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Natsuki.
Sentía una inmensa tranquilidad, podía observar un cielo azul claro, las nubes pasaban con tranquilidad. Puedo verme a mi misma acostada en el suelo rodeada de girasoles, frunzo el ceño al recordar cuando paso eso.
Ahí estaba mi yo de doce años observar el cielo como siempre lo hacía.
—Pareces tan tranquila durante esa época. —dice una voz conocida para mi.
Me doy la vuelta para encontrarme con la figura de mis padres. Mis ojos no tardan en inundarse en lágrimas al verlos ahí, al verlos conmigo, juntos.
—Oka-san. Oto-san. —digo corriendo hacía ellos para abrazarlos.
Mis lágrimas ya habían descendido desde hace unos segundos al ya no poder soportarlas más, mis padres me correspondieron el abrazo pues siento sus brazos rodearme, no me sentía tan feliz desde hace tiempo.
—Has crecido mucho, hija. —dice mi madre al separarnos y verme de arriba abajo—. Ya eres toda una mujer.
Veo como mi madre extiende su brazo para limpiar mis lágrimas, y con ello una silueta más se forman al lado de mi padre, y al verlos bien, notó que era Tsubasa.
—¡Natsuki-chan! —grita Tsubasa al verme y correr hacía mi.
Yo extiendo mis brazos para que esté me abrazara.
—¡Te extrañe demasiado, Natsuki-chan! —confiesa el pequeño.
—Y yo a ti, Tsubasa-chan.
—¿Qué estás haciendo aquí, Natsuki? —escucho que me pregunta mi padre.
Termino el abrazo entre Tsubasa y yo para poder ver a mi padre, este me miraba con seriedad.
—Di mi vida por salvar a las personas que quería. —respondo a lo que él se acerca más a mí.
—Tsubasa me contó todo acerca lo que vivieron los dos. —dice—. Lamentó no haberles dicho la verdad, si lo hubiera dicho antes nada de esto estaría pasando, yo...
Colocó mi mano en su hombro, provocando que detenga sus palabras.
—No tienes nada que lamentar, Oto-san. Lo hecho, hecho está, no te preocupes por eso. Ahora estamos todos juntos, como debía ser. —digo con una sonrisa y un rastro de lágrimas.
—No. Esto no debía ser así. —dice mi padre separando sus manos de las mías pues antes las había tomado para darle apoyo—. Natsuki, hija. Necesitas saber la verdad completa.
