-Capítulo 34.

11.2K 665 88
                                    

Me encontraba en el estacionamiento de un shopping, me mire por el espejo retrovisor, tenía unas ojeras que podrían espantar a cualquier niño,  respire profundo y salí del auto, pero antes de siquiera sacar los dos piernas fuera del auto cerré la puerta, termine apoyada sobre el volante. Temblaba, no iba a llorar, me lo repetía cada vez que sentía ese nudo en la garganta, ni siquiera había intentado hablar porqué sabía que si lo hacía se me iba a notar la voz quebrada. 

Había sido valiente para tantas cosas que no me había podido percatar de que algún día dejaría de ser valiente y pasaría a ser la adolescente miedosa que tenía muy dentro mío, ese día era donde deje toda mi valentía sobre mi cama, donde lo único que pude repetirme durante todo el camino hacía el lugar donde me encontraba fuera "Yo se, me arrepentiré". Junte valor y salí del auto, camine hacía la salida del lugar, mire para dos lados en busca de Thomas hasta que vi un taxi estacionar sobre la acera. 

Camine hacía donde estaba él, se me acerco y quino darme un beso a lo que yo solo di un paso hacía atrás. Hablamos de ir a comer al restaurante que se encontraba del otro lado de la calle, uno de comida asiática, a lo cual acepte ir, esta no era una de las otras veces donde decía que era nuestro final, esta vez era algo que me había tenido toda la noche en vela, que me había hecho llorar hasta las tantas de la noche, algo que si iba a traer consecuencias de verdad, me despediría del que era una gran parte de mí, esta vez él se llevaría una gran parte de mí la cual no iba a poder recuperar nunca más, él se iba a llevar mi. 

Todo quedaría atrás, los sueños, los proyectos, los "te amo" que faltaban por decir, las anécdotas que teníamos, las que faltaban por vivir, las risas, las peleas, los "te odio", la boda que pudo haber sido, los hijos que faltaban, las fiestas, los san valentines, los nietos, el final feliz, todo quedaba atrás, todo cambiaría y no volvería a tener un retroceso para nosotros. 

Entramos al lugar el cual era muy pintoresco, con detalles del continente por doquier, pequeñas y grandes mesas, un ventanal que daba hacía la pequeña piscina que tenían fuera lleno de peses de todos los colores y tamaños. Un mesero nos acompaño hacía la mesa que nos tocaría, nos dejo el menú y se fue hacía la cocina. 

-¿Que es de lo que tanto quieres hablar?.-dice mirando el menú, a lo que yo solo callo. 

Repetía una y otra ves en mi cabeza lo que Bastian y Nolan me habían dicho. Solo dile que juntos pasaron muchas cosas, que fueron tantas las cosas que te hacían perdonar, todos los momentos vividos, y todas las experiencias vividas no bastaban para volver a apostar en una relación de la cual nada podía salir bien. Que era hora de que cada cual tomara su camino, que intentarán rehacer sus vidas, pero lo más importante de todo era que ninguno de los dos se busque, que simplemente se olviden como se olvidan los novios de la adolescencia, porqué él fue un novio de la adolescencia. 

Me encantaba mirar a Thomas cuando estaba distraído, se veía tan lindo, tan tranquilo que no podía llegar a pensar todo el mal que me había hecho pasar. Comencé a morder mis labios cuando él se dio cuenta de que estaba muy nerviosa. 

-Dime Emma.-me toma de las manos y las comienza a acariciar. 

-Thomas yo solo...-tapo mi cara con mis manos.-Nosotros... nosotros no podemos estar juntos.-esas palabras salieron de mi boca como cuando peleas con alguien y no controlas lo que dices. Él me miró, clavo sus ojos en los míos. 

-¿Como?.-frunce su ceño.-¿Hablas enserio?, dime que no por favor.-dice casi suplicándome. 

-Yo, yo no puedo con esto, solo vuelve con tu esposa e hijo y no vuelvas, por favor no vuelvas a acércate a mí.-me levanto.-No lo hagas.-digo susurrando, comienzo a caminar hacia la salida, ya estaba llorando. 

Mamá de mi propio Hermano 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora