La alarma de mi móvil sonó.
Con pesadez abrí los ojos y casi al instante me arrepentí de haberlo hecho.
La luz era demasiado fuerte y la cabeza no dejaba de palpitar, por no mencionar que sentía la nariz mormada.
Con esfuerzo me levanté de la cama y fui directo al cuarto de baño.
Cuando estuve lista y preparada para ir al colegio, llego un mensaje de mi novio.
Agarre el celular con una sonrisa en los labios.
Dylan: ¿Ya estás lista?
Abby: Sí, en cinco minutos bajo :*
No recibí ninguna respuesta de Dylan, así que termine por arreglarme.
Al bajar por las escaleras sentí un incómodo malestar en el vientre.
Baje la mirada a mis pantalones.
Y una mancha pequeña comenzaba a formarse en la altura de la entrepierna.
No lo podía creer
Mierda.
¿Por Qué tenía que sucederme esto a mi?
No tuve otra opción que subir corriendo a mi habitación, tomar unos nuevos pantalones y ropa interior e ir corriendo al cuarto de baño.
Cuando estuve lista de nuevo, baje con cuidado las escaleras mientras sentía un molesto dolor en el estómago.
Tome mis cosas y salí de casa.
Lo primero que vi fue un bonita vista al cielo
Y lo más hermoso de todo.
Dylan esperándome afuera de mi casa.
Aún no podía terminar de asimilar que Dylan fuera realmente mi novio.
¿Cuántas veces no había soñado con llegar a tener una conversación con él de al menos 5 minutos?
Y ahora era mi novio, ni Scarlett o cualquier otra persona que interfiriera en nuestra relación sería un impedimento para que yo sea feliz junto a Dylan.
Aleje el espacio que nos separaba. Al estar frente a él, me puse de puntillas y bese con rapidez de sus labios.
-- Hola amor -saludó en cuanto me aleje de él-. Tardaste mucho en salir.
-- Lo sé -contesté, avergonzada, al recordar el incidente que tuve esta mañana-. Lo siento, no volverá a suceder, ¿Nos vamos?
Dylan me dedicó una mirada divertida mientras ambos subimos a su camioneta.
Sonreí débilmente. Era más que obvio que él no creyó mi pequeña mentira.
^.^.^.^.^.^.^
Creo que fue una mala idea venir al colegio sintiéndome tan mal como me sentía en aquellos momentos.
La nariz la sentía cada vez más constipada y los dolores menstruales eran casi insoportables.
En la hora del receso me senté junto a mis amigos en una de las bancas del comedor.
Sentía unas inmensas ganas de devolver la comida y sabía que si seguía así, probablemente vomitaría en la comida de algunos de mis amigos.
-- ¿Estás segura que no quieres ir a casa? -preguntó Liseth.
-- Estoy bien -mentí. La verdad me sentía miserable.
-- De acuerdo, iré a comprar algo, ¿Quieres que te compre algo?
ESTÁS LEYENDO
Rojaijo
RomanceAbby Thomson ha estado enamorada de su vecino desde que era una niña. Al llegar a casa después de un viaje de 3 meses las cosas entre ellos comienzan a cambiar drásticamente. Dylan Manson, su atractivo vecino comienza a verla como algo mas que solo...