Me infiltré en el departamento de Lucas. Claro, la intensión que me motivó a salir de casa era la de saber su estado y ayudarle, pero otra, y es aquella que me daba vergüenza aceptar, es que también lo hice para vigilar sus movimientos y confirmar o desmentir mis sospechas. Así que allí estaba, preparándole una sopa mientras en la mesa él aprovechaba para ponerse al día con sus asignaciones.
—Entonces debo darme por vencida, ¿no?
—¿En qué sentido? —Se concentró en mí con el lápiz en la boca, mientras nervioso lo mordía.
—En que no me vas a contar qué te sucedió.
Le di la espalda, pero no porque estuviera atendiendo lo que tenía en la estufa, sino porque no quería que él notara lo interesada que estaba en saber del tema.
—Ya sabes. Es tal y como se cuenta: un error de cálculos.
—¿Qué es para ti un error de cálculo? Eres grande, fuerte... dudo que algún hombre promedio tenga oportunidad contra ti.
—¡Y es que no la tuvo! Ojalá vieras cómo le dejé; puedo asegurar que ni se ha podido levantar de su cama.
Seguí atendiendo la sopa mientras todo estaba sumido en silencio, uno aparentemente incómodo para él.
—¿Algo más, Jackie? Parece que mi respuesta no te dejó satisfecha.
—Así es. Creo que la parte más interesante la estás pasando por alto.
—Claro. Te refieres al motivo...
Me acerqué con el bowl lleno de sopa caliente y lo puse encima de la mesa. Después de quitar los libros y cuadernos, me senté para comer con él.
—Por supuesto. ¿Qué desató esa pelea?
Se quedó en silencio y se dedicó a comer.
—Los motivos de un loco nunca están claros, Jackie.
—Y ese eres tú, ¿no?
—Tal vez... Quién sabe. Todos estamos mal de la cabeza de una manera u otra, ¿no lo crees?
¿Fue eso una indirecta? ¿Sabía él sobre los problemas con los que estaba lidiando?
—Aquí el estudiante de psicología eres tú.
Había conocido casos de personas que son conscientes de que son una presa y pareciera que están de acuerdo con ello. Nunca hacen nada para salvarse, todo lo catalogan como bueno y válido... la vida no les importa. Yo en algún momento lo fui, en esos meses que tuve que convivir sola con mi madre. Elizabeth era una cazadora, sin lugar a duda. La única diferencia que había con la Jackie del pasado es que, si el tío Max nunca hubiera tocado las puertas de su casa, ella hubiese encontrado la manera de salir de allí. Pero lo hubiese hecho porque no tenía nada que perder. Salir y dejar atrás la casa y las posesiones materiales que por derecho me correspondían me importaba poco o nada, porque en ese momento mi sueño más preciado era mi libertad. En cambio, en la actualidad esas aspiraciones habían sido sustituidas por mi deseo de mantener salva y sana a la familia que me adoptó.
Confié en Amber cuando me dijo que Lucas no fue aquel que la acosó. Le creí porque una parte de mí quería tragarse ese cuento, porque me agradaba y en el fondo quería poder confiar en él. Y sí, era lindo sentir que podía confiar en alguien que me quisiera por algo más que simplemente llevar su sangre, alguien que aparentaba estar dispuesto a todo por mí. Sin embargo, había momentos como estos, aquellos en los que cada palabra que salía de su boca eran más que cuestionables. Pero durante los momentos de bloqueo, la Jackie del presente ni siquiera pensaba en escapar porque confiaba a ciegas de que él no podía ser capaz de algo así.
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AQUEL QUE ACECHA [COMPLETA]
Gizem / GerilimSigue la historia de Jackie, una joven que es víctima de una obsesión mortal. A medida que el acoso se intensifica, ella se verá atrapada en un macabro juego donde sus intentos de escapar solo la acercan más a aquel que la acecha. Explora los límite...