Después de llegar a casa, Adrien entró a mi recámara muy furioso. Yo lo observé con el ceño fruncido, sin entender porque entró a mi habitación sin pedir permiso alguno.
-- ¿Por qué no me dijiste lo que sucedió anoche con Dylan? -preguntó Adrien, enfadado-. Abby, ¿Estás bien? ¿Te hizo algo? ¡Te juro que lo mató!
Parpadee, tratando de asimilar la avalancha de preguntas por parte de mi hermano. Quería preguntarle cómo se enteró sobre lo sucedido la noche anterior, aunque supuse que seguramente Aiden le comentó algo al respecto.
-- Adrien, ¡Tranquilizate! Sí, estoy bien. No te preocupes.
Adrien contrajo la mandíbula, enfurecido.
-- ¿Qué no me preocupé? -cuestionó, incrédulo-. Ese desgraciado te ha hecho mucho daño. Y tiene que pagar por todo lo que nos ha hecho.
Observé, confundida, a mi hermano.
Todo lo que nos ha hecho…¿A qué mierda se refería con eso?
-- Adrien, sé perfectamente cómo te sientes -dije, con la esperanza de tranquilizarlo un poco-. Solo...procura no empeorar más las cosas, por favor.
Adrien siguió ofendiendo de todas las maneras posibles a Dylan hasta que pudo tranquilizarse un poco. Al final salió de la habitación, mencionando antes de irse que cualquier cosa que sucediera, por muy insignificante que fuera, podía confiar en él y decírselo.
Poco tiempo después de que Adrien se marchará de mi habitación, Liss tocó la puerta y entró con cierta cautela al interior de mi recámara.
-- Hola -saludó con una tímida sonrisa totalmente extraña de ella.
Yo también sonreí, aunque presentía que mi sonrisa era más parecido a una mueca. Con todo lo sucedido la noche anterior, había olvidado casi por completo el embarazo de mi hermana y quién era el padre de ese bebé. Era algo que todavía no podía asimilar ni mucho menos comprender.
-- Hola -devolví el saludo, observando como ella tomaba asiento encima de mi cama-. ¿Sucede algo?
Ella negó con la cabeza, dedicandome una sonrisa insegura.
-- No, todo está...bien -respondió, palmando con delicadeza de su vientre-. Solo quería hablar contigo.
Ambas hablamos por un buen rato después de mucho tiempo de no conversar con ella de aquella manera. La relación entre mi hermana y yo había cambiado drásticamente en un corto lapso de tiempo, así que me alegraba haber platicado con ella como solíamos hacer en los viejos tiempos.
Cuando mi hermana salió de la habitación, llegó un mensaje de Aiden a mi móvil, en donde avisaba que ya se encontraba afuera de mi casa. Así que con rapidez arregle como pude de mi cabello y bajé apresurada por las escaleras. Para sorpresa mía, la puerta principal ya se encontraba abierta, y ahí afuera, junto a Aiden, se encontraba mi hermano, Adrien. Ambos se encontraban platicando, aunque al percatarse de mi presencia, ambos dejaron de hablar.
-- Hola, chica unicornio -saludó Aiden con una hermosa sonrisa en su rostro.
Adrien volteó a ver con confusión el rostro de Aiden, seguramente sin entender la razón o el inicio de aquel ridículo apodo.
-- Hola -devolví el saludo, sonrojada.
Me acerqué a él y besé fugazmente de su mejilla. Adrien solo nos observaba sin hacer comentario alguno.
-- ¿Cómo te encuentras? ¿Estás mejor? -pregunté.
Lo observé con detenimiento, sintiendo un fuerte dolor en el pecho al ver el labio partido y unos cuantos moretones en la perfección de su rostro.
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Rojaijo
RomanceAbby Thomson ha estado enamorada de su vecino desde que era una niña. Al llegar a casa después de un viaje de 3 meses las cosas entre ellos comienzan a cambiar drásticamente. Dylan Manson, su atractivo vecino comienza a verla como algo mas que solo...