No dormí absolutamente nada, y menos al escuchar toda la conversación que tuvieron con la policía en la sala de la casa. Anastasia les dijo que yo aún no estaba lista para hablar, que seguía en estado de shock, así que, como plan b, interrogaron a Amber.
A pesar de la violenta pelea, Derek y Lucas se ofrecieron para ir a buscarla al hospital, ya que como los oficiales habían llegado antes de lo acordado, no podían dejar pasar la oportunidad de formalizar la denuncia. Y sí, todo ese tiempo estuve en las escaleras sin que nadie se percatara de mi presencia. De hecho, lloré como loca cuando vi a Amber entrar con muletas a la casa, y escuché cómo estarían preparando todo desde esa noche para que, apenas amaneciera, ya estuviéramos saliendo de la ciudad.
Al día siguiente me hice la dormida hasta las doce del mediodía. No quería levantarme ni mucho menos mirarlos a la cara. Estaba afligida y avergonzada, y por si eso fuera poco, me atormentaba tener que abandonar la casa.
—Jackie...
No pude seguir fingiendo más.
—Jackie, despierta. Es muy tarde ya.
Abrí poco a poco los ojos y me encontré a Amber sentada en la esquina de la cama. Me costó unos largos segundos procesar todo lo que ocurrió el día anterior y que al fin la tenía ante mí, sana y salva.
—Amber...
No me dejó terminar y se abalanzó sobre mí. Con sus delgados brazos me apretó con fuerza y me acarició la espalda.
—Que sean cosas buenas y positivas las que salgan de tu boca, que si juicios y atrocidades quisiera escuchar, me reuniría con mis compañeros de la universidad o los vecinos.
La abracé aún más fuerte y con intensiones de no separarme más, pero en ese mismo instante mis tíos entraron por la puerta, y sin preguntar si podían se sentaron a mis pies. Anastasia pareció no aguantar y cedió paso a sus lágrimas, lloraba desconsoladamente, como si el desenlace de la tragedia del día anterior fuera otro. Pero la entendía a la perfección, pues la rabia e impotencia que sentía no era nada sana.
—Mami, ya, tranquila —trató de consolarla Amber.
Ella asintió con la cabeza agachada, al mismo tiempo que acariciaba mis pies sobre la sábana.
—Jackie, sabes lo mucho que te queremos, ¿verdad?
Asentí mientras me acomodaba. Tenía mucho miedo de las palabras que fueran a salir de sus bocas, pero una parte de mí sabía que eran necesarias y, en cierto punto, por el bien de ellos.
—¿Recuerdan la conversación que tuvimos antes de ayer?
¿Cómo no recordarla?
—Hemos estado pensando mucho en toda esta dura situación—comenzó Max—. Y, como padre, mi mayor anhelo es que mi familia esté segura. El punto es que... —suspiró al mismo tiempo que sus lágrimas se asomaban—, decidimos mandarlas a ambas a casa de la abuela.
Por su expresión, entendí que Amber no se esperaba aquella noticia. Y puede que sí, que asimilara que me iban a mandar a Mill Valley, pero de ahí a que ella supiera que iría conmigo, no lo creo.
—¡¿Por qué tomaron esa decisión sin consultarme?! —gritó mientras trataba desesperadamente tomar sus muletas para levantarse—. ¿Acaso les he dicho que me quiero ir?
Anastasia intentó levantarse, pero Max se lo impidió.
—Tómate el tiempo de analizar nuestra decisión y guarda tu respuesta para más adelante.
—¡Es que no hay nada que deba considerar!
En ese momento me sentí como un pequeño estorbo, como una piedra en el zapato. Amber estaba en todo su derecho de reclamar que la quisieran enviar a Mill Valley, pero ¿qué podía hacer o decir yo? A fin de cuentas, solo tenía un año con ellos, y por más que me quisieran, nunca pondrían en riesgo su familia por mí.
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AQUEL QUE ACECHA [COMPLETA]
Mistero / ThrillerSigue la historia de Jackie, una joven que es víctima de una obsesión mortal. A medida que el acoso se intensifica, ella se verá atrapada en un macabro juego donde sus intentos de escapar solo la acercan más a aquel que la acecha. Explora los límite...