Capítulo 50 Fin?

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Dylan parecía no haber cambiado del todo, aunque al menos veía a su hija y le daba a mi hermana algo de dinero para la alimentación y cuidado de Mía.

-- ¿Sabes? -comenzó a hablar Aiden, sacandome de mis pensamientos sobre Dylan y su hija

-- ¿Sí?

Ambos íbamos camino a casa después de una fiesta familiar. Ya comenzaba a anochecer y lo único que deseaba en aquellos momentos era llegar a casa y estar a solas con mi novio.

-- Eres lo mas hermoso que me ha pasado en la vida -comentó, sonriendo.

Al igual que él también sonrei.  

-- Es lindo pensar lo mismo.

-- Se que siempre te digo que te amo, pero es una palabra común que las personas se dicen entre sí. Así que necesito ser innovador contigo, que sea solamente nuestra palabra pero que aún así signifique te amo.

No dije nada, solo lo observe mientras él manejaba por la carretera totalmente solitaria. Entonces Aiden se apartó de la carretera y estaciono el coche entre la hierba que se encontraba en ambos lados del pavimento.

Él volteó a verme y una hermosa sonrisa apareció en su perfecto rostro.

-- Abby, Rojaijo -mencionó acercándose poco a poco a mi.

-- Aiden, Rojaijo más.

Lo besé y ambos sonreímos en medio de ese beso.

-- ¿Será un idioma entre nosotros?

-- Si así lo quieres -respondió, sonriendo.

-- De acuerdo…

-- Rojaijo es nuestro Okey, como el Okey de Hazel y Gus -dijo él.

Comencé a reír, encantada ante la idea de tener mi propio idioma con Aiden. Él también comenzó a reír.  

El ambiente entre nosotros era relajado y agradable, aunque dejó de serlo en el mismo instante en que ambos dejamos de reír y la tensión y el deseo entre nosotros fue aumentando.

Estaba ansiosa por llegar a casa y estar a solas junto a mi novio, pero la carretera estaba completamente sola y ambos no apreciamos muy dispuestos a esperar un poco más.  Así que los dos apartamos el corto espacio que nos separaba y nuestros labios volvieron a juntarse una vez más.

Su mano se enredó alrededor de mi cabello, profundizando el beso, mientras su mano libre se metía al interior de mi blusa y acariciaba mi pecho. Yo comencé a acariciar su entrepierna, deseosa de estar piel contra piel con Aiden.

-- Maldita sea, Abby -gimió Aiden alejando su boca un poco de la mía-. Si sigues así me voy a correr y no quiero que nadie nos vea teniendo sexo en el auto.

Yo sonrei, desabrochando el botón de sus pantalones y bajando con lentitud el ciper.

Él solo observaba todo el procedimiento con ojos oscuros y profundos por el deseo.

-- Entonces seremos rápidos.

De alguna manera logré cruzar del asiento de copiloto al piloto, de modo que quedé sentada encima de las piernas de Aiden y con mi espalda tocando muy a penas el volante.

-- Amor, ¿Realmente quieres hacerlo aquí?

-- Sí -respondí sin aliento.

Él sonrió, negó con la cabeza y cuando menos me había dado cuenta, comenzó a desabrochar mis pantalones.

RojaijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora