Cartas a Nam Joon (Namjin)

34

—¿Quién es él?— cuestionó una simpática chica de facciones delicadas y cabello oscuro y lacio.

—Se llama Kim Seok Jin— respondió Nam Joon. —Es mi pareja— informó orgulloso frente a las tres personas que le observaban desde el mediano comedor.

—¿Qué pasó con unnie?— preguntó la misma fémina.

—Moon y yo sólo somos amigos, ya lo sabías.

—Ella me agrada más.

—No seas así, Sun. Apenas has visto una foto de mi pareja.

La hermana de Nam no  parecía contenta, de hecho, no lo estaba. Siempre vislumbró un futuro entre su hermano y la otra chica; sin embargo, con ver que su fantasía no fue acertada, se sintió indignada.

Mientras tanto, los señores Kim contemplaban conmovidos a su hijo. Estaban felices de que hablara con tal fervor sobre una persona y, mejor aún, que ésta fuera su compañía. Y es que, los casados nunca presentaron queja alguna con respecto a las relaciones entre personas del mismo sexo, al contrario, conformaban ese pequeño círculo social de mente abierta.

—¿Cuándo lo invitarás a cenar?— quiso saber la señora.

—¿De verdad lo aceptarán?— los ojos de Joon brillaron.

—Eso se decidirá si compartimos con él, aunque igual se nota que es muy agradable— ahora fue el señor quien dio su punto de vista.

—De hecho, lo es; tiene una personalidad asombrosa— comentó RM a la vez que contemplaba la foto de su novio en su celular.

—Pues a mí no me interesa— soltó la menor de la familia.

—Sunnie, más respeto, por favor— le reprendió su padre.

La adolescente dedicó una mirada desafiante a los tres individuos que le reclamaban sin necesidad de palabras. Sin chistar y con el propósito de calmar su enojo, se levantó con brusquedad y partió hacia su cuarto, cuya puerta fue azotada con fuerza.

—Ya se le pasará— concilió la adulta mientras acariciaba la espalda de Nam. —¿Por qué mejor no llamas a tu chico y le dices que venga mañana? Me aseguraré de prepararles comida más deliciosa de la que ya hago.

Los ojos del moreno brillaron con ilusión para luego responder a la propuesta:

—¿Podría ayudarte? Me encantaría servir un plato preparado por mí a Seok Jin.

—¿Qué tal si te doy dinero y le compras algo especial?— contraatacó la mujer para despejar la idea de su hijo moviéndose peligrosamente por la cocina. Él pareció estar de acuerdo, pues asintió con efusividad antes de desbloquear su celular y marcar el número de su novio.

🖎❤✍

El día siguiente llegó con una rapidez exorbitante al pensar de Jin, quien decidió vestirse con un buzo color rosa, su favorito, y unos pantalones negros un poco holgados. Yacía en la entrada de la casa de Joon, quien le agarraba la mano y le avisaba las conductas de sus padres.

—¿Estás listo?— interrogó el moreno, abriendo la puerta y de esa forma dándose paso al interior del hogar.

—Estoy nervioso— confesó el de hombros anchos. Su vista se paseó por el lugar una vez estuvieron completamente dentro.

—No te preocupes, les caerás bien.

RM le sujetó por la muñeca y comenzó a caminar hacia el comedor en el que su mamá colocaba variedad de exquisiteces mientras que su papá acomodaba sus cubiertos. Ambos mayores detuvieron sus acciones para posar su atención en el invitado.