-Capítulo 43.

9.8K 435 225
                                    

Los autos que me venían siguiendo no tardaron en llegar. No deje que nadie se le acercara, todos estaban mirándonos desde lejos, sentados a una distancia moderada de las orilla del mar Nolan quedó callado un buen rato, le tuve que sacar la botella que había traído desde la casa ya que no quería que tomara más. 

Respete su silencio, sabía que muchas veces no decir nada era todo lo que necesitaba una persona. Si hasta el momento ninguna de las charlas que habíamos tenido hasta el momento no sirvieron, nada de lo que le dijera iba a hacer cesar el dolor que tenía en el alma. Así que solo escuche su silencio, el cual decía mucho. 

Esa noche tuvimos llamadas de los hijos de Timoty preguntando porque no nos habíamos presentado al velatorio, pero las diez o quince llamadas que realizaron fueron rechazadas por Athan, quien no paro de quejarse de las seguidas llamadas. Había una parte de mi que me decía que no le podíamos creer a posta lo que él decía, no era la primera vez que les mentiría. Pero por lo pronto era controlar a Nolan y obligarlo a ver a su hija, esa era otras de las razones por las que lo había acompañado. 

En el medio de la noche me tope con una empleada la cual corría hacía el despacho de la casa. Me había parecido raro ya que era muy tarde y en algunas pocas horas saldríamos en auto hasta Londres. Los ruidos me hicieron acercar al despacho. Athan estaba dando ordenes a los empleados, no me atreví a preguntarle que estaba sucediendo solo volví a mi cuarto a dormir. 

Nada de costumbres, ya había olvidado lo que era estar detrás de alguien. Quizás sonaba un poco egoísta pero la situación de Nolan no era culpa de nadie más de que su padre, él era quien tendría que soportarlo luego de ese trauma. No dimensionaba lo que pasaría por la cabeza de Nolan, tenía la esperanza de dentro de su cuarto no hubiera ningún tipo de botella de alcohol o algún tipo de droga. 

A la mañana siguiente -no tan temprano como hubiese querido- nos sumergimos en la carretera la cual iba muy cargada en dirección a Londres. Teníamos chófer el cual era muy amigable o intentaba que el silencio que había por momentos no terminara en una discusión. 

Las miradas que se lanzaban los Nuelding eran letales. Tan apropiado era el auto que justo quepamos todos, un poco desafortunado porque lo último que todos los presentes queríamos era estar en el mismo automóvil. Llegamos a la entrada de Londres, justo aun costado de esta se encontraba una estación de servicio la cual creí apropiada para plantear lo que haría Nolan en ese día que estaríamos allí. 

-Iremos hasta Belgravia, Nolan y yo iremos hasta donde teníamos planeado ustedes se quedarán en la casa, serán como unas cuatro o cinco horas, traeré firmado los papeles de la adopción y el régimen, antes de las doce de la noche de hoy nosotros tenemos que estar en camino a casa.

La adopción surgió ya que Nolan al no hacerse cargo Lena tuvo que inscribir a la niña con su apellido, según unas leyes del país así tendría que comenzar la relación de él y su hija. Igualmente no me sorprendería que él en menos de un año no tuviera más contacto ella, en una de las tantas conversaciones que tuve con la hermana de Nolan en todos esos días se la paso diciendo que solo sería por menos de dos meses el interés que tendría por pasar tiempo juntos (era de esperarse, ya que lo estábamos llevando sin siquiera preguntarle lo que él quería), y que al final solo sería uno de tantos de esos padres que solo les pasan la manutención hasta los veinte y algún que otro regalo para los cumpleaños importantes, ella tenía tanta razón pero yo prefería esperar a ver como lo tomaba el día que veríamos a la niña.

Él estaba raro, no se si sería por la resaca que tenía -aunque era lo más seguro- o por el hecho de volver a ver a Lena, porque lo último que yo recuerdo de ellos dos juntos es Nolan diciéndole que solo me usaba, no soy rencorosa pero en todo caso la que tendría que estar enojada sería yo no ellos, pero por como es Nolan seguro estaría pensado en que se estaba metiendo. 

Mamá de mi propio Hermano 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora