Pasaron los días y todo parecía estar en calma. Pese a saber que un acosador estaba merodeando la zona, Max y Anastasia siguieron adelante con el viaje de aniversario. Sentada en un rincón de mi habitación me sentí la peor de las escorias, pues deseaba con el corazón que algo ocurriera y que ese viaje que pagaron y llevaban meses planeando se cancelara. Traté de convencerme al pensar que ellos también corrían peligro ahí afuera, pero solo estaba buscando mi propio beneficio de manera descarada.
Cuando los vi bajar por las escaleras pensé en hincarme y rogarles que no se fueran, que no nos dejaran solas, pero, a decir verdad, ¿quién era yo para hacerles esa petición?
—Las voy a extrañar chicas. Son adultas, pero las sigo viendo como niñas tontas que no se saben cuidar por sí mismas. —Anastasia nos reunió a ambas en un caluroso abrazo, uno cargado de fingida melancolía.
Si para ella no éramos más que niñas, ¿por qué tentaba a la suerte y estaba resuelta a irse?
—Te vamos a demostrar que es todo lo contrario. Nosotras estamos en edad de cuidarlos a ustedes —dijo Amber.
—Lo sé, pero para mí siempre serán pequeñas.
Puse los ojos en blanco al mismo tiempo que Max nos abrazaba, pero él no se demoró tanto.
—Agua y comida suficiente para un mes completo, de ser necesario. Productos de limpieza e higiene personal. ¿Saben qué significa eso?
—¿Que no hay necesidad de salir? Porque claro, un psicópata está merodeando el vecindario y no sabemos si se trata de uno de nuestros vecinos, o alguno de nosotros en el peor de los casos —intervine tratando de generar algo en él.
—Así es. Jackie —dijo poniendo su mano sobre mi hombro—, te dejo a cargo.
—Pero yo soy mayor por dos años —se quejó Amber.
—Sí, sí. Jackie, obedece a tu prima, ¿okey? —Guiño, guiño.
—Entendido.
Los vi marcharse desde el marco de la puerta mientras Amber corría detrás del auto en movimiento. Sentí en ese momento una gran pena, un sentimiento de abandono nunca entes experimentado. Me sentí a la suerte.
De ser por mí les habría contado lo que sucedió con Manuel y la razón por la que decidí dejar el trabajo, les habría dicho que me sentía insegura, y que de ser posible quería que me llevaran adonde sea que fueran. Pero no pude hablar, no después de que Amber me llamara cobarde y me convenciera con palabras tontas de que nosotras nos podíamos encargar del asunto mientras tanto, que no podíamos arruinarles la experiencia de celebrar dos décadas de matrimonio.
Doce del mediodía y preparaba algo de comer luego de más de una hora de charla con Lucas. Él fue el único, además de Amber, en enterarse de que Manuel casi me hacía daño. Desde entonces comenzó a llamarme a cada instante, tanto que Amber me rogó que pusiera el teléfono en silencio o lo ignorara. Pero no podía hacerlo, no después de que con él aprendiera a sentirme un poco segura, no después de confirmar que a él genuinamente le importaba y preocupaba la situación.
—Ya te dije que no es así, ya está listo.
—Llevas ese pedazo de carne al veterinario y se salva —le dije apartando la espátula.
—Primer día y ya nos vas a matar de hambre.
—Al menos no lo haré de una intoxicación, porque después de muerta de mí nadie va a hablar que no sabía cocinar.
Subí para comer en mi habitación y Amber me siguió sin preguntar. Su compañía era una que realmente agradecía, pues antes de Lucas ella era quien ya me había dicho todo lo que necesitaba y quien prometió que iba a estar ahí conmigo aun cuando otros me fallaran. Siempre era así, sin excepciones, así que esa acogida fue la que hizo que me sintiera parte del hogar en tan solo unas semanas. Sin embargo, si bien es mucho lo que me ayudó a adaptarme y salir adelante, de vez en cuándo lo arruinaba a la salida.
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AQUEL QUE ACECHA [COMPLETA]
Mystery / ThrillerSigue la historia de Jackie, una joven que es víctima de una obsesión mortal. A medida que el acoso se intensifica, ella se verá atrapada en un macabro juego donde sus intentos de escapar solo la acercan más a aquel que la acecha. Explora los límite...