—¿Entonces te gusta Nam Joonie?— preguntó Ho para constatar lo que su compañero le había explicado durante la media hora siguiente desde su encuentro.
Habían faltado a clases, viéndose obligados a esconderse en la biblioteca para poder charlar sin la interrupción de algún maestro.
—Sí, y éste sentimiento viene desde hace mucho.
—¿Por qué te acercas justamente acabando el último año?
—Ya te habrás dado cuenta de que no soy la persona más abierta ni extrovertida. Mi timidez siempre me mantuvo rezagado, o así fue hasta que me decidí a dejar la primera carta.
—Entiendo.
—Ho Seok...
—¿Sí?
—Se lo vas a contar, ¿no? Por favor, trata de que lo sepa sólo él y que no me humille.
—No lo contaré.
—¿¡Qué!?
—Así como escuchaste. Te prometo que no diré nada.
—¿Por qué? Eres su amigo, se supone que lo haces.
—Soy su amigo, pero no soy tan malo como para echarte al agua. Se ve que eres una gran persona, Jinnie; además, yo también sé lo que es querer a alguien en secreto— admitió Jung con un leve sonrojo.
—¿Ah sí?
—Sí, y para demostrarte confianza, te confesaré que es Kim Taehyung.
—Él es el chico de sonrisa rectangular.
—Ese mismo. Me trae loco desde hace dos años, pero nunca me he atrevido a demostrarle lo que siento; me da miedo su reacción.
—Deberías intentar, no pierdes nada con eso.
—No estés tan seguro.
—¿De qué otra forma lograrías el sentimiento sea compartido?
—Con su amistad me basta. Tengo el presentimiento de que dejaríamos de ser amigos si me confieso y la situación no es recíproca.
—Es verdad.
—Tú no eres del grupo de Nam, por lo tanto estás exento de perder algo.
—Mi dignidad, quizá. Él bien podría avergonzarme o sacarme en cara el hecho de que un hombre lo tuvo al tanto de unas cartas.
—Yo no creería eso. Te juro que tu técnica está efectuando; no en el sentido de enamorarlo, aún no, pero sí logras que se ponga ansioso con la ausencia de uno de tus escritos. Ojalá en un futuro se encaren y se le midan a algo más.
—Lo sé, estoy consciente de que el anonimato no es una opción permanente.
—Te quiero ayudar.
—¿Ah?
—Eres un buen chico, Jinnie, y sin duda deseo seguir conociéndote; en dicho camino, me gustaría darte una mano con Joonie, del mismo modo, te pido que me aconsejes con Tae.
—¿Consejos del joven de las cartas?
—Posees una atractiva perspectiva del cariño y cómo reflejarlo; empleas mecanismos impensables que al final resultan intrigantes. No seré alguien que deje textos porque esa es tu idea, pero aceptaría cualquier dinámica que me propongas.
—Estás muy enamorado, Jung Ho Seok.
—Corrección: estoy igual que tú. No quiero ir a la universidad sin desahogarme. Si me guardo las palabras, lo más probable es que me arrepienta de por vida.
—¿Ustedes no han planeado continuar juntos?
—Es un caso difícil. Por el lado de Taehyung y yo, de pronto nos separemos, pues él se anotó en un programa de becas y lo más seguro es que pase; en cambio yo iré a una universidad de segunda categoría en Busan.
—Yo sólo sé que estudiaré gastronomía.
—¿Aún no te presentas a un plantel?
—Todavía no han abierto convocatorias para carreras secundarias como a la que aspiro. Gastronomía no es un camino al que muchos aspiran con motivación, entonces el proceso de admisión es menos complicado. ¿Tú qué estudiarás?
—Ingeniería de sonido— anunció con orgullo al mismo tiempo que extraía el papel ya conocido por Jin. —Es la carta que olvidaste; te la regreso para que la coloques en el casillero de Nam cuando salgamos de aquí.
—Gracias.
Kim recibió el objeto y lo resguardo en su bolsillo derecho antes de preguntar algo que le había llamado la atención hace tiempo.
—Ho Seok, eres bueno en el rap, ¿no?
—Sabía que lo preguntarías, y sí. Adoro participar en festivales donde demuestre mi talento, también soy un experto en el baile. Ven a mi casa y te doy un espectáculo sin el bullicio de la gente que suele asistir a esos actos.
—Hubo una vez en la que Nam Joon me invitó.
—Adivino. Fue la ocasión en la que te escribí para invitarte y a la que mínimo no aceptaste por la presencia de mi amigo.
—Exactamente.
—Pensé que te caía mal— Jung confesó su percepción acompañado de una carcajada. —Si lo deseas, puedes ir conmigo algún día que Nam no vaya.
—No lo sé, no pienso arriesgarme.
—Necesitas brindar tu apoyo al buen J-Hope.
—Olvidaba que ese era tu nombre artístico.
—No lo olvides más, I'm your hope. Joon también tiene uno y es Rap Monster, aunque desde hace unos meses únicamente es RM. Yoon Gi, el chico pálido que juega baloncesto y anda con nosotros, se hace llamar Suga.
—Un trío de rap, suena prometedor.
—Y es por ello que debes asistir a uno de los recitales.
—Quizá en un futuro.
—Prometelo— Ho mostró un puchero.
—No.
—Jinnie, por favor— utilizó aegyo, con lo que le sacó una estruendosa carcajada al de hombros anchos.
—Juegas sucio.
—Juego con estrategia.
De esa manera sellaron la promesa que daría pie a su inicial relación amistosa, aquella que conllevaría la ayuda y el apoyo por parte de ambos. En otras palabras, esa tarde fue testigo de una nueva amistad conformada por dos temerosos enamorados que habían decidido enfrentarse a sus más recónditas emociones con el fin de incitarles a florecer.
Como anexo, al concluir la jornada, bajo el anaranjado sol del atardecer, un sonriente Kim Nam Joon conducía su auto mientras sostenía la carta que por fin había llegado.
Sin quererlo se emocionó y casi suspiró del alivio contenido.
Continuaría charlando con aquella persona y eso le ponía feliz.
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Cartas a Nam Joon (Namjin)
FanfictionÚltimo año de escuela. Tan próxima la universidad. Seok Jin tiene dieciocho años, de los cuales, los últimos cinco ha estado enamorado de su compañero: Kim Nam Joon, al cual, desde siempre se limitó a observar desde lejos, apenas cruzando un mínimo...