Se acabó.

1.1K 160 14
                                    

Ventiquattro:

Se acabó.

Se acabó

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasado...

Agradecía que mi padre se hubiera llevado a Dalia, ella no necesitaba verle de este modo. ¡Maldición! Podía intuir quien había hecho esto y deseaba con todas las fuerzas de mi alma acabar con él. Sostenía el pequeño cuerpo de Acacia, ella aún estaba inconsciente y temía que en algún puto momento dejase de respirar. ¡Iba a matarlo! Lo haría.

—¡Acacia quédate conmigo! No puedes dejarme, joder. Sé que pasamos demasiadas mierdas y que nada fue como queríamos —sollocé, sí un tipo como yo estaba llorando y no por cualquier cosa. Estaba perdiendo a la persona que más amaba y por culpa de un hijo de puta—, No puedes dejarme, te necesito para seguir —pedí o más bien suplique. Y no mentía, le necesitaba.

Ella seguía sin reaccionar a mis súplicas y eso me estaba volviendo loco. Me desesperaba verle de ese modo, tan débil. Maldición. Las personas a mi alrededor observaban la escena y no entendían una mierda. ¿Y como podrían? De la nada una camioneta tiro el pequeño cuerpo de una chica al borde de la muerte, como si de un costal de patatas se tratase.

El sonido de una ambulancia me puso en alerta, Ceto se dejó caer a mi lado y sus lágrimas salían a borbotones. Él estaba perdiendo a la chica que amaba.

Stef ella estará bien —intentó sonar seguro, pero falló completamente en el intento.

Cerré mis ojos con fuerzas y acerqué su pequeño cuerpo más al mío —Esto no quedará así Ceto —había rabia en mi voz—, Él pagará esto, así me cueste la vida en el intento —asevere con mucha seguridad.


Para cuando quise ver, los paramédicos ya estaban atendiendo a mi hermana y la subían a la ambulancia. Los seguí, pensaba ir con ellos y nadie podría impedirlo.

—Soy su hermano —avisé—. Iré con vosotros —aclare y el paramédico asintió. Subí y me acomode a su lado. Sostuve su mano, sentía que mi mundo se venía sobre mí. La rabia comenzaba a hacerse presente y las ganas de buscarla para acabar con él, no desaparecían. Cumpliría lo que había prometido, Demetrios pagaría caro el haberle hecho este daño. Quería morir, de verdad lo deseaba.

Sus ojos se abrieron y sentí un gran alivio recorrerme.

—S-stef... —dijo tan débil que sentí a la rabia apoderarse de mí.

—Shhh —susurre—, No debes hablar, es mejor que descanses pequeña —pedí—. Siento tanto que estés pasando por esto, Acacia. Prometí a mamá cuidarte con mi vida y no lo he podido cumplir —recordé, me sentía una mierda.

Sálvame #PremiosPlaneta2020 #CHW2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora