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Natsuki.
Estaba en el mismo lugar donde Tsubasa me contó la verdad sobre la masacre de nuestro clan, esperaba a que Itachi me explicará el por qué me metió en un genjutsu, el mismo cuando me contaron la verdad. De pronto unos cuervos comenzaron a volverse uno solo otra vez, fije mi vista en ellos hasta que dejaron ver al Uchiha.
—¿Por qué me has metido en un genjutsu, Itachi? —cuestiono.
—Era necesario, es la única forma de mostrarte la verdad.
—Enserio, ya dime cual verdad, estás ocasionando que me moleste por un absurdo asunto. —espeto fría—. Espero que sea algo importante.
—Lo es. —responde.
De pronto el lugar donde estábamos cambia para ser uno distinto al cual no había visto, a mi lado derecho esta el Uchiha y yo lo miraba insistente para que me dijera el por que estábamos aquí. Estaba por reclamarle pero un niño de unos siete años yacía en el suelo, este estaba bastante herido pero poco le importaba a la persona que esta a espaldas de nosotros, él cual lo miraba con miedo.
Reconocí al niño al poder ver sus ojos azules, ese azul, delante de mis ojos estaba un Tsubasa de siete años y el tipo que se encontraba frente a nosotros era Orochimaru, aprieto los puños con enojo al presenciar lo que la serpiente le hacía a Tsubasa. Estaba experimentando con él.
—¡Ya basta! ¡Por favor, déjame! —suplica Tsubasa tratando de que la serpiente no siguiera introduciendo agujas en él.
—Mientras más grites, más te dolerá, Tsubasa-kun. —dice Orochimaru.
La serpiente ignoraba las suplicas de Tsubasa y seguía inyectándole líquidos, de pronto lo que observamos se volvió borroso y el escenario cambio de nuevo, esta vez el lugar estaba un poco iluminado por una luz que Orochimaru enfocaba en el cuerpo de Tsubasa con unos ocho años. Él estaba inconsciente y estaba vendado en el abdomen, la serpiente sonreía al ver como inyectaba al menor.
Mis puños estaban más que apretados debido a todo lo que había observado hasta ahora.
El escenario vuelve a cambiar pero esta vez mostrando a un Tsubasa de nueve años entrenando con Orochimaru, su pelea era bastante fuerte pues ya había demasiadas cosas destruidas en el lugar, pero de pronto un aura comenzó a rodear al azabache.
—Interesante. —dice Orochimaru complacido al ver el estado de Tsubasa y sonríe aún más cuando este abre sus ojos y deja ver unos completamente diferente a los suyos.
—Ahí fue cuando, Tsubasa despierta el doujutsu. —dice Itachi.
Y ahora el lugar nuevamente cambia dejando ver a un Tsubasa de diez años, este estaba acomodándose una capa, esa capa negra con nubes rojas. Al ya estar acomodada a su gusto se levanta y se dirige a la puerta, la abre para que su figura vuelva a verse borrosa.
