3

3.3K 499 16
                                    

"Hola, soy yo de nuevo.

Nam Joon, lamento haberte llamado como lo hice la última vez. Comprendo tu punto y sé que en tu lugar no gustaría que un desconocido te llamase como sólo lo hacen tus cercanos. Lo siento.

A continuación, de acuerdo a las incógnitas que formulaste, las responderé (o quizá no) en orden:

1. Dejaré que lo sepas con el tiempo.

2. No sabes quién soy, pero de seguro me has visto. Me limitaré a precisar que estamos en la misma clase.

3. Pues, qué te puedo decir. Hace tiempo que observo lo genial que eres, y desde entonces me has llamado la atención, pero no lo malentiendas, me refiero a entablar una amistad. Sin embargo, aún no cuento con la confianza suficiente para hablarte de frente.

Espero que te sirva saber esto. Y si tu incomodidad persiste y prefieres que deje de escribir, por favor, notíficame.

Hasta entonces.

K."

Jin leyó el corto texto por milésima vez.

Le golpeó un poco la dureza con la que el joven de alta estatura había respondido, es por ello que optó por mentir y asegurarle que simplemente buscaba una relación de amigos.

—¿Estás bien, Jinnie?— el menor de dientes un tanto saltones le interrogaba, pues su amigo no se veía muy contento; en cambio, demostraba un aura afligida.

—No, Kook.

—¿Ese idiota te ha lastimado?

—No, no es eso; o bueno, no sabría explicarlo.

—Cuéntame.

—¿Crees que debería dejar esto? Presiento que estoy incomodando a Nam.

—No lo sé. Eso depende de ti, pero sí te aconsejo que lo lleves con calma, es decir, empiecen por cosas triviales; pregúntale qué le gusta realizar, cuáles son sus hobbies, qué color es su favorito. Trata de hacer una introducción a la amistad.

—Eso era lo que pretendía con mi carta anterior. Sin embargo, él se lo tomó muy mal, y lo comprendo. Me dejé llevar por una confianza inexistente.

—Jin, me preocupa cómo pueda terminar esto, más cuando eres la persona más fenomenal que hay en este plantel; no obstante, te veo determinado con el plan y con tus sentimientos hacia ese tonto.

—Kookie, él no es un tonto.

—¡Rompió el trofeo de su amigo!

El mayor rió automáticamente al recordar aquella escena.

Fue hace un año. El equipo de baloncesto acababa de ganar el torneo nacional por segunda vez consecutiva. El capitán, Min Yoon Gi, sostenía orgulloso el ansiado premio, aquel que los certificaba como vencedores. Todo era alegría y júbilo, o así fue hasta el momento en el que la aglomeración se disipó y los amigos del joven increíblemente pálido se acercaron para felicitarle por el logro.  

No duró mucho cuando el más alto del grupo pidió cargar el trofeo, a lo que Min accedió no sin antes lanzar una mirada de advertencia.

Más duraron pasándose el objeto que Nam Joon soltándolo al suelo en un acto accidental pero fatal a los ojos del chico conocido como Suga, quien le asesinaba con la mirada a la vez que procuraba contenerse.

—Jeon Jung Kook, eso fue un accidente— comentó Seok Jin en medio de carcajadas.

—Producto de su idiotez. Tú no lo aceptas porque estás enamorado.

—Bueno, bueno. Hay que suspender el tema, ya casi es hora de volver a clases.

—No vayamos.

—Sigue soñando.

—¿Entonces dejarás la carta?

—Sí, pero me resigné a esperar lo que sea. Igual el año escolar acaba en junio, y con ello también concluye mi estadía en este lugar; luego cada quien tomará su camino y posiblemente hasta olvide este asunto.

Jungkook mostró un puchero,  lo que el de hombros anchos entendió como un gesto de tristeza. Era obvio, él terminaba su ciclo ese año, dejando al menor atrás.

—Mi pequeño Kookie, sabes que nunca te abandonaré. Seguiremos viéndonos así yo sea un universitario.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Ambos se abrazaron, compartiendo ese lazo que llevaba tiempo formado. Un lazo que únicamente los verdaderos amigos tenían la ventaja de sentir.

—¿Me acompañas a colocar esto en el casillero de Nam Joon?

—Por supuesto. ¿Y tú podrías prepararme la cena hoy? Estaré solitario en casa.

—Claro que sí, Kookie.

Cartas a Nam Joon (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora