¿En dónde diablos estaba Lissa?
Mamá me llamó, preocupada, porque mi hermana no contestaba los mensajes y el celular. Estaba histérica, preguntando a gritos en donde se encontraba Lissa. De alguna u otra manera logré tranquilizarla, aunque fue una tarea algo complicada.
Después de 15 minutos pude terminar la llamada con mi madre. Mis ojos observando directo a los de Dylan.
-- ¿Sucede algo? -preguntó él con voz ronca.
Por algunos segundos olvidé por completo a Liss. Mis pensamientos viajando al emocionante recuerdo de hace algunos minutos.
Los besos apasionados de Dylan...
Sus manos tocando mi cuerpo…
Aparte todos aquellos deliciosos recuerdos de mi cabeza. Si seguía así, terminaría por olvidarme por completo de mi hermana para continuar lo que Dylan y yo estábamos haciendo.
-- Mi hermana -comente, aun aturdida por los acontecimientos de hace algunos minutos-. Liss no contesta los mensajes y llamadas de mi mamá.
Dylan frunció el ceño mientras agarraba su camiseta y cubría su torso con ésta.
Me puse en pie acomodando el vestido a su posición original. Mis mejillas rojas como un enorme, gordo y rechoncho tomate.
-- Pero ella está aquí, ¿No? ¿No se supone que la invitaste a la fiesta?
-- Si, si la invite -respondí-. Pero no la he visto desde que llegamos aquí.
Cuando ambos estuvimos presentables, salimos de la habitación.
Buscamos a Lissa por un buen rato. Estaba comenzando a preocuparme de verdad cuando llego un mensaje a mi celular. Apresurada lo abrí y descubrí, con evidente alivio, que se trataba de mi hermana.
Liss: Abby, ya estoy en casa.
Fruncí el ceño al móvil. Al menos hubiera avisado que se fue de la fiesta.
Ah, pero ya tendría mi oportunidad de hablar con ella y descubrir en dónde diablos estaba en todo este tiempo.
Abby: Está bien.
-- Es mi hermana -aclare al ver el rostro confuso de Dylan-. Ya se encuentra en mi casa.
Dylan sonrió, aunque pude notar cierta tensión en su cuerpo y mirada.
Podía entenderlo. Yo me encontraba igual que él.
-- Bien, ¿Quieres volver a la fiesta?
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-- ¿Quieres otra bebida? -preguntó Dylan sobre mi oído.
Voltee el rostro para verlo. Sus ojos tan cerca de los míos. Sin poder evitarlo separe los pocos milímetros que nos separaban y bese quedamente de sus labios.
Dylan sonrió, y yo no pude evitar sentir como mi corazón se derretía ante aquella sonrisa.
-- No, creo que ya estoy algo ebria -grite sobre la fuerte música de la casa.
Dylan sonrió con burla antes de inclinarse de nuevo y besar una vez más mis labios antes de ir por otra bebida para él.
Mientras esperaba la llegada de Dylan, aproveché el momento para buscar con la mirada a mis amigos.
Encontré a Sebas en una esquina platicando con Andrea. Ambos parecían llevarse muy bien. Iría con ellos, pero presentía que si iba, terminaría por arruinar el momento.
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Rojaijo
RomanceAbby Thomson ha estado enamorada de su vecino desde que era una niña. Al llegar a casa después de un viaje de 3 meses las cosas entre ellos comienzan a cambiar drásticamente. Dylan Manson, su atractivo vecino comienza a verla como algo mas que solo...