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—Déjame aquí, no quiero que Nam Joonie te descubra tan rápido— pidió Ho Seok a Jin, quien detuvo el automóvil una esquina antes del destino.

Jung Kook yacía en el asiento trasero con los brazos cruzados, observando con ojos entrecerrados al chico de amplia sonrisa que le había arrebatado el puesto de copiloto, aquel que siempre solía ocupar cada vez que iba con su hyung.

—¿Puedo pasarme adelante?— preguntó el menor.

—Estamos ya casi en el sitio acordado. Quédate atrás.

Jeon aceptó con molestia, la cual desapareció al llegar al parqueadero del lugar, cuyo interior ya irradiaba un aire bohemio que captó su atención de inmediato.

Tal como lo dijo Nam Joon, el guardia los dejó pasar sin ningún problema al inspeccionar la apariencia de ambos jóvenes.

Una vez adentro, se toparon con un amplio salón constituido por mesas y sofás bien acolchados. Al frente, como eje, una mediana tarima se alzaba bajo las luces amarillas y naranjas que adornaban el lugar y resaltaban el machimbre del techo, el cual además hacía juego con el suave marrón con el que las paredes fueron pintadas.

En el extremo derecho se abría paso la barra libre; no obstante, Jin no deseaba ingerir ninguna bebida alcohólica, pues conduciría de regreso y Kook, él obviamente poseía incapacidad jurídica para beber aquellos líquidos.

—Hay bastante personal— comentó el pequeño.

—Las presentaciones comenzarán en cinco minutos.

—Mira, tu novio está por allá.

Seok Jin volteó con rapidez, encontrándose con que efectivamente Nam Joon se encontraba en una mesa muy cercana al escenario saludando a sus amigos, entre los que destacaba la chica del grupo, Moon Hee, quien lucía despampanante y, claro, no sacaba su mirada de encima del más alto.

Ho Seok dirigió su mirada al fondo del bar, donde decidieron quedarse el de hombros anchos y su pequeño amigo. Les guiñó el ojo antes de continuar la conversación con los demás chicos.

—Hyung, ¿por qué estamos acá? ¿No podríamos acercarnos un poquito?— sugirió Jeon.

—Estamos bien aquí, Kookie. No debo arriesgarme a que él me vea con facilidad.

—Ni siquiera sabe quién eres o cómo luces.

—Pero se guía con lo que conoce.

—Compraré algo.

—Nada de alcohol.

—Ya sé, papá.

El menor se alejó ante la cuidadosa observación del mayor, el cual se centró más en que nadie se acercara a su amiguito que al hecho de que las luces habían bajado su intensidad, provocando que la multitud destinara su disposición al hombre que yacía sobre la tarima, dando la bienvenida y rompiendo el hielo con los asistentes al recital.

En primer lugar, inaugurando el acto, saltó a escena el ganador de la última vez: Suga.

Vaya que el joven lo hacía de maravilla. Seok Jin no pudo evitar que su zapato golpeara el suelo al ritmo de la melodía y el rap cargado de adrenalina, críticas, inspiración y un mínimo de palabras altisonantes.

—Él es genial, hyung— Jeon apareció de la nada con una Coca Cola en mano.

—No salgas así de repente. Casi me asustas.

—Lo siento.

—¿Me trajiste un bocadillo o bebida?

—¿Quería eso?

—¿Enserio no le compraste nada a tu hyung que tanto te cuida?

—Bromeaba— Kook sonrió; —aquí— le extendió una 7Up.

A lo lejos, Kim Nam Joon paseaba su cabeza por todo el lugar, analizando cada rostro y tratando de relacionar a los presentes con algún ser que comparta clases con él. Incluso, en reiteradas ocasiones sus amigos le cuestionaron el porqué se paseaba de aquí a allá, como si buscara a alguien.

—Tu turno está cerca— anunció Jimin.

—Lo sé.

—Tú nunca estás así, y me refiero a ansioso y paseando por el lugar sin razón aparente.

—No te escandalices ni digas nada, ¿de acuerdo?

—Bueno, bueno. Confíesate.

—La persona tras las cartas está en éste establecimiento. Por lo que conozco con anterioridad, estamos juntos en distintas asignaturas.

—Está fácil. Recuerdas a nuestros compañeros y ya.

—Ese es el problema. No logro relacionar a ninguna cara con el estudio.

—Tranquilo, yo buscaré por ti. Ve y prepárate para tu acto.

El de mejillas prominentes caminó hacia el fondo, examinando cada rincón y espacio recóndito. Se paseó disimuladamente, viendo cómo la gente se movía constantemente; unos bailando, otros charlando, parejas besándose.

Vislumbró a un hombre con una sudadera rosa que lograba cubrir su rostro, pero desistió de acercarse más debido a que se encontraba acompañado por alguien que le rodeaba con sus brazos.

Prefirió seguir su camino y no interrumpirlos.

—Eso estuvo cerca— susurró Jung Kook al percatarse de la lejanía del otro joven.

—Casi me ahogas con ese abrazo.

—Lo pediste, yo lo di. No te quejes.

El presentador por fin anunció la aparición de RM. Mencionar su nombre fue lo único para que los aplausos y vítores estallaran como granada.

Qué sorpresa se llevó Seok Jin al escuchar la voz de Nam al ritmo de una canción compuesta por él mismo llamada "Do You".

Las mejillas de Jin se encendieron al presenciar las facciones pícaras y plenamente cautivantes del hombre que lo tenía babeando desde hace demasiado tiempo.

Por cada sílaba que recitaba aquel sobre el escenario, Jin se sentía morir en su interior. No sabía si la emoción por verle rapeando estaba tomando un camino más candente, entonces se permitió respirar con calma.

—Hyung, me está dando miedo.

—Él es excelente en ésto, ¿no crees?

—Me gustó más Suga.

El moreno continuaba con su número, ganándose las barras del público, el cual se movía de acuerdo a su canción.

Apenas acabó, más aplausos y exclamaciones positivas se alzaron con el fin de elogiar el trabajo que realizó. Y precisamente eso le gustaba. Le gustaba que la gente se sintiera a gusto e identificada con sus canciones que con extremo esfuerzo componía.

Desde su puesto, Jin aplaudía con alegría, también con ganas de ir hasta el puesto del alto, abrazarle y felicitarle; sin embargo, aquello quedó en un simple deseo, más aún al ver cómo Moon Hee se colgaba en el cuello de Nam para luego plantar varios besos en la mejilla de éste, quien reaccionó abrazando a la chica y dejándose hacer.

Esa noche, Seok Jin comprendió que lo más probable y factible es que su relación con aquel hermoso joven de hoyuelos debía permanecer en una amistad y que, de pronto, sería una amistad basada en las ya conocidas cartas, pues Jin nunca se creerá capaz de acercarse a Joon y comportarse como si no quisiera estrecharlo y chocar sus labios contra los suyos.

Lástima. 





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Maratón 5/5

Cartas a Nam Joon (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora