En la habitación sólo se escuchan nuestras respiraciones, sobre todo la mía, que sigue siendo más acelerada y más pesada de lo habitual. Luke continúa acariciándome, mientras yo me mantengo quieta, con mi cabeza sobre su pecho, escuchando el latido de su corazón, que sin duda es mucho más calmado que el del mío.
- ¿Quieres que apague la luz e intentar dormir otra vez?- Pregunta en un susurro, a lo que yo respondo moviendo mi cabeza en forma de negación.- ¿Necesitas algo?- Repito la misma acción que antes.- Entonces, ¿sólo quieres que nos quedemos así?- En esta ocasión asiento, él suelta un ligero suspiro y se mueve para dejar un pequeño beso sobre mi cabeza.- ¿Quieres hablar de lo que has soñado? A lo mejor eso te ayuda a sacarlo de tu mente y te libera un poco.- Niego nuevamente en silencio, Luke mueve una de sus manos a mi cabeza para apartar el pelo que tapaba la parte de mi rostro que no está apoyada sobre él.- Cuando era pequeño, siempre tenía mucho miedo por las noches.- Empieza a hablar, manteniendo un tono bastante bajo en su voz, lo que hace que suene aún más grave que antes.- Y desde que dejé de dormir en la cuna, dormí solo en la habitación que has visto de mi casa, mis padres siempre quisieron darnos a mis hermanos y a mí la privacidad y la independencia de no compartir cuarto, y por suerte es algo que se podían permitir.- Él continúa hablando y yo me muevo lo suficiente como para pasar una de mis piernas por encima de su cuerpo, algo a lo que él reacciona de inmediato, poniendo una de sus manos sobre mi muslo, empezando a acariciarlo con dulzura.- Y recuerdo que con cuatro, o cinco años acababa siempre en la habitación del más mayor, porque por algún motivo me daba pánico estar solo.
- Creo que es algo normal en niños de esa edad.- Intervengo por primera vez en varios minutos, al mismo tiempo que con mi brazo rodeo su abdomen, empezando a jugar con mi mano en el lateral de su torso.
- Seguramente, pero llegó un momento en el que mi hermano no quería seguir compartiendo habitación por las noches conmigo, quería esa privacidad que mis padres le ofrecían y yo le estaba arrebatando.- Continúa con su discurso, hablando con una calma total.- Así que, pensé que mi otro hermano actuaría igual, por lo que intenté quedarme solo, y la primera noche no pegué ojo, veía monstruos en cada esquina de mi dormitorio.- Suelta una suave risa antes de continuar.- Así que en la siguiente, estaba tan agotado que no debí tardar nada en dormirme, sin embargo a mitad de la noche tuve una pesadilla, que a día de hoy todavía recuerdo a trozos, había una especie de bruja en la casa que está justo frente a la mía, y no hacía más que amenazarme cada vez que pasaba por allí.- Yo no puedo evitar unirme a su risa cuando cuenta su pesadilla.- Así que me fui corriendo a la habitación de mis padres, en cuanto me desperté. Y mi madre insistió una y otra vez en que le contara qué había soñado, pero no quise, así que simplemente me metí en cama con ellos.- Luke sigue acariciando con suavidad mi muslo, desde la rodilla hasta la parte más alta, y al mismo tiempo con su otra mano recorre casi toda la superficie de mi espalda.- No sabría decirte durante cuantos días volví a soñar lo mismo, una y otra vez, aunque tenía distintas variantes, había días que casi conseguía atraparme, otros que sólo me hablaba, pero al final acabé contándoselo a mi madre.- Yo muevo mi cabeza la suficiente como para poder mirarle a la cara.- Y me ayudó bastante, no te voy a decir que no volví a soñar con ello, pero sí que me hizo sentir mucho mejor. Me parece que a veces es muy necesario sacar lo que tenemos en la cabeza, verbalizarlo y expresar nuestros miedos, para ver que tal vez no sean tan graves como creemos.- Luke hace una pequeña pausa antes de seguir.- Sé que te puede doler tener que recordar lo que acabas de soñar, pero también te puede ayudar más que simplemente guardártelo para ti.- Cuando termina de hablar, ambos nos quedamos en silencio durante un rato.
- Era una escena que he vivido más de una vez con mi ex.- Suelto en un hilo de voz, notando como de nuevo mi corazón se acelera, al repetirse en mi mente las imágenes que había soñado hace unos minutos.
- ¿Una discusión?- Pregunta separándose un poco, lo suficiente para que ambos nos podamos mirar a los ojos sin que nos resulte muy incómodo.
- Algo así, una imposición sobre lo que me debería poner para salir de casa y lo que no.- Luke asiente con la cabeza, antes de inclinarse para dejar un pequeño beso sobre mi frente.- Pero esta vez no era él.- Al separarse de nuevo, me observa con el ceño fruncido, mostrando confusión en su rostro.- Eras tú.- Al decir esas dos palabras, noto como mi voz se quiebra ligeramente.
- ¿Yo? ¿Era yo quién te decía lo que tenías que hacer?- Yo asiento con la cabeza en respuesta a sus preguntas.
- Tengo miedo de que ahora seas tú quien ocupe ese lugar en mis sueños, porque aunque sé que no me deberían influir tanto. Pero son tan reales que me cuesta bastante distinguirlos de la realidad, y muchas veces me afectan a lo largo del día, como si él hubiese vuelto y estuviera metida otra vez en todo eso, por suerte al no tenerle a mi lado, se me hace más sencillo poder olvidar la pesadilla.- Me quedo en silencio un segundo.- Y si eres tú quien los protagoniza, me va a costar mucho más seguir con mi día a día, porque tú sí estás en mi vida.
- Te entiendo, pero yo nunca te haría eso.- Mueve de nuevo una de sus manos a mi cara, para acariciarla con suavidad.- Y me da igual si en tus sueños soy un ogro, y por eso tenga que mantenerme alejado de ti durante unos minutos o unas horas, o si necesitas que estemos hablando hasta las tantas después de haber pasado por una pesadilla, o si simplemente quieres que te abrace en silencio. Sólo quiero que estés segura de que esa imagen que te intenta mostrar tu cabeza, no soy yo y que nunca te trataría así.- Yo asiento con la cabeza ante sus palabras, y él sonríe sin llegar a mostrar los dientes, antes de acercarse de nuevo a mí, para presionar sus labios contra los míos, siendo sumamente delicado en sus movimientos, durante los segundos que dura el beso.- ¿Apagamos ya la luz? A ver si consigues relajarte.- Pregunta a escasos milímetros de mis labios, y yo muevo la cabeza para negar, al mismo tiempo que hago que nuestras narices se rocen, él suelta una pequeña risa antes de volver a besarme.- Entonces ¿quieres que te cuente más aventuras del Luke pequeño que era un miedoso?- Cuestiona volviendo a separarse, a lo que yo asiento, haciendo que él vuelva a reír.
Luke empieza a hablar contando más anécdotas de cuando tenía la edad que mencionó anteriormente, y aunque intento concentrarme en sus palabras, empiezo a escuchar su voz como si estuviese simplemente de fondo y no pudiese escuchar todo a la perfección, ya que sólo consigo centrarme en los movimientos de sus labios cuando pronuncia cada palabra, en los pequeños gestos que hace cuando algo que recuerda le resulta gracioso, y en como en ningún segundo deja de acariciar mi espalda, y ahora nuevamente mi pierna. Yo asiento con la cabeza sonriendo cuando él me mira, dándole el feedback necesario para que sepa que sigo prestándole atención, y cuando él vuelve a mirar al frente para seguir hablando, me elevo lo suficiente como para poder dejar un pequeño beso en su mejilla. Luke me vuelve a mirar, sonriendo extrañado, algo que aprovecho para poner mi mano sobre su otra mejilla y unir mi boca con la suya, empezando a besarle lentamente, disfrutando del tacto de sus labios que se empiezan a mover siguiendo mi ritmo. Unos segundos después, me separo de él lo suficiente como para poder pronunciar las siguientes palabras.
- Setenta por ciento, o tal vez un poco más.- Susurro recordando la conversación que tuvimos por la tarde, en un primer momento me mira con desconcierto, pero no tarda en cambiar esa expresión por un sonrisa, justo antes de mover ambas manos a mi rostro, acariciándome sutilmente antes de empezar un nuevo beso, con la misma intensidad que el anterior.