Un mes pasó como si nada, como si el tiempo no fuera más que una nube fugaz. Fueron días relativamente tranquilos, en los que no recibí ningún tipo de amenaza, más allá de tontas cartas. Y sí, se supone que debí estar tranquila, pero de alguna manera u otra mi cabeza me decía que eso no estaba bien, que posiblemente Manuel y su séquito de seguidores estaban al tanto de que al fin pusimos la denuncia. Pero ¿cómo es eso posible si solo yo, mi familia y Lucas sabíamos de la misma? Había datos y pistas que no me cerraban.
Un mes desde aquella vez que hablé lo que estaba sucediendo con Max y Anastasia, casi nada había cambiado, pero la paz que sentí al librarme de ese peso era incomparable. Había tenido una conversación extraña con ella, una en la que nos dijimos qué era la una para la otra. Quedé atónita cuando me confesó que ansiaba que la tratara como mi madre, pero toda sorpresa se esfumó de mi rostro cuando recordé que desde el primer día todos en aquella casa se esforzaron por darme la familia que nunca tuve.
El día que mi padre murió lo perdí todo. Perdí la confianza en mí misma, ya no me sentí capaz de salir al mundo y lograr grandes hazañas porque quien me motivaba a ser la mejor ya se había ido. Pero había recuperado esas ganas de vivir y de presenciar un nuevo día, definitivamente estaba siendo muy bendecida...
—¡Solo tengo tiempo para comer! —dije mientras bajaba del auto luego de pasar toda la mañana comprando.
El semestre ya estaba por terminar y el único trabajo que tenía pendiente para poder tomarme mis vacaciones era la presentación con Derek, aquella para la que día tras día nos reunimos en casa para estudiar. De aquella relación laboral no tenía mucho para decir, más que hacíamos un buen equipo cuando nos juntábamos.
—Agradece que al menos saldrás unos minutos de esta asquerosa prisión —murmuró Amber con asco.
Ella odiaba tener a uno de sus padres custodiándonos, a tal grado de que creí que también me odiaba a mí, pues era mi culpa que no se le permitiera salir ni siquiera a la esquina sin ser vigilada.
Cuando Anastasia y Amber se me adelantaron, me quedé unos segundos mirando al interior del bosque. Tenía semanas intentando escaparme unos minutos para ir a buscar el arma, porque no importaba qué tan tranquilos parecieran los días, aún no terminaba de confiar. Y es que tenía la certeza de que el enemigo estaba más cerca de lo que todos nos imaginábamos, acechándome desde el bosque y planeando con cautela su siguiente movimiento.
—Yo creo que vas muy exagerada —dijo Amber desde mi cama.
—¿Tú crees? —Di una vuelta—. Es una presentación importante. Además, estudio comunicación social; la presentación lo es todo. —Me puse más perfume.
Pantalón negro de vestir, camisa blanca con las mangas cortas y unas zapatillas de tacón alto. No había forma de que me viera más presentable, pero había un problema. Nada de eso importaría si en medio de la presentación me daba por vomitar en los lustrados zapatos de Derek, porque no solo me preocupaba mi pronunciación, sino también la idea de no estar a su altura, de no ser una buena compañera.
Cuando puse un pie en la universidad después de muchos días sin asistir, muchos pares de ojos conocidos se posaron en mí. Los nervios provocaron que las palabras se me olvidaran y que de repente ya no reconociera mi aula. De no ser porque Caroline me alcanzó a ver y me tomó del brazo para llevarme a la clase que compartíamos juntas, me hubiese quedado fuera.
—¿Nerviosa? —me preguntó.
—¡No tienes idea! —Me di vuelta para mirar una vez más las últimas mesas del aula—. Derek sigue sin aparecer. ¿Crees que le sucedió algo?
ESTÁS LEYENDO
AQUEL QUE ACECHA [COMPLETA]
Mystery / ThrillerSigue la historia de Jackie, una joven que es víctima de una obsesión mortal. A medida que el acoso se intensifica, ella se verá atrapada en un macabro juego donde sus intentos de escapar solo la acercan más a aquel que la acecha. Explora los límite...