Otro:
¿Acaso te has comido al enano gruñón de Blancanieves?
[Stéfano]
El almuerzo en la mansión de los Blaire fue de lo más divertida y ha sido mucho mejor de lo que esperaba. Me encantó las miradas asesinas por parte de Amber y más después de mi "chantaje". Según ella eso he hecho, yo no lo veo de ese modo; pero al menos acepto salir a cenar conmigo.
Una sonrisa se expande por mi rostro y dejó salir el humo del cigarrillo. Observó a Ceto cuando aparece en la sala de la casa y no puedo evitar elevar mis cejas interrogantes.
— ¿Saldrás? — curioseo y por su parte asiente —, ¿Con quién? — insisto y él por su parte rueda los ojos.
— Con alguien Stef — responde fastidiado por mi interrogatorio.
Doy una calada a mi cigarrillo y sin soltar el humo pregunté: — Te estoy preguntando algo y quiero que respondas — pedí.
Suelta un suspiro cansino — Se llama Clarie. ¿Feliz? — responde.
— Es la chica con la que hablaste en el cajón — afirme y las imágenes de la chica vinieron a mí. Sonreí como idiota —. Te lo tenías bien guardado cabron — reí.
— ¡Que te den Stéfano! — responde con diversión —. Me voy, nos vemos más tarde — se despide y es así como le veo salir por la puerta principal de la casa.
Demonios. Detesto estar sólo y más si los malos recuerdos empiezan a atacarme. Maldición. Me levantó del sofá, apagando el cigarrillo en el cenicero y caminó a paso despreocupado hasta el gimnasio. Me quito la camiseta, colocó las vendas correspondientes en mis manos y luego los guantes de boxeo.
Doy unos suaves golpes al saco y luego aumentó la fuerza en ellos; estoy dejando toda mi mierda y problemas aquí. Necesito hacerlo, es la única forma de que los recuerdos que me atormentan cada noche no terminen de consumirme.
Si mi padre estuviera aquí diría que debo buscar ayuda, pero no cualquier ayuda; la de un profesional. Que las peleas ilegales no ayudarán a que ella regresé, que nada cambiará. Y aunque duela admitirlo tiene la jodida razón, pero no me apetecía dársela. No aceptaría que lo que estoy haciendo empeora la mierda que he pasado y que he perdido a Acacia para siempre. Joder.
Golpeó con más fuerzas el saco, ante la amargura de los recuerdos que comienzan a invadirme. Tranquilo Stéfano. Respira profundo y calma a la bestia que hay dentro de ti. No necesita salir en estos momentos, menos aún si saldrás con la enana gruñona; ella no puede saber lo tan jodido que estas. No necesita saber tu mierda, nadie necesita saberlo.
Tragué con dificultad y dejé de golpear el saco; para caer de rodillas y al final permitir que la oscuridad me consuma. Para permitir que los recuerdos me ganasen y me llevasen a la noche que le perdí. La noche en la que la vi morir prácticamente en mis brazos, muerdo con fuerza mi labio e intentó calmarme.
Intento respirar y no dejar que su muerte me vuelva a consumir. Pero cada intentó es en vano ya que me sumerjo en ellos.
« — ¡Acacia quédate conmigo! No puedes dejarme, joder. Sé que pasamos demasiadas mierdas y que nada fue como queríamos — solloce, sí un tipo como yo estaba llorando y no por cualquier cosa. Estaba perdiendo a la persona que más amaba y por culpa de un hijo de puta —, No puedes dejarme, te necesito para seguir — pedí o más bien suplique. Y no mentía, le necesitaba.
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Sálvame #PremiosPlaneta2020 #CHW2019
Romance«Tercer libro de la Saga Amores Complicados» «Libros anteriores: Lady Elizabeth y Toxic» «No es necesario leer los dos primeros libros para comprender este» ¿Qué pasaría sino es ella la damisela que necesita ser rescatada? ¿Qué pasaría si es él quié...