Me paso las manos por el pelo varias veces intentando apartarlo de mi cara y que no vuelva a molestarme con cada movimiento que hago, tal vez la decisión de dejármelo ligeramente más largo no ha sido del todo buena. No consigo encontrar una goma del pelo para poder atármelo.
Observo durante unos segundos todas las cajas que hay a lo largo de mi salón, agobiándome el simple hecho de pensar que el resto de estancias de la casa están igual, las mudanzas nunca se me han dado demasiado bien.
- Luke, cariño, ¿necesitas algo más?- Su voz me saca por un momento de todos los pensamientos que cruzaban mi mente sobre qué caja debería abrir en primer lugar.
- No, muchas gracias, de verdad, del resto ya me encargo yo.- Sonrío mirándola a los ojos y me acerco a ella para darle un abrazo lleno de cariño.- Te quiero.- Susurro antes de besar su mejilla y ella no tarda en devolverme las mismas palabras.
- Bueno, cualquier cosa que necesites, sabes que tu padre y yo estaremos aquí en quince minutos.- Se ofrece pasando sus manos por mi pelo de esa forma que sólo una madre sabe hacer, no puedo evitar reírme porque sigue tratándome como antes de irme hace siete años.
- Ve con cuidado ¿vale?- Ella asiente y me da un último beso en la mejilla, para después salir de mi nuevo apartamento.
Saco el móvil del bolsillo de mi pantalón y lo pongo en el suelo, justo a lado del lugar en el que me voy a sentar yo para empezar a desenvolver una de las cajas que contiene muchos de mi discos y vinilos de música. Paso varias horas buscando la mejor forma de colocarlos en la estantería que está al fondo de mi salón, ocupa casi toda la pared y está separada en apartados en forma de cuadrados, unos más pequeños que otros, decido hacerlo de forma que los discos de un mismo artista estén juntos y ordenados según el color, me lleva bastante tiempo hacerlo pero el resultado me gusta bastante.
En cuanto termino muevo el sofá de forma que uno de los brazos queda de forma paralela a la estantería, dejando una separación entre ambos para que pueda meterme entre ellos en el momento en el que lo necesite. Una vez está colocado me siento sobre él descansando unos segundos cuando escucho el sonido de una vibración, me quedo unos segundos buscando mi móvil sobre todas las superficies de la estancia hasta que recuerdo que está en el suelo.
Me levanto con bastante pereza, simplemente por si es algo urgente o que tenga que ver con mis padres, si no fuese por eso lo dejaría sonar. Me agacho hasta que mi mano lo alcanza para sujetarlo y observo la pantalla mientras me dirijo de nuevo al sofá para sentarme sobre él. Algo en mí no se quiere creer que el nombre que aparece en la pantalla es real, deslizo el dedo sobre ella para descolgar y llevo el aparato hasta mi oreja para poder hablar.
- Hola.- Es la primera palabra que sale de mi boca, aunque lo hace en un tono tan agudo y ridículo por la velocidad a la que late mi corazón que me dan ganas de colgar.
- Hola.- Y esa palabra es la que me hace mantenerme con el teléfono junto a mi cara.
- ¿Los has leído?- Pregunto sin darle muchas más vueltas, es posible que ella decida volver a cerrarse en banda como esta mañana antes de decirme cuál es el motivo de su llamada.
- La verdad es que no.- Escucho una ligera risa por su parte y eso consigue relajarme ligeramente.- Pero decías que te llamase igual si quería.- Yo contesto de forma afirmativa al segundo.- No los leí porque no me apetece recordar cosas malas y sabiendo el momento en el que te los dí, sé que no habrás puesto nada demasiado feliz.
- Seguramente no.- Sonrío y ambos nos quedamos en silencio por un momento. Hay mil cosas que se pasan por mi cabeza pero sé que ninguna es lo suficientemente buena como para mantener una conversación con ella, así que me limito a esperar a que rompa el silencio.
- Pero sí que he echado un vistazo por encima a lo que escribí yo.- Vuelvo a escucharla reír.- Todavía recuerdo a la perfección el primer día que te vi en una fiesta.- Yo sonrío recordando como ella se me había acercado mientras yo estaba solo en el jardín.
- Te habías propuesto tener algo conmigo sí o sí.- Comento haciendo que su risa vuelva resonar en mi cabeza.- En cierto modo me costaba mostrarme así de indiferente contigo, pero era obvio que si caía en tus brazos demasiado rápido ibas a perder todo el interés.
- Conociéndome, sería lo más probable, pero no podía permitir que el soso de clase pasara de mi cara.- Yo sonrío y asiento con la cabeza como si ella pudiese verme.
- También recuerdo el momento del trío, en cierto modo me arrepiento de que fuese así nuestra primera vez, pero cuando pienso en tu cara mientras lo hacíamos y sobretodo en tu cara de decepción al hacerlo con el otro, se me pasa el arrepentimiento.- Comento de forma graciosa y escucho un suspiro de su parte.
- En ese momento me hice adicta a ti y al final las adicciones nunca son buenas ¿no?- Siento como su tono de voz ha cambiado y ha perdido el tono divertido que tenía con anterioridad.
- Supongo, pero también me has hecho muy feliz, ambos cometimos errores, pero te quise mucho.- No obtengo respuesta por su parte, sólo escucho su respiración, ligeramente más pesada que antes.- ¿Y cómo te va con Calum?- Intento cambiar de tema, esperando que no sea demasiado tarde.
- Bien, me ayuda mucho, es un buen amigo.- Noto que responde prácticamente sin ganas.
- Kaytlin, por favor, no sé como decírtelo, ha pasado mucho tiempo, has sido alguien muy importante para mí, has marcado mi vida y no busco recuperar un amor de hace siete años, sólo quiero que podamos ser amigos y confiar el uno en el otro, creo que es algo que le debo a mi yo del pasado. No quiero hacerte daño ni que mi presencia te afecte en lo más mínimo, piénsalo ¿vale?- Ella responde con un simple "vale" antes de despedirse diciendo que es hora de darle de comer a su hija.