Habían pasado tres días desde que dejó la carta. Jin comenzaba a arrepentirse; además que temía ser tomado como burla a pesar de no haberse nombrado en el texto.
Caminó desganado por el pasillo. Sus pies marcaban destino incierto, pues sólo quería andar y andar para al final resignarse en cuanto a su sentimiento hacia el chico de alta estatura, aquel que siempre estaba acompañado por los mismos cuatro jóvenes de siempre. ¡Ah! Y también por una de las coristas de la secundaria: Moon Hee.
La graduación se acercaba cada vez más, y lo único que Seok Jin deseaba era que Nam supiera de su enamoramiento; más aún cuando éste se viene presentando desde hace varios años.
—¡Omma!
Una voz muy conocida se hizo oír a sus espaldas. Enseguida supo que se trataba de su pequeño amigo: Jungkook, el cual, a pesar de tener apenas trece años, se entendía perfectamente con Kim.
—Kookie, no me estés llamando así en la escuela.
—Es inevitable, ya me acostumbré. Siempre me cuidas cuando estoy fuera de casa, te comportas casi como una madre.
—¿Por qué no como un padre?
—Porque no me inspiras ese tipo de figura— admitió sin ausentar una contagiosa sonrisa.
—Está bien, pero no lo grites a los cuatro vientos.
—Entiendo, entiendo. Ahora vamos a comer; tengo hambre.
El menor casi que empujó al mayor, dirigiéndole hacia la extensa cafetería donde los diversos grupos se encontraban disfrutando de su comida y charlando al mismo tiempo, cada cual tratando temas distintos, poniéndose al día con algún asunto.
—Hay una mesa libre por allá— señaló Kook; —ve por ella mientras yo voy haciendo la fila para los alimentos.
Jin accedió y se dirigió hacia el mueble, pasando al lado del sitio en el que Nam Joon y compañía reían sin parar.
Una vez ubicado en la silla correspondiente, colocó su bolso sobre la superficie y el de Jungkook a un costado, obviamente a la espera de éste. Sacó su libreta en un intento de distraerse, sin embargo su mirada viajó hasta la persona que menos deseaba observar.
Era inevitable no fijarse. La piel bronceada, el cabello despeinado, piernas largas, facciones llamativas; todo ello provocaba suspiros en Jin, quien no pudo evitar agudizar su oído en cuanto mencionaron la existencia de una carta en un casillero.
—¡Qué absurdo!— comentó el chico llamado Yoon Gi.
—La verdad es que me sorprendió un poco— inició Nam Joon a la vez que sostenía el papel en su mano.— Luego estudié la situación y concluí que el responsable es…
El corazón de Jin latió con fuerza, nervioso al esperar lo peor; no obstante, tal emoción de disipó al continuar con su atención a la charla ajena.
—¡Jimin!— exclamó el protagonista de la conversación, apuntando con el dedo al sujeto de labios gruesos y cabello tinturado de rubio, el cual se apresuró a objetar.
—Claro que no, jamás haría algo así— se defendió el susodicho.
—Min, no tienes por qué negarlo. Fue una buena broma, pero esto no funciona conmigo— prosiguió Nam con aura de superioridad y eficiencia, mientras que Park le miraba incrédulo.
Los demás sólo reían ante las ocurrencias de sus amigos, también por la evidente confusión del momento.
—¿Qué te llevó a creer que fui yo? Ni siquiera tengo tiempo para ello— el menor seguía quejándose.
—Enseguida capté que alguno de ustedes era el responsable, pero no estaba seguro de quién así que me incliné más por ti.
Los participantes del diálogo estallaron en risas. ¿Enserio ese fue su análisis?
—¿Entonces quién responde por éste asunto? ¡No lo escondan, tontos!
—Nam, creo que si alguno aquí hubiese escrito la carta ya te lo hubiera dicho después de que te dieras cuenta, ¿no?— se pronunció Taehyung luego de calmar la sonrisa que ya poco figuraba en su rostro.
—¿Están seguros, chicos?— el semblante de Nam Joon se tornó serio a medida que aceptaba la situación.
—Completamente— aseguró Ho Seok.
—¿Moon?— miró a la chica sentada a su lado.
—No veo necesario realizar eso.
—Entiendo.
Mientras tanto, Jin reía disimuladamente por lo que presenció. En aquel instante, le pareció adorable la postura de su enamorado, el cual yacía con los ojos clavados en el plato de comida, quizá buscando explicaciones.
A los minutos, Jungkook llegó con dos bandejas, poniendo una al frente de su hyung, quien se encontraba escribiendo con suma alegría y comodidad.
—¿Qué haces? ¿Otra carta?— le interrogó el pequeño.
—Otra carta— afirmó el mayor.
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Cartas a Nam Joon (Namjin)
FanfictionÚltimo año de escuela. Tan próxima la universidad. Seok Jin tiene dieciocho años, de los cuales, los últimos cinco ha estado enamorado de su compañero: Kim Nam Joon, al cual, desde siempre se limitó a observar desde lejos, apenas cruzando un mínimo...