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Natsuki.
—¿Ha que has venido, Itachi? —pregunto al aire.
El cuervo que antes estaba en mi hombro volvió a volar seguido de otros más que comenzaron a salir de la nada, hasta volverse en algo, mejor dicho, alguien. Una figura conocida para mi se formo con los cuervos.
—Natsuki. —pronuncia mi nombre.
Veo su estado, Itachi estaba cambiado, sus ojeras mucho más notorias y había crecido más. La última vez que lo vi fue desde lo de Tsubasa, desde entonces no nos hemos mantenido en contacto.
—¿Ha que es lo que has venido ha hacer, Itachi? —cuestiono.
—Vine a decirte la verdad. —responde.
—¿Verdad? ¿Cuál verdad? —pregunto desconcertada—. Si te refieres a lo de Tsubasa, entonces ya se toda la verdad. Se directo de una vez, ¿Ha que viniste a Kirigakure?
Este estaba por responderme cuando escucho unos pasos cercanos a mi.
—¡Natsuki! —exclama Tetsuya a lo lejos.
—No podemos hablar aquí. —espeta Itachi.
—Si, lo sé. —concuerdo—. Búscame después, ya sabes donde.
Este asiente para luego desaparecer en cuervos, los pasos de Tetsuya se acercaron más hasta dar al punto de casi estar donde yo, por lo que decido ir a sus llamados.
〘···〙
—¿Y qué es lo que has hecho en estos tres años, Natsuki-chan? —pregunta Mayumi.
—Pues cuando fui a Suna después de los exámenes nada había cambiado, excepto lo de tratarme con Gaara, después de un año en mi estadía en la Arena me subieron de rango y actualmente soy Jonin, mejore mucho más mis habilidades. No he cambiado mucho desde entonces. —respondo—. ¿Y a ti? ¿Cómo te ha ido?
—Bueno, pues. Cuando te marchaste a Suna varías cosas cambiaron como podrás darte cuenta. —dice a la vez que mueve su mano para señalar todo alrededor—. Después de un año me convertí en Chunin, mejore mucho más en el genjutsu y no ser tan mala en taijutsu, y pues como ya te diste cuenta, no crecí mucho estos años. —dice sonriendo—. Pero te aseguro que...—se interrumpió a si misma al ver a alguien, frunzo levemente el ceño y volteo la mirada atrás.
Tetsuya estaba detrás de mi, este se acerco a Mayumi y la beso, al parecer él no se había dado cuenta de mi presencia así que carraspeo y el beso sutil -mejor dicho apasionado- que se daban desapareció con rapidez dejándome ver algo que nunca había visto. Una Mayumi sonrojada a más no poder.
—Al parecer no me contaste la verdad del todo, Mayumi. Vaya que no perdieron el tiempo. —digo burlona provocando el aumento del sonrojo en la Hirakawa y uno en el Nakasaki—. Quién lo diría, al final los que siempre se peleaban y no se soportaban terminarían juntos.
