El silencio invade casi por completo el apartamento, excepto por el sonido de la voz de Norah que lo interrumpe de vez en cuando. Calum se mueve para poder sujetarla entre sus brazos y después situarla en su parque, que está más apartado de lo habitual, supongo que porque Luke lo habrá alejado para que no molestara. Una vez deja a la niña en su sitio para que siga entretenida, se vuelve a sentar, manteniéndose en silencio. Yo dejo mi mirada perdida en la puerta del dormitorio, mientras en mi cabeza no paran de pasar de pensamientos, cada uno peor que el anterior.
- Kaytlin, ¿estás bien?- Pregunta finalmente, al mismo tiempo que posa una de sus manos sobre mi rodilla derecha, la que está más cercana a su cuerpo.
- Se va a ir, otra vez.- Susurro en un hilo de voz y de forma entrecortada, Calum hace más presión con su mano sobre mi rodilla.
- Lo siento mucho, de verdad. Él me dijo que te lo iba a contar hoy, pero veo que no fue así.- Se explica mientras continúa acariciando mi pierna.
- Lo único que hizo fue echarme un polvo y largarse.- Suelto con rabia, a lo que Calum reacciona acercándose más a mí, para rodearme con sus brazos. En un primer momento me muestro reticente con ello, pero finalmente termino apoyando mi cuerpo contra el suyo, dejando que me envuelva.
- Llámale, y habladlo.- Sugiere y yo niego la cabeza al mismo tiempo que escondo mi cara contra su pecho, notando como mis sentimientos empiezan a salir de ese estado de bloqueo por el shock de lo que me había contado.
Y en este momento me siento casi como hace siete años, perdida y engañada, después de haber depositado toda mi confianza y mi cariño en él, me vuelve a hacer lo mismo. Sólo que esta vez ni siquiera ha tenido la valentía como para contármelo. Noto como si mi corazón se desgarrara lentamente, y como si al mismo tiempo se estuviera quemando. Me aparto de Calum cuando noto que una primera lágrima empieza a recorrer una de mis mejillas, y me giro para que no me vea, fijando mi mirada en la ventana, que todavía está totalmente oscura. Pensaba que nunca volvería a sentir algo así, que todo iba bien, que por una vez la vida me estaba devolviendo todo aquello que me había tocado sufrir, pero al final resulta que sólo ha sido un espejismo, antes de volver a mi realidad.
- Tenías razón.- Susurro, mientras trato de limpiar las lágrimas que se deslizan por mi cara.- No me tenía que fiar de él.- Recorro mentalmente todos los momentos en los que me ha dedicado palabras bonitas, en los que me ha dicho lo mucho que le importo, y no puedo hacer más que sentirme imbécil por creerme todo lo que había salido por su boca.
- Kay, de verdad, creo que debes darle la oportunidad de explicarse.- Vuelve a proponer manteniendo su tono de voz totalmente calmado.- Sabes que me encantaría que toda esta historia entre vosotros se acabara, pero no así. Me parece que al menos se merece poder explicarse.- Yo niego nuevamente con la cabeza.
- No quiero hablar con él.- Sentencio, y sólo escucho un suspiro por parte de Calum.
- Bueno, como quieras. No voy a insistir más, creo que sabrás qué hacer cuando te calmes un poco.- Yo subo ambas piernas al sofá cuando termina de hablar, y me abrazo a mis rodillas, mientras sigo repasando mentalmente, una y otra vez, todo lo que ha pasado desde que nos hemos reencontrado.- Voy a preparar algo para cenar.- Informa justo antes de levantarse.
Yo me mantengo en silencio, simplemente observando de vez en cuando a Norah para asegurarme de que está bien, mientras escucho de fondo los ruidos de Calum en la cocina. Unos minutos después, decido ir a mi cuarto para poder ponerme un pijama que consta de un pantalón corto y una camiseta de algodón que simula el corte de una camisa de manga corta. En poco más de media hora nos ponemos los tres a cenar, a pesar de que yo le doy más vueltas a la comida en el plato, de lo que realmente me termino comiendo, que no son más que un par de bocados. Al terminar, Calum se ocupa de bañar a la pequeña y prepararla para ponerla a dormir antes de que se haga demasiado tarde, yo simplemente me siento en el sofá con una copa de vino blanco en mi mano.
De repente veo como se ilumina la pantalla de mi móvil, que está sobre la mesa de café, segundos antes de que empiece a sonar, me muevo lo suficiente como para ver el nombre de la persona que llama, y al verlo cuelgo directamente. No tarda mucho más de cinco minutos en repetirse la llamada, justo cuando Calum sale de mi dormitorio y me observa con el ceño fruncido al verme colgar.
- ¿Luke?- Se limita a preguntar, yo asiento con la cabeza y él simplemente se acerca hasta mí para sentarse a mi lado.- ¿Queda más vino?- Pregunta tras señalar mi copa.
- Dejé la botella en la barra.- Le indico, por lo que él se levanta para poder servirse un poco antes de volver a sentarse a mi lado.
- Cuando la termine me iré a casa, ¿estarás bien?- Yo me encojo de hombros a modo de respuesta.- Si quieres puedo quedarme aunque sea en el sofá, lo que necesites ¿vale?- Justo cuando abro la boca para contestar, me interrumpe el sonido que anuncia una nueva llamada, bufo y cuelgo de nuevo, quedándome con el teléfono sobre una de mis piernas, el cual no tarda en alumbrarse otra vez, pero en esta ocasión a causa de un mensaje de whatsapp.- ¿Qué dice?
- Nada, sólo pregunta que si me ha pasado algo, o a Norah.- Comento después de leerlo, pero bloqueo el teléfono sin contestar, para después dar un trago bastante largo a mi copa.
- Si sigues bebiendo a esa velocidad no vas a poder ni llegar a tu habitación.- Comenta con diversión.
- ¿Por qué me tienen que pasar estas cosas a mí? Todo iba bien, parecía que esta iba a ser la relación definitivamente, los dos éramos suficientemente maduros como para tratar con nuestros problemas sin demasiado esfuerzo, y los sentimientos que se estaban forjando eran fuertes desde sus cimientos, al menos por mi parte.- Suspiro mientras muevo mi copa jugando con el líquido de su interior.- De verdad que no lo entiendo.
- Y por eso deberías darle la oportunidad de explicarse.- Insiste por tercera vez, algo que me hace poner los ojos en blanco por un instante.
- Si me vuelves a decir eso, te echo de casa.- Le advierto antes de volver a beber.
- Lo hago porque me siento mal, y creo que sabes tan bien como yo que lo normal es que hables con él, lo que no sé es por qué no lo quieres hacer.- Yo me quedo en silencio varios segundos tras escuchar sus palabras.
- Porque ya sé como acabará esa conversación, y no quiero que pase.- Bajo la mirada tras hablar e inmediatamente noto como la mano de Calum se posa sobre uno de mis hombros, justo cuando mi móvil vuele a sonar.
- Déjame contestar a mí.- Pide alargando su brazo para que yo le dé mi móvil, lo cual hago tras dudar un momento.- ¿Sí?... Sí, es que estábamos bañando a Norah... No ha pasado nada, se ha quedado dormida, mañana le digo que le has llamado... Vale, adiós.- Me devuelve el teléfono después de colgar.- Dice que mañana te llamará cuando termine de comer.- Yo suspiro y asiento con la cabeza.- ¿Te apetece que hagamos algo para que te distraigas un poco?- Pregunta alzando una ceja, a lo que yo me quedo en silencio unos segundos, mirándole a los ojos mientras vuelvo a beber, algo que él no tarda en imitar.