-Capítulo 29.

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Al otro día nos levantamos temprano ya que teníamos que ir a la iglesia para la misa de la semana, Hanna me había estado practicando que los Nuelding no eran de asistir a las misas pero cuando se encontraban en Inglaterra era obligatorio asistir ya que la reina asistía. 

Bastian me había obligado a que llevara a los niños, ya que a lo primero me había negado completamente ya que yo quería que mis hijos eligieran su religión, no los había bautizado por la iglesia católica ni mucho menos pensaba hacerlo por el Anglicanismo, había tomado aquella decisión junto con Thomas cuando se nos pidió bautizarlos para poder inscribirlos en una guardería católica a lo cual nos negamos rotundamente. 

Termine de vestirme, me tocaba usar un vestido color lila, el cual me llegaba unos dos dedos arriba de las rodillas, con un cuello algo alto para mi gusto, con unos zapatos de un taco moderadamente bajo color blanco, me hice algunos rulos y me maquille un poco. Al terminar de prepararme fui a ver como quedaron los niños. 

-Mamá no me gusta.-dice Ciro mirándose en el espejo, tenía una camisa color blanca con tirantes, un pequeño moño color negro, un mini saco, unos pantalones de vestir y unos zapatos, a mi parecer era un tanto elegante para ir a la iglesia. 

-Te queda hermoso hijo, les gustaras a todas las niñas.-Le guiño un ojo, Ava por su parte tenía un vestido color amarillo bebé, el cual estaba lleno de pequeñas rosas amarillas hechas con telas, y unos zapatos color blanco con unas medias de bailarina, en el pelo tenía una pequeña diadema color blanco, la cual resaltaba sus pequeños rulos.-Tu también estas hermosa Ava.-la levanto y entro al baño donde estaba Juaco sobre un pequeño banquito mirándose al espejo y acomodándose el pelo. 

-Mami.-dice al notar mi presencia, se deja de tocar el pelo y se baja del banquito, se pone delante mio mirando hacía el suelo y jugueteando con sus pequeñas manos, él tenía un traje exactamente igual al de Ciro. Juaco definitivamente había salido al padre, era muy coqueto con el tema de su aspecto y un poco vergonzoso para admitir que le gustaba lucir bien. 

-Eres el niño más lindo del mundo junto con tu hermano, ven vamos.-lo tome de la mano y fui a buscar a Ciro para ir a desayunar. 

Cuando terminamos de desayunar Nolan se me acerco pero gracias a un llamado entrante a su celular salió hacía el jardín y después no volví a verlo, hasta que estábamos por irnos, nos subimos al auto del chófer, íbamos los niños, Bastian. 

La iglesia era sumamente grande, tenía un estilo barroco, tenía una cúspide donde se dejaba ver la campana, era muy alta, tenía cientos ventanas de mosaicos de tonos verdes y en el medio el logo de la familia de la reina, tenía un gran jardín donde estaban todos los niños que habían asistido a la iglesia aquel día, mis hijos me miraron dudosos de correr hacía allí cuando se me acerca Hanna. 

-Déjalos, serán sus primos segundos o lejanos dentro de poco.-dice sonriente, solo pongo los ojos en blanco, dejo que los niños vallan con aquellos niños y Hanna sale tras ellos.-¡Ven!.-me grita una vez que llega hasta donde están los niños y yo solo me niego.

-Hola.-me saluda una chica de pelo color canela, ojos verdes, tenía un maquillaje algo cargado para la ocasión, tenía un labial color violeta oscuro acompañado de unas sombras negras, tenía puesto un vestido ajustado que le llegaba a las rodillas con breteles de color negro, era mucho más alta que yo. 

-Hola.-asiento.-¿Tu eres?.-la miro confundida. 

-No, no, no nos conocemos.-dice con una risita nerviosa.-Lena Swisterlen.-me extiende la mano. 

-Emma Pineda.-sonrío. 

-Ya te conoz...-la chica no logra terminar la frase que Nolan me llama. 

Mamá de mi propio Hermano 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora