—Yoon Gi, detente…— Jimin suspiró ante los besos que el pálido repartía en su cuello, arrancándole uno que otro quejido al succionar con levedad.
—No creo que desees eso.
—Alguien entrará y nos encontrará— Park se removía al pensar en la idea de ser descubiertos en tal situación comprometedora; sin embargo, su acompañante actuaba con mayor devoción y apego.
—¿No te emociona eso? Hacer éstas cosas frente a la posibilidad de ser atrapados. ¿No causa adrenalina?
—Eres un pervertido, Min Yoon Gi— masculló el menor para luego permitir que su novio amasara su trasero a antojo.
Un gemido involuntario por parte del menor se hizo oír en el solitario laboratorio de física, lo cual provocó una corriente en el más delgado de los dos, quien no se detuvo en su impulso de morder y chupar los labios voluminosos del pequeño que se deshacía en variadas sensaciones.
—Soñé tanto con esto— susurró Yoon al oído del contrario para acto seguido morder suavemente el lóbulo.
—¿A qué te refieres con "tanto"?
—Demasiado tiempo.
—Menos mal confesaste tus sentimientos. Yo no hubiese sido capaz.
—Silencio. Nadie puede saber que yo fui el de la iniciativa.
—¿Por qué? ¿No te gustaría que se enteraran de que "cara dura" Min se ablandó?
La puerta del lugar se abrió con brusquedad, dejando entrar a un afanado Nam Joon, al que poco le interesó que su amigo de tez en extremo blanca le dedicara una mirada asesina.
—¿Qué haces acá?— cuestionó molesto el más conocido como Suga.
—Necesito desahogar mis penas— respondió el moreno con dramatismo.
—¿Qué sucede, Joonie?— Jimin se interesó por su amigo, a lo que Gi rodó sus ojos.
—Seok Jin no me presta atención. Desde hace cuatro días que nos enteramos que Jae Hwan había regresado, no me ha querido ver.
—Lo aburriste en noventa y seis horas. ¡Un récord!— exclamó divertido el de facciones felinas, al cual, el pequeño de mejillas prominentes le dio una negación de cabeza.
—¿Cómo sabes que no desea encontrarse contigo?
—Porque anda "recuperando tiempo" con su queridísima amistad que está de visita.
Y es que Nam Joon se moría por conversar con Jin, por tener la charla posterior al momento que compartieron la vez del recital.
Aquella vez, cada uno partió a su casa sin volver a tocar el tema. ¡Vaya error! Pues ahora, el Kim de estatura alta no sabía cómo proceder; y las veces en las que contactó al atractivo chico de las cartas, éste se disculpaba bajo la excusa de estar con su viejo amigo, Jae Hwan.
—Si te sirve de algo, Jin está en la sala de manualidades; sale dentro de diez minutos— aconsejó Park. —Bueno, de hecho la jornada se acaba en ese tiempo.
—Queremos disfrutar a solas esos segundos de tranquilidad. ¿Podrías permitirlo, adorado Joonie?— soltó Yoon en broma.
—Ya los dejo en paz— Nam mostró una sonrisa para luego caminar a la salida. —Por cierto, Jimin, no vayas a permitir que Suga te corrompa.
La pareja se ruborizó notablemente. El moreno rió antes de partir hacia el sitio donde se suponía daría con aquel joven de personalidad bella, rasgos hermosos y labios adictivos. Ahora fue él quien tuvo mejillas tintadas de un leve rosa con tan solo rememorar al chico que le gusta.
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Cartas a Nam Joon (Namjin)
FanfictionÚltimo año de escuela. Tan próxima la universidad. Seok Jin tiene dieciocho años, de los cuales, los últimos cinco ha estado enamorado de su compañero: Kim Nam Joon, al cual, desde siempre se limitó a observar desde lejos, apenas cruzando un mínimo...