Subo una de mis manos hasta su rostro y acaricio con suavidad su cara, viendo como ella cierra los ojos un par de segundos, y a pesar de que me muero de ganas por besarla de nuevo, no lo hago, no quiero que parezca que me aprovecho de su momento de debilidad, así que simplemente rozo mi nariz con la suya antes de dejar un pequeño beso sobre una de sus mejillas. Me separo de nuevo dejando que mi espalda vuelva a apoyarse sobre el respaldo del sofá y Kaytlin abre nuevamente sus ojos para mirarme con una ligera sonrisa.
- Llama a Calum y dile que venga.- Le pido mientras vuelvo a posar mi mano sobre su muslo.
- No quiero hablar con él ahora.- Explica antes de tomar una respiración profunda.
- Lo sé, voy a hablar yo con él, llámale y no le digas que sigo aquí.- Ella se queda unos segundos observándome con el ceño fruncido.
- ¿Qué pretendes?- Pregunta finalmente mirándome con curiosidad.
- Arreglar todo esto, o al menos intentarlo, a lo mejor si mantengo una conversación con él es capaz de dejar de verme como si fuese su mayor enemigo, o el tuyo.- Aclaro mientras ayudo a Kaytlin a bajar de mi regazo.
- No creo que funcione, pero bueno.- Se encoge de hombros y se dirige hasta la mesa del salón para poder tomar su teléfono antes de acercárselo a una oreja. Se queda en silencio unos instantes antes de hablar.- Hola... ¿Puedes volver?... No, ya no está aquí... Vale, ahora nos vemos.- Cuelga y deja de nuevo el móvil en el mismo lugar que antes.- Ya viene.
- Pues llévate a Norah a tu habitación contigo.- Ella vuelve a mirarme con confusión.
- ¿Pretendes quedarte a solas con él?- Cuestiona mientras se agacha lo suficiente como para alcanzar a su hija y sujetarla con sus brazos.
- Creo que va a ser mejor que no estés delante.- Kaytlin se muestra dubitativa durante unos segundos, pero al final termina resignándose y sale del salón para poder meterse en su cuarto.
Yo me quedo sentado en el sofá, nervioso en parte por no saber qué reacción podrá tener Calum al encontrarse conmigo, pero al mismo tiempo estoy tranquilo porque confío en lo que tengo que decirle y en que sé que en este caso, tengo razón. No tardo demasiado en escuchar el ruido de la llave al girar en la cerradura, seguido de la puerta abriéndose, para instantes después cerrarse de golpe. Tomo una respiración profunda y en cuanto le veo aparecer por la puerta, me pongo en pie.
- ¿Qué cojones haces aquí?- Pregunta quedándose estático en la entrada, y aún a esta distancia puedo observar como su mandíbula se tensa al instante.
- Creo que con quien tienes que hablar es conmigo.- Explico intentando mantener un tono de voz lo más sereno posible.
- Pero es que no me da la gana, a ver cuando te enteras de que cuanto más lejos estés de ambos, mejor.- Responde empezando a alzar la voz.
- ¿Pero me puedes explicar a qué se debe que me tengas tanto odio? Creo que antes de irme de Australia, éramos muy buenos amigos.- Pregunto realmente esperando que me dé una buena explicación sobre su actitud conmigo.
- ¿Sí? ¿Éramos buenos amigos? Porque creo que poco después de que te largaras no he vuelto a saber absolutamente nada más de ti, a lo mejor es que nosotros no teníamos cabida en tu maravillosa vida de músico en Los Ángeles.- Yo frunzo el ceño al escuchar sus palabras.
- Sabes perfectamente que no es así, pero tú vivías con ella, y en ese momento lo más sano para mí fue alejarme de todo. Y cuando pasaron un par de años, en los que tú tampoco intentaste contactar conmigo, interpreté que era absurdo recuperar una amistad que llevaba muerta tanto tiempo.- Intento exponer mi punto de vista con la mayor tranquilidad y claridad posible.
- Ah, pero no te parece absurdo volver siete años después a intentar follártela otra vez.- Espeta mientras se quita la chaqueta para dejarla sobre una silla.
- Mi intención no es esa, hemos tenido la suerte de encontrarnos otra vez y me he dado cuenta de que sigo teniendo sentimientos hacia ella, creo que no hay nada de malo en intentar darle una segunda oportunidad a esa historia que teníamos.- Continúo explicándome, tratando que mi calma haga que él también se relaje un poco.
- No te dio la gana de intentarlo en su momento, quien se quedó y quien se comió toda la mierda que tú dejaste fui yo.- Calum sigue manteniendo un tono irascible en cada una de sus palabras.
- ¿Y a ti qué coño te importa que no lo hiciera en su momento? Yo le propuse que se viniera conmigo a Los Ángeles, a empezar de nuevo, fue ella quien no quiso hacerlo, ¿qué culpa tengo yo ahí?- Empiezo a perder el sosiego que he conseguido mantener hasta el momento.
- Se lo propusiste porque sabías que te iba a decir que no, porque sabías que no iba a ningún lado esa relación y la mejor opción era largarte y dejarla destrozada.- Yo abro ligeramente la boca, sorprendido por lo que está diciendo.
- ¿Pero por qué hablas como si estuvieses en mi cabeza? Tú no puedes saber mis motivos, en ese momento quería que se viniera conmigo y se lo propuse porque realmente es lo que buscaba, seguir mi vida junto a ella. Si me preguntas ahora, creo que el hecho de que ella no lo hiciera, fue lo mejor para los dos, porque esa relación era una puta mierda, no había nada bien en ella a excepción del amor que sentíamos el uno por el otro. - A medida que avanzo en mi discurso, consigo relajar de nuevo mi tono de voz.- Y creo que si ella ha sido capaz de perdonarme y dejarme entrar de nuevo en su vida, de la misma forma que lo he hecho yo con ella, tú no tienes nada que decir ante ello. No te tiene que pedir permiso para hacer nada y si tanto la intentas proteger de que no se vuelva a encontrar con alguien como su ex, creo que a lo mejor deberías protegerla de ti mismo.
- Ni se ocurra compararme con ese tío.- Noto la ira en sus palabras y en la forma en la que aprieta sus manos cerrándolas con fuerza.
- No lo hago yo, lo haces tú, la controlas, te enfadas si se ve conmigo, haciendo que ella se sienta mal por ello, intentas imponerle tu punto de vista sobre mí, la tratas diferente si te dice que no quiere nada más que una amistad contigo.- Enumero usando mis dedos para contar cada cosa que menciono.- Creo que si sigues siendo así, ni siquiera la vas a conservar como amiga.
- ¿Ahora me vas a dar lecciones tú sobre como comportarme?- Pregunta en un tono irónico.
- Te guste o no, he madurado en este tiempo, y creo que tú todavía no lo has hecho. Porque si no fuera así, aceptarías que una tía no quiera estar contigo y te harías a un lado sin montar una escenita cada vez que la ves con otro chico. Igual que haré yo si finalmente decide que no quiere tener nada conmigo, porque creo que Kaytlin es lo suficientemente inteligente como para saber qué quiere y qué no, y si toma una decisión, ni tú ni yo somos nadie para intentar que la cambie con chantajes y comportamientos de mierda. Que ya somos mayorcitos, joder.- Termino de hablar soltando un largo suspiro.- Y esta guerra entre los dos es totalmente absurda, creo que lo más sano para todos es dejar que las cosas fluyan y dejarnos de tonterías.
- Es que no pienso dejar que le hagas daño otra vez.- Yo bufo al escucharle, viendo que está haciendo caso omiso a mis palabras.
- ¿Pero no te das cuenta de que eres tú quien le está haciendo daño? Joder, que te has ido y ha estado llorando sin parar muchísimo tiempo. Abre los ojos de una puta vez, que el problema aquí eres tú y no yo.- Calum niega con la cabeza varias veces.
- Vete a tomar por culo.- Sentencia antes de darse media vuelta y salir del salón para seguramente entrar en su cuarto, dejando que lo único que inunde todo el apartamento sea el fuerte ruido que hace al cerrar la puerta, para luego dar paso a un silencio que siento más pesado que liberador.