14 horas antes.
La vida da tantas vueltas, que a veces incluso parece como si ni siquiera te hubieses movido, o como si todo lo que has recorrido, al final te haya dejado en el mismo punto que antes de empezar a girar. Supongo que eso es lo que me ha pasado a mí, la vida se ha pasado tanto de rosca conmigo, que ya nada encaja en ella. O tal vez es culpa mía por tratar de complicarme, cuando quizás la respuesta a todo la tenga delante de mis narices, pero simplemente me empeño en esquivarla, para seguir aferrada a aquello que me hace sentir más viva durante apenas unos instantes, para después dejarme igual o más vacía que antes.
Muevo la botella, que sostengo con una de mis manos, de arriba a abajo para aprovechar hasta la última gota de vino que hay en ella, lo que causa que la otra persona que me ha ayudado a terminarla, suelte una carcajada, por lo que yo pongo mi dedo índice sobre sus labios, para indicarle que se quede en silencio, lo que causa una nueva risa por su parte, pero en esta ocasión, algo menos estruendosa. Yo imito el gesto anterior, lo que causa que él saque su lengua por completo, para lamer de inicio a fin mi dedo índice, por lo que yo pongo una mueca de desagrado, antes de limpiarme contra su camiseta, y en esta ocasión, la risa nos invade a los dos.
- Madre mía Calum, te has bebido dos botellas de vino.- Comento mientras dejo la que estaba sosteniendo con mi mano a un lado del sofá, en el suelo.
- ¿Qué dices? Si te las has tomado casi tú sola.- Se queja, al mismo tiempo que alarga uno de sus brazos para alcanzar el vaso que acabo de llenar y que está posado sobre la mesa de café.
- Eh, es mío.- Protesto al ver como se lo lleva a la boca para darle un trago mucho más grande de lo que debería.
- Un momento.- Dice antes de ponerse en pie, y caminar hacia mi cocina, y tras escuchar el ruido de una bolsa plástico, veo como saca de ella una botella de alcohol.- Ya me parecía que mientras hacía la cena había visto esto por aquí.
- ¿Qué es?- Pregunto observando como se acerca de nuevo, mientras lee la etiqueta de la botella que sostiene con una de sus manos.
- Whisky.- Responde justo antes de dejar caer su cuerpo con torpeza sobre el sofá. En el momento en el que está sentado, hace la fuerza necesaria como para poder abrir la botella, tirando el tapón, haciendo que éste suene un par de veces contra el suelo.
- Eso hay que recogerlo.- Indico, a lo que él asiente con la cabeza sin moverse del sitio, y tras despegar un trozo de la pegatina que llevaba la botella uniendo el tapón con el resto, inclina su cabeza hacia atrás, dejando que el líquido caiga en su boca desde unos diez o cinco centímetros de distancia.
- Hostia, sí que es fuerte.- Suelta una vez termina de tragar, lo que me hace reír una vez más, observando el gesto de desagrado en su cara.- Deja de reírte y abre la boca.- Ordena al mismo tiempo que se acerca más a mí, con la botella en alto, yo niego con la cabeza y aprieto mis labios con fuerza. Él continúa acortando la distancia entre nosotros, y yo dejo resbalar un poco mi cuerpo en el sofá, quedando ligeramente tumbada, algo que él aprovecha para limitar mis movimientos.- Vamos, Kay, un poquito.- Susurra y yo no puedo evitar reírme de nuevo, justo antes de incorporar un poco mi cabeza, para abrir la boca sacando mi lengua.- Así me gusta.- Suelta con orgullo, mientras inclina la botella para que empiece a caer el contenido sobre mi boca, y no tardo demasiado en notar como hay más contenido que se está vertiendo por encima de mi pijama, que en mi boca.
- Que mal sabe.- Digo en cuanto termino de tragar y Calum se aparta de nuevo para dejar que me incorpore de nuevo.- Madre mía.- Suelto observando como mi camiseta está completamente empapada en la zona más superior.
- No sabes abrir bien la boca, es culpa tuya.- Se excusa, mientras se muerde el labio inferior tratando de retener una carcajada, que finalmente termina escapando de su boca.