-Capítulo 10.

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Con todas las valijas hechas, metidas en el auto, los niño en sus sillas me estaba por enfrentar a algo que realmente era injusto.

Tenía a Thomas y a Natasha parados en el umbral de la puerta, Thomas tenía agarrada de la cintura a la zorra, ella lucia una sonrisa de oreja a oreja mientras que él mostraba una cara de satisfacción pero no la misma que la zorra, estaba enojada conmigo misma por permitir aquella injusticia.

-Toma.-cierro la puerta trasera del auto y camino hacia donde están ellos, interiormente me estaba diciendo: Todo pasa, todo vuelve y todo fluye, quería de alguna forma auto consolarme pero no nada servia.

-Si pudieras darnos las llaves para hoy, es que tenemos una cita con el obstetra.-me apura la zorra.

Me acerco un poco ellos les tiro la llave y me doy media vuelta.

-No te olvides de enviarnos tu nueva dirección que cuando haga el baby shower del bebé te tengo que enviar la tarjeta.-ríe.

-Tu acuérdate.-abro la puerta del auto.-Todo vuelve!.-entro al auto y lo enciendo.-Y a ustedes de va a volver dentro de muy poco.-cierro la puerta y doy marcha atrás.

Un mes después.....

Un mes después , ya había pasado un mes de aquella entrega injusta.

Ulices ya se había ido, me había prometido volver antes de que el año terminase, las cosas había ido en picada y en subida durante todo el mes, me había mudado a la casa de mi tío, hasta que no había llegado a casa de Bastian no había caído de la gravedad de la situación.

Los niños habían comenzado a ir a una nueva guardería, a ellos les gusto el haberse cambiado de guardería según ellos iban a tener un montón de amigos, claro que ellos pensaban que en algún momento iban a volver a ver a sus amigos de Santa Monica. Yo tenía planeado no volver nunca a California, por lo menos para volver a vivir allí.

Bastian casi nunca estaba en la casa, se la pasaba en su oficina ya que junto a algunos de sus mejores amigos abrieron una empresa de energía renovable y recién estaban enmarcando a la ola de éxitos, al principio a él le molestaban un poco los niños claro un joven sin esposa ni novia y hijos que de repente le caigan tres niños en plana edad de crecimiento no le iba a caer del todo bien, pero se iba acostumbrando a la situación.

Por mi parte había días en los que me podía pasar llorando o en los que simplemente me olvidaba de lo sucedido, estaba por empezar a trabajar en el buffet de mi padre, al final me había decidido cambiar de carrera lo mio era la abogacía: quería intentar por lo menos que casos justos se cumplan y que los injustos directamente no se tomen en cuenta, quería que casos como el mio con mi casa no le pasara a nadie más, que todo tengamos lo mismo derechos, por lo menos eso intentaría.

-Bien Valen.-Bastian entra a la cocina, yo levanto la vista del portátil.-Hoy saldremos.-deja el maletín sobre la mesada de granito.-A los niños los cuida Marta.-Marta era la persona que ayudaba a Bastian con la casa.-Y no quiero excusas.

Lo miro y niego con la cabeza, no había otra opción era aceptar o aceptar, Bastian se la pasaba saliendo a eventos o a fiestas, según él iba a a conseguir novia a la que algún día pedirle que se casara con él, pero no creo que el mejor lugar para conseguir a una chica que quiera una familia y no este interesada en su dinero sea una fiesta.

-Bien... pero antes de las dos quiero estar devuelta, no estoy acostumbrada.-cierro la computadora y me paro de la silla.

-Por lo que me contaste aquella vez no parecías no estar acostumbrada a salir de noche.-me lanza una mirada que me dice que no iba a volver a las dos de la madrugada.-No hay forma de que vuelvas a esa hora ya que conocerás a los nuevos directores del buffet Pineda.

Mamá de mi propio Hermano 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora