«Tercer libro de la Saga Amores Complicados»
«Libros anteriores: Lady Elizabeth y Toxic»
«No es necesario leer los dos primeros libros para comprender este»
¿Qué pasaría sino es ella la damisela que necesita ser rescatada? ¿Qué pasaría si es él quié...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Le rodeó en un enorme abrazo, esto de que volviera a irse; me estaba sentando mal. Pero podíamos culpar a mis hormonas que estaban algo alocadas, no quería llorar. Pero a pesar de todo, lo hice; lloré a moco tendido en los brazos de mi amigo.
-Granger, harás que lloré también -dice divertido, Aarón.
-No es justo que tengas que irte, nuevamente -me cruzó de brazos, enfurruñada.
Puede que me estuviera comportando como una pequeña niña, pero me daba igual. Soltó una estruendosa risa, por mi comportamiento infantil y negó más divertido aún.
-No me iré por mucho tiempo, serán unos meses y cuando menos lo esperes; estaré aquí para el nacimiento de este pequeño -sonríe y acaricia mi abultado vientre.
-El pequeño Noah, quiero que su tío se quedé -le espeto.
-Granger... -advierte.
-¡Bien! ¡Vete, abandona amigas embarazadas! ¡Quizás nazca antes de tiempo y te pierdas de ese hermoso momento, por irte! ¡Capullo! -empiezo con mi dramatismo.
-Estarán bien, ¿vale? Además Stéfano está aquí y sabrá que hacer si este pequeño loco quiere salir antes de tiempo -dice y besa mi vientre-, ¿Verdad que estarás bien? ¿Has dicho que sí? ¿Qué tu madre es una dramática de mierda? ¿Me das la razón? -habló, ignorando que aún estaba allí; conversando con mi bebé, quien dio pataditas.
-¿Cómo le haces? -inquiero divertida-. Siempre que le hablas, reacciona así; ya puedo ver el favoritismo -digo haciendo una mueca.
Ríe ante mis palabras y niega.
-El crío ya eligió y para tu mala suerte; has perdido ante mí -se mofa mío.
Cruzó mis brazos sobre mi pecho, enfurruñada, otra vez. ¡Idiota! Ya me estaba quitando a mi retoño y ni siquiera había nacido, joder. Que si Stéfano se entera, querrá matar a Aarón y yo no detendré ese asesinato.
-Vete, ladrón de hijos -le espeto toda dramática.
Vuelve a reír y me rodea con sus brazos, intentando animarme; pero no caeré en su chantaje. Oímos la voz de una mujer por los altavoces, anunciando que el vuelo de Aarón esta por salir y que los pasajeros deben ir a la puerta de salida.
Le vuelvo a rodear con mis brazos y no puedo evitar llorar mientras lo hago. Me parecía mentira que volviéramos a despedirnos y que fuera a irse lejos, otra vez.
