Me inclino sobre la cuna, dejando a Norah con sumo cuidado en su interior, la arropo haciendo movimientos sutiles para no interrumpir su sueño, ella hace pequeños ruidos mientras se acomoda sobre el colchón, sonrío sin poder evitarlo y le doy un suave beso en la frente antes de separarme. Antes de salir del cuarto le echo un último vistazo resultándome increíble el haber creado algo tan bonito con una persona tan horrible, sacudo la cabeza buscando apartar esos pensamientos de mi mente y vuelvo al salón.
Veo a Calum medio tumbado en el sofá, atendiendo a la película que puso hace aproximadamente media hora y a la que yo no he hecho apenas caso. Él sonríe sin mostrar los dientes en cuanto me ve, camino hasta él y me siento a su lado, dejando caer poco a poco mi cuerpo sobre el suyo, haciendo que su brazo me rodee por la cintura y mi cabeza se deposite sobre su pecho.
Puedo sentir el latido de su corazón a la perfección, ligeramente más acelerado de lo que siento el mío propio, siempre le va a esa velocidad, siempre lo siento igual, como si estuviese nervioso por algo, pero sin mostrarlo en absoluto, de hecho su expresión facial ahora mismo es lo más parecido a la calma.
- ¿No se despertó?- Habla en un medio susurro, yo niego con la cabeza, con la seguridad de saber que me está mirando.- Es un ángel.- Sonrío y le dirijo una pequeña mirada asintiendo con la cabeza, sin darle mucha más conversación para que él pueda seguir viendo la película.- Así que... ¿Fue un hola y adiós?- Frunzo ligeramente el ceño durante unos segundos antes de comprender qué es lo que me está preguntando.
- Ya te dije que sólo me quería dar unas cosas.- Respondo sin darle demasiada importancia, ya que, en parte tampoco la tiene.
- Pensaba que intentaría algo más, al menos mantener una conversación más larga... O algo más.- Repite esas tres palabras en un tono más bajo al resto de la frase.
- ¿Por qué? Han pasado muchos años, los gustos cambian, supongo que al igual que yo tiene un recuerdo bastante amargo de esa etapa juntos y por mucho que yo haya cambiado, no creo que en su mente esté el intentar absolutamente nada conmigo.- Hablo de forma pausada, con dejadez, intentando darle la menor importancia posible a la conversación, intentando convencer a Calum de que no debe preocuparse porque lo pueda volver a pasar mal por Luke.
- A ti él te sigue gustando.- Dice mirándome con una media sonrisa dibujada en la cara, yo me río y niego con la cabeza repetidas veces.
- Sigue siendo atractivo, pero sabes perfectamente que no quiero tener nada con nadie.- Él se encoge de hombros y lleva una de sus manos a mi nuca jugando con mi pelo, deshaciendo poco a poco la trenza que me había hecho antes de salir.
- Entonces ¿has cerrado por completo la etapa Luke?- Me quedo en silencio unos segundos pensando la respuesta a esa pregunta.
- Sí, ahora mismo estoy bien, tranquila, con muy buena compañía y sabiendo que le aporto lo mejor a mi hija, y la verdad es que Luke no entra para nada en mis planes.- Calum sonríe, esta vez mostrando sus dientes, besa mi frente con mucha dulzura y luego fija su mirada de nuevo en la pantalla.
Yo me quedo un par de minutos más a su lado antes de ponerme en pie, diciéndole que voy a echarle un vistazo a Norah, ya que la película no ha despertado el menor interés por mi parte.
Entro en la habitación y voy a tientas hasta la cama para encender una de las lámparas que hay sobre la mesita de noche, intentando que dé la luz suficiente para ver y que no moleste en exceso a la pequeña. Abro el cajón en el que guardé los cuadernos y me siento con ellos sobre la cama sin llegar a abrirlos, simplemente observando el exterior.
Parecen gastados y al mismo tiempo se nota que los ha cuidado bastante durante todos estos años, me parece increíble que no los haya perdido o que no se le hayan roto en alguno de sus viajes. Siento el impulso de abrirlos, y al mismo tiempo hay algo que me frena, por una parte creo que lo necesito para cerrar de una vez toda esa etapa, para saber que no era la única que sentía con tanta intensidad, y tal vez eso me ayude a creer en que no siempre el amor tiene que ser malo o que no siempre tiene que estar descompensado.
Me muerdo el labio inferior nerviosa, apretándolo y soltándolo sin parar, extiendo uno de mis brazos hasta alcanzar el último de los cuadernos. Me pienso unos segundos si hacerlo y al final termino armándome de valor para abrirlo, echo una ojeada a las páginas, sin hacerme falta leer mucho más de un párrafo de cada una para recordar de qué estaba hablando.
Siento como todo se remueve en mi interior y termino cerrándolo de golpe y dejándolo caer sobre la cama sin ni siquiera llegar a ninguna de las partes que supuestamente él ha escrito. En el movimiento brusco de dejar caer el cuaderno, un pequeño papel de color verde agua aparece sobre mi edredón, lo sujeto con una de mis manos y lo desdoblo para poder leer lo que hay en su interior.
"Si has leído lo que he escrito y te apetece hablar, tomando un café, con total tranquilidad, llámame, necesito saber un poco más de ti, de lo que has pasado en todo este tiempo y de como estás ahora."
Y sigue un poco más abajo, en lo que parece una frase añadida que no esperaba poner, puesto que el espacio es reducido y las letras se amontonan para poder entrar en él.
"Y si no lo has leído y te apetece, estaré encantado de la misma forma."
Me quedo unos segundos observando el papel, intentando encontrar en mi cabeza qué es lo que se supone que quiero y debo hacer, hasta que el llanto en aumento de Norah me saca de mis pensamientos, haciendo que deje todo a un lado para atenderla a ella.