-Capítulo 9.

14.7K 969 164
                                    

Una semana después....

Hacía ya una semana que no veía a Thomas, ni tampoco sabía nada de él lo extrañaba sí, pero tampoco podía estar por el resto de mi vida perdonando cosas que no tienen retorno. En la última semana me había apoyado mucho en Ulices, fue así como mi sostén hizo de amigo y de padre para mí, cuando él veía que yo estaba escondida en la casa se sentaba conmigo y se quedaba por lo menos una hora tratando de consolarme pero de poco servía. 

Él se iba a quedar hasta el próximo mes después se tenía que ir a Londres para seguir con su viaje por el mundo, quedarme sola no estaba en mis planes pero bueno él tenía que seguir con su vida al igual que yo, pero hasta ese entonces él seguía estando todos los días conmigo y los niños, me ayudaba con todo los niños lo adoraban y aparte de todo eso era buen cocinero. 

Mi tío Bastian me había llamado para ver como había salido la fiesta de aquel día y no me había quedado de otra que contarle todo lo que había sucedido, me dijo que contaba con su apoyo y que si me parecía irme a vivir con él a Orégon iba a tomar una decisión cuando Ulices se haya ido, quería ver como me iba a poder manejar por una semana aunque sea sola sin ayuda, si veía que no iba a poder con todo me mudaría con mi único familiar en el mundo. 

-Bien, acaba de llegar esto.-Ulices entra a la cocina con un sobre en las manos.-No se de que es.-mira el sobre y hace una mueca de confusión, me entrega el sobre y lo analizo decía que era del Juez del condado, abro inmediatamente el sobre y adentro me encuentro con una hoja que decía que se me citaba para ese mismo día en el juzgado para hacer una mediación con...... Thomas?, sí. 

****

-Esta loco señor juez!.-intenta no gritar mi abogado, gracias a dios tenía uno de confianza de la empresas que ese día no estaba ocupado.-Estuvieron juntos tres años aquí y en ningún momento mi clienta no firmo nada.... aparte era menor de edad!.

El odio que le empece a tener a la persona que tenía enfrente era mucho más que el amor que un algún día había sentido por él. Hacía unos años me había preguntado si se podía odiar a alguien que decías amar la respuesta tardo en aparecer pero llego.... y sí se podía odiar a alguien que algún día amaste, sabía que era el enfado de aquel momento el que me hacían tener ganas de saltar de la silla donde me encontraba sentada y agarrarlo del cuello y no soltarlo hasta que no estuviese morado, pero no, iba a ser en vano me iban a meter presa por alguien que no valía nada. 

-Los argumentos que el señor Wels presentan son validos, la casa está a su nombre y se la tiene que entregar, porqué por lo que veo aquí...-mira algunos papeles que tenía en la mesa.-Él necesitará la casa dentro de unos meses.-se saca los anteojos y nos mira.

-Tengo tres menores de edad a cargo.-lo miro casi suplicando. 

-Lo lamento pero la casa esta a su nombre, y él también tendrá a cargo a un menor dentro de unos meses por lo que veo aquí.-niega con la cabeza. 

-La casa nos la regalo su tía, a los dos.-lo señalo y me señalo. 

-¡Ya deja de hacerte la que necesitas la casa Emma por dios!.-me mira.-Todos los aquí presentes saben que si tu quieres sales de aquí y te puedes ir a comprar una casa en Beverly Hillis, nosotros necesitamos más que tu aquella casa.-esa palabra, ese "Nosotros" había entendido de a donde venía, Natasha, la zorra. 

-Lo que acaba de decir él señor Wels es la verdad, señorita usted tiene una de las mejores herencias de la Argentina, que aquí sería una especie de billonaria.-me mira el juez.-Y por lo que me consta aquí él señor Wels a duras penas llega a fin de mes.

Me empezaba a desesperar, aquel juez era un estúpido, pude que fuera "billonaria" como decían todos, pero hasta que no cumpliera los veintiuno no iba a ver un solo peso. 

Mamá de mi propio Hermano 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora