Cartas a Nam Joon (Namjin)

Epílogo

El campus universitario destacaba por su amplitud y concurrencia; estudiantes, maestros y administrativos se movilizaban en busca del sitio en el que cada uno realizaría sus actividades del día.

Agosto había llegado en un abrir y cerrar de ojos, y con ello, el inicio de un nuevo semestre académico en la Universidad Nacional de Seúl.

—¡Nam Joon, ya puedes dejar de asfixiar mi mano!— exclamó Jin. El moreno agarraba fuerte la extremidad de su novio, quien le reprochaba su acto.

—Debía sacarte de ese sitio. A esos chicos sólo les faltó lanzarse contra ti y robarte de mis brazos.

—Ni siquiera me estaban mirando.

—Tú te encontrabas distraído con los eventos de bienvenida; en cambio, yo analizaba las actitudes de los idiotas esos. ¡Casi te comen con sólo los ojos!

—No seas exagerado, Nam; igual sabes que no les prestaría atención en lo absoluto, pues mi atención está puesta en ti y no más.

Aquello pareció relajar a Joon, el cual abrazó a su pareja, permitiéndose aspirar el delicioso aroma que éste destilaba, casi arrullándolo en el proceso.

—Jinnie, no permitas que alguien se sobrepase contigo— declaró, formando a la vez un lindo mohín con sus labios.

—Lo mismo va para ti. Como me entere que andas de alegre por ahí serás hombre muerto. Bueno, no exactamente eso, pero sí te quedarás sin mí.

—Jamás pienso correr ese riesgo.

—Ya basta de charla, tu primera clase es a las nueve y ya son las ocho y cincuenta y cinco. Date prisa y camina.

—Dame un beso primero.

Jin rió despacio y cumplió con el pedido; posó  su boca contra  la contraria, moviéndola despacio en medio de aquel dulce gesto. Acarició los pómulos de Nam y se separó, adorando las fuertes y atractivas facciones del moreno.

—Nos vemos al medio día. Te quiero mucho— terminó RM, depositando un último beso en la frente del otro Kim.

—Nos vemos, lindo. Te quiero más.

Ambos se despidieron para después tomar caminos diferentes.

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Nam Joon salió de su primera clase, animado e intrigado por los temas que vería a lo largo de la carrera; de verdad que se sentía emocionado a pesar de poseer la certeza del futuro sufrimiento en torno a los múltiples parciales y trabajos.

Se dirigió hasta el locker que había apartado para guardar sus cosas durante ese día. Apenas estuvo frente al objeto utilizó una pequeña llave para desbloquear el candado que reservaba sus pertenencias.

Una hoja cayó al piso cuando el interior del casillero fue expuesto. La recogió.

Sus hoyuelos salieron a relucir cuando una sonrisa se extendió por su rostro.

"Hola, Nam. Hace tiempo que no te escribo una de nuestras características cartas.

No hay mayor razón para esto que desearte una excelente jornada en el primer semestre de universidad; que al concluir el día estés firme y lleno de satisfacción con el programa que has escogido.

Gracias por recibir mis textos en la escuela, gracias por leer el que ahora sostienes entre tus manos. Ésta gratitud se extiende hasta el momento en el que tuvimos el primer viaje, que por cierto, extraño tanto. Espero que podamos repetirlo, puede ser visitando a Hobi en Busan o quizá, en un futuro a mediano plazo, a Taehyung en Japón. ¡O mejor llevamos a Ho Seok hasta el país nipón!

Lo siento, me he emocionado.

Por otro lado, mi hermano parece aceptarte cada vez más. A lo mínimo se está rindiendo y con ello dándole la cara a la realidad. Él debe ser consciente de que ya no soy el niñito menor al que siempre protegió y defendió con su vida. Bueno, sigo siendo el pequeño de mi familia, pero ya no un ser frágil.

Soy un hombre totalmente conocedor de mis metas, fortalezas y debilidades. Tal convicción me lleva a ser firme en mis sentimientos; entonces es por ello que en ejercicio de dicha capacidad más los años en los que desarrollé mi gusto por ti, me permito confesarte que te amo, Kim Nam Joon.

Sé que de pronto todavía no puedes emitir una emoción de ese calibre porque nuestro tiempo de enamoramiento no es proporcional. Yo reúno demasiados meses sintiendo esto y tú apenas notaste mi existencia durante la primera mitad del año; no obstante, eso no es impedimento para revelar lo que hay en mi interior, además que, poseo la paciencia para esperar el día en el que digas lo mismo.

Estaré en la cafetería central, aguardando por ti para ir a almorzar. No demores si no quieres que me vuelvan a devorar con la mirada.

Te ama,
Kim Seok Jin. "

Nam Joon suspiró ensimismado.

—Eres un tonto, Jinnie. Me has provocado cosas tan fuertes por primera vez en mi vida y piensas que aún  no soy capaz de amarte. Eres precioso, Seok Jin.

Sin desperdiciar segundos, caminó hacia el sitio citado por su novio, inflando su pecho en determinación y disposición absoluta para confesarle que todo era mutuo, que él también le adoraba con locura.

Porque sí; luego de las cartas, los escondites, los problemas, los descubrimientos y las experiencias, Kim Nam Joon amaba a su novio, Kim Seok Jin; y no permitiría que nadie cambiara aquello.