un par de veces, leyendo y volviendo a releer la carta mientras trataba de encontrar alguna buena explicación para todo esto.

¿Por qué Aiden me haría caminar por más de una hora solo para decirme que sacara el regalo que él me dio el día de mi cumpleaños?  

Voltee a verlo en busca de alguna explicación, pero él ya no se encontraba frente a mí, sino que fue por el Starbucks de mi sabor favorito  que él me había prometido.

-- Aquí tienes -dijo, acercándose hacia a mi con una linda sonrisa en los labios.  -- Aiden, ¿Qué significa todo esto?

Él no dijo nada. Solo se limitó a seguir sonriendo mientras yo lo observaba en busca de alguna respuesta.

-- ¿Qué nombre le pongo? ¿Pato o chica unicornio?

-- Prefiero Abby.

Aiden escribió mi nombre y me entregó el vaso sin borrar aún aquella hermosa sonrisa.

-- Ya puedes abrir tu regalo.

Y después de tanta espera, abrí con cierta emoción la cajita. Entonces mis ojos vieron el hermoso anillo que se encontraba en el interior de la caja. Y al dirigir la mirada hacia Aiden, pude percatarme que el Starbucks no decía mi nombre ni ningún apodo, sino una pregunta que me robó por completo el aliento. Porque en letras grandes y mayúsculas, decía:

¿Quieres ser mi princesa?

De pronto mis ojos se volvieron vidriosos y unas cuantas lágrimas mojaban mis mejillas.

Y de pronto me encontraba abrazándolo con fuerza mientras trataba de encontrar el sonido de mi voz.

-- S...sí -contesté con algo de dificultad-. Me...en...encantaría ser tu...princesa.

El cuerpo entero de Aiden se relajo, agarró mi rostro entre sus manos y sellamos nuestra relación con lento y exquisito beso.

Después de algunos cuantos segundos, Sebas llegó al Starbucks.  Y fue entonces cuando pude darme cuenta que Aiden y Sebas habían planeado todo está sorpresa.

-- ¿Tú. ..tú lo sabías? -pregunté con voz incrédula hacia Sebas.

Él solo sonrió, y eso fue suficiente para confirmar todas mis sospechas.

-- Pero no te enfades con él -dijo Aiden, cauteloso-. Yo lo convencí de ayudarme.

-- No estoy enfadada -respondí, sonriendo-. Tengo al mejor novio y al mejor amigo del mundo.  

Como Aiden aún se encontraba en horas de trabajo, Sebas me llevó a casa. Estando ahí llamé a Alexa, y en menos de veinte minutos, ella ya se encontraba parada frente a mi casa.  

-- ¡Oh, amiga! -exclamó mi mejor amiga al abrir la puerta principal-. ¿Cómo fue que sucedió?

Entonces le relate todo lo sucedido: desde las cartas que había recibido por parte de desconocidos hasta terminar en el Starbucks que Aiden me regaló  y en la inesperada pregunta que en ella decía.

Cuando termine de relatar la historia, Alexa comenzó a dar brinquitos encima de la cama de mi habitación.  

-- ¡No lo puedo creer! ¿Así que oficialmente ya son novios? ¡Eso es genial!

Yo solo reía, estando totalmente de acuerdo con mi mejor amiga.

Cuando Alexa se fue, Aiden venía bajando de las escaleras. Su expresión era de completa seriedad mientras observaba mi rostro totalmente neutro.

RojaijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora