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«Boru Shiden: Relatos del pasado»
Narrador Omnisciente
Una pequeña niña de alrededor de unos siete años corría por el el parque en donde se encontraba muchos niños de su misma edad, la niña mantenía una sonrisa tímida al ver como los niños jugaban entre si. Siempre era así, siempre iba a ese parque para poder ver a los niños jugar, pero la niña era tímida y le daba miedo que la rechazarán, como todos lo habían hecho desde su llegada a Kirigakure.
Paso saliva nerviosa y comenzó a acercarse a los niños los cuales la notaron al verla a unos metros de donde se encontraban, estos habían dejado de jugar al ver como la pequeña oji-azul estaba delante de ellos.
—¿P-Podría jugar con ustedes? —pregunta la pequeña.
—Claro...—dijo una niña de todos ellos, la pequeña azabache sonrió emocionada al escuchar su respuesta—...que no.
La sonrisa de la oji-azul se borro al instante.
—¿P-Por qué no? —pregunta.
—Nosotros no queremos estar al lado de un monstruo como tú. —responde la misma niña de antes—. ¡Monstruo!
Las palabras que esta le decía a la azabache provocaron que esta los miraba con los ojos brillosos, dando el signo de que pronto iba a llorar.
—¡Miren! ¡El monstruo quiere llorar! —y así poco a poco los demás niños se unieron para molestarla.
La pequeña sólo los miraba con tristeza y sin más cuando sintió las lágrimas caer por sus mejillas, y las burlas de los otros salió corriendo hacía su casa. Llego muy rápido pues esta no estaba lejos de donde se encontraba el parque, fue directamente a su habitación para echarse a llorar en su futon. Los fuertes sollozos de la niña era lo único que se escuchaba en el lugar.
Lloro y lloro hasta que no pudo más, y comenzó a dormirse aún con lágrimas bajando por sus mejillas.
〘···〙
Dos años habían transcurrido desde su llegada a esa aldea, la niña que anteriormente era tímida ya no estaba, ahora sólo estaba una niña fría y que ya no le importaban los demás, ni jugar. La niña había cambiado mucho desde que había llegado, se había dicho a si misma que ya no iba a llorar por las palabras de los demás, su corazón comenzó a llenarse de rencor y odio por el que ella creía causante de la masacre de todo su clan.
Con ya ocho años, Natsuki asistía a la academia como los demás. Y eso era lo que hacía, ahora mismo, pues iba hacía ella. Entro como lo hacía usualmente y se sentó en su respectivo lugar, las clases eran bastantes aburridas para ella pero eran necesarias para poder vengar a todo su clan, puso atención a las clases hasta que están habían terminado, sin que ella viera como Kiriko -una de las niñas de su misma edad la molestaba desde que había iniciado la academia- estaba viendo a sus amigos de forma maliciosa y cuando la azabache salió, Kiriko y sus amigos también lo hicieron.
Seguían a Natsuki casi antes de llegar a la entrada de la academia, Kiriko se había posicionado delante de ella.
—¿A dónde?
La azabache sólo se limito a ignorarla y tratar de pasar por su lado, pero no pudo pues está la empujo haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo.
—Tú no te vas de aquí, monstruo. —dijo Kiriko.
De nuevo esa palabra, pero no le tomo mucha importancia a ella, pronto comenzaron las burlas de Kiriko, a lo que solamente Natsuki la miraba de forma fría pero no ocasionando nada en ella. Hasta que Kiriko trato de golpearla diciendo que debía respetarla y dejar de mirarla así, tras detener ese golpe la azabache ya estaba harta de que siempre se burlarán de ella. Así que con rapidez se reincorpora y se abalanza contra Kiriko, para comenzar a golpearla.
Un golpe tras otro iba directo al rostro de su agresora, los amigos de Kiriko iban a intervenir pero no lo hicieron al ver como los puños de la oji-azul estaban de un color carmín. Los demás que estaban ahí disfrutando con anterioridad la burla hacía la del clan Boru pero eso cambio cuando vieron sangre en el rostro de Kiriko, miraban con terror lo que Natsuki hacía ya que una sonrisa psicópata adornaba su rostro mientras la sangre iba llenando cada vez más sus manos y algunas gotas de está caía en su propio rostro hasta que finalmente Kiriko había dejado de gritar y pedir ayuda, haciendo que los demás la miraran con mucho más terror.
Natsuki había matado a Kiriko frente a sus ojos.
Pero una niña que estaba más atrás observando lo que sucedía, miro a la Boru con un deje de admiración, desde ese día comenzaron a rondar rumores de la azabache. Siendo el más conocido de que Natsuki Boru había asesinado a su clan entero incluso a su propia familia para ser la última de ellos y ganar mucho más poder. Ahí comenzó en donde los demás comenzaron a tacharla de asesina, al igual que los aldeanos comenzaron a tenerle miedo y comenzar a decirle de muchas formas, entre ellas: Asesina, Demonio, Engendro.
Al igual que Monstruo, siendo la única palabra de todas esas que más le afectaban, y cuando estaba sola se echaba a llorar por todo lo que recibía y se guardaba. Pero que a partir de la muerte de Kiriko y sentir su sangre, y miedo, era lo único que podía saciar su dolor, con ello comenzó a asesinar a más personas, siendo desde inocentes hasta personas que la enfrentaban. Dando a sus inicios como la Princesa Carmesí y también sin que ella lo supiera ganar la admiración de alguien en particular.
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