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Seok Jin apretó con fuerza el papel.

Si no fuera porque tenía la motivación de calar en la personalidad de ese chico con el fin de ablandarle, ya hubiera mandado todo a la mierda. ¡Sí! ¡A la mierda! Palabra totalmente representativa del carácter de Kim Nam Joon.

Trató de mantener la calma a la vez que soltaba una escandalosa exhalación. Acto seguido, agarró su bolígrafo y se dispuso a escribir:

"Hola, aquí de nuevo.

¿Sabes? No es necesario que seas un patán. Sólo acepta que ya no quieres saber de mí, no tienes por qué recurrir a la grosería.

A diferencia de ti, soy una persona respetuosa, risueña y siempre abierta a nuevas cosas, sean éstas situaciones o personas. ¿Puedes aprender algo de eso? Te puedo enseñar, más porque bien te hace falta. ¿Sorprendido? No tengo personalidad de un completo masmelito suave y dulce.

Y si aún te interesa, con lo anterior estás enterado del cómo me comporto cuando me sacan de mis casillas. Soy bueno, si lo eres conmigo.

¿Deportes? Ninguno, pero sí canto, me encanta hacerlo en todo lugar. Mi voz tiende a ser delicada y armoniosa, y no lo digo por mí sino porque así es; al igual que poseo un rostro muy bello, el cual me toca mantenerlo.

No tengo muchos amigos, la verdad, únicamente ando con un estudiante, del que no señalaré mucho debido a que podrías descubrirme. Y no, no es de nuestro curso así que no te empeñes en buscar información entre nuestros compañeros.

En mis tiempos libres me dedico a caminar por la ciudad y sus alrededores, también suelo leer, cocinar y jugar con mis mascotas. Si estoy de humor, opto por realizar karaoke.

No sé qué más esperes saber. En todo caso, hasta aquí escribo el día de hoy.

Quizá nos leamos después, señor patán.

K. "

Dejó el papel cuidadosamente doblado dentro del casillero de su destinatario y se retiró con la precaución de no ser atrapado.

Una vez en el salón, se dio cuenta que el profesor de historia aún no llegaba, por lo que siguió hasta su puesto en el medio del salón, en donde nadie aguardaba por su compañía para establecer una amena charla mientras el docente hacía acto de presencia.

Al fondo se encontraba Nam Joon con su grupo usual. Moon Hee miraba al más alto con admiración, ¿por qué aún no le confesaba sus sentimientos? Jin sintió una opresión, pues aquello sucedería en cualquier instante y los más posible es que Nam le correspondiera; o sea, siempre están juntos y reúnen muchos años de amistad.

-Buenas, disculpen el retraso, jóvenes- el maestro apareció con actitud de estrés. -Surgió un problema en mi casa y creo no acompañarles en ésta ocasión, pero no nos atrasaremos ni será hora libre. Dejaré estos talleres que resolverán en bina. Cuando acabe el tiempo de clase, se los entregarán a mi monitora Lisa, quien, por favor, me los guardará en mi escritorio en la sala de profesores.

Todos soltaron gestos de inconformidad; obviamente ansiaban no dedicarse al estudio así fuera por una hora.

Jin recibió la hoja con las preguntas y giró con levedad en busca de alguien que no tuviera pareja. No es que nunca haya tenido amigos, porque sí los tuvo, sólo que se fueron a otras escuelas fuera de la ciudad gracias a los trabajos de sus padres; sin embargo, al que más recordaba era a Jae Hwan, o como le llamaban: Ken. Aquel chico le acompañó desde el inicio de su estadía en la institución; no obstante, se fue hace ya dos años, y con ello se perdió el contacto a pesar de haberse prometido mensajearse.

El recuerdo de su amigo se esfumó cuando escuchó una voz a su lado preguntándole si trabajarían juntos. Al prestarle atención, se percató de que se trataba de Jung Ho Seok, un joven de nariz respingada y sonrisa resplandeciente, por supuesto, amigo cercano de Kim Nam Joon.

-¿Entonces...?- él aguardaba por una respuesta.

-Claro. Como ves, no tengo a nadie.

-Mis amigos se agruparon de a dos y sobré. Menos mal te encontré, no se me antoja realizar esto en mi soledad.

El chico se sentó a mi lado, mostrando su dentadura en un gesto encantador. No parecía ser el tipo de sujeto que compartía carácter con el joven objetivo de las cartas.

-Primero hay que escribir los nombres. ¿Cuál es el tuyo?

-Kim Seok Jin.

-¿Eres reciente?

-He estado acá durante toda la secundaria.

-¿Qué? Oh, esto es...

-No te preocupes, mejor continuemos.

Ho Seok asintió notablemente avergonzado. No volvió a referirse al suceso.

El resto de la clase se concentraron en desarrollar el contenido del taller, el cual al final no resultó tan difícil como pensaban. Hablaron entre ellos lo único y necesario para la temática.

Así fue hasta que Lisa recogió las respuestas y los dejó en el salón, organizando sus útiles para así retornar a sus hogares.

-Fue estupendo trabajar contigo- comentó Ho. -¿Quieres que lo volvamos a hacer?

-No es necesario, tus amigos te incluirán la próxima vez.

-Por favor, déjame ponerme contigo.

-¿Por qué?

-Me caíste excelente y quizá desee conocerte a fondo. Es muy feo que no te haya hablado durante el tiempo que ha pasado.

-Faltan pocos meses para que esto termine.

-Y los utilizaremos para conocernos, ¿sí? Por favor, por favor, por favor.

El joven de nariz respingada empezaba a emplear un tono bastante meloso y propicio a la risa, ante lo que Seok Jin sucumbió con una sonrisa, accediendo a su petición.

-Vale, entonces seguiremos en contacto.

-¡Sí! Nuevos amigos.

¿Cómo podía ser una persona tan positiva?

El timbre que avisaba la salida sonó, permitiendo que la muchedumbre de alumnos saliera deprisa hacia sus hogares. En eso, Jung se despidió de su reciente conocido, impresionado a la vez por no haberle notado con anterioridad. La vergüenza persistía en él, más al recapitular el instante en el que le preguntó a aquel chico su nombre y que éste le hiciera caer en cuenta que llevaba más tiempo que él mismo en el recinto.

-¿En qué piensas, Hobi?- se acercó Jimin.

-¿Por qué no conocía a mi compañero?

-¿A Kim Seok Jin?

-¡Oh! Tú sí sabes.

-Ambos hemos estudiado acá toda la secundaria. Nunca fuimos cercanos ni nada por el estilo, andamos en mundos diferentes; además, Jin suele ser muy reservado.

-¿Deberíamos invitarlo a compartir con nosotros?

-No lo sé, no lo veo estando en esas.

-¡Vamos! Tal parece que terminará éste ciclo sin algún amigo.

-¿Seguirán hablando o caminarán?- Nam Joon se hizo escuchar a sus espaldas, a lo que decidieron seguir el paso.

-Hablaremos después- prometió el muchacho de mejillas amasables al de la espléndida sonrisa, el cual aceptó, observando cómo el más alto de todos seguía hasta su casillero, en donde extrajo un papel doblado.

-¿Todavía con las cartas?- cuestionó Yoon Gi.

-Sí, pero creo que cortaré el asunto- respondió Nam, guardando el objeto dentro de su maletín.

Quién diría que esa tarde, al leer la respuesta del ser desconocido, Kim Nam Joon se sentiría ofendido, sorprendido, pero en gran medida intrigado y curioso por aquella persona que solía ser apacible y que en un único escrito había logrado impactarle, arrancándole una sonrisa por el repentino atrevimiento que ésta había demostrado a través de la letra en color rosa que ocupaba su campo de visión.

Cartas a Nam Joon (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora